Por: Erick Jara
Erick Jara |
El Decreto
Ejecutivo 883 firmado por el presidente Moreno, en la primera semana del pasado
mes de octubre, provocó un masivo rechazo social y acciones de protestas en las
calles del país. Durante catorce días convivieron marchas pacíficas, con acciones
represivas, actos vandálicos sobre bienes públicos y privado y un estado de desinformación
bajo un intento de adiestramiento sobre el pueblo y la circulación de falsas
noticias.
El 12 de octubre
-reconocido como el día
más violento que vivió Quito- el edificio de la Contraloría
General del Estado ardía en llamas y también algunos medios de comunicación
fueron atacados, los transportes paralizados y se establecía el toque de queda bajo
el control militar. El país se detenía y se respiraba un clima de incertidumbre
generalizado.
Foto tomada el 31 de enero de 2020. Autor: Erick Jara |
En mi reciente
viaje a Quito, el viernes 31 de enero del 2020, al caminar por los parques el
Ejido y el Arbolito encontré el incentivo para escribir estas líneas ante la
desolación de un paisaje que me transportaba meses atrás. Han transcurrido ya poco
más de 90 días de aquellos acontecimientos pero al caminar por las calles del
centro de Quito todavía se evidencia testigos de aquellos momentos, pero ninguno
como el de la contraloría.
Es
importante dejar sentado que no apoyo ningún tipo de acto violento que
perjudique la integridad de la sociedad o sus bienes, como tampoco justifico la
acción de atacar a una institución hasta el punto de su destrucción.
Foto tomada el 31 de enero de 2020. Autor: Erick Jara |
El andar por
los alrededores del mencionado edificio me trajo recuerdos de los vídeos que
circulaban por las redes en su momento y que mostraban el abatimiento y
reciedumbre del ecuatoriano. Me ha resultado estremecedor ver el estado actual,
parece como que seguimos en protestas y que solamente el país se tomó un respiro
para estar en familia y compartir lo sucedido. Al acercarse al lugar, se puede identificar
expresiones urbanas del pueblo, frases que inspiran a una reflexión profunda, críticas
sobre el accionar de quienes nos gobiernan y manifestaciones abstractas sobre
cómo el ecuatoriano relaciona a los funcionarios con su realidad.
Representaciones
humanas que quedan en el recuerdo y no en el olvido, representaciones que hoy
en día se mantiene por fotos y textos. Pero ¿Qué fue de los estragos de la
Contraloría? En su mayoría siguen recostados a su orilla, esperando tal vez
otro conflicto para llevar a cabo una limpieza en su conjunto o, tal vez, simboliza
una muestra de apatía, desidia y mala gestión institucional.
Foto tomada el 31 de enero de 2020. Autor: Erick Jara |
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