Por: José Manuel Castellano
La mujer ha
ejercido, sin duda alguna, una labor clave a lo largo de la historia. Sin
embargo, su condición de dependencia jurídica con respecto al hombre y la
absoluta discriminación, a la que ha sido sometida en todos los aspectos de la vida
social, le ha llevado a enfrentar una lucha constante por el reconocimiento de
sus derechos.
La acción
reivindicativa de la mujer a lo largo del tiempo se ha caracterizado por un
ritmo lento que atraviesa una amplia franja temporal. Esa legítima búsqueda de
acceso a los espacios sociales ha obligado a la mujer hacer frente a la rígida
estructura patriarcal dominante en todo momento, bajo visiones y planteamientos
que deben ser interpretados en su propia contextualización sociohistórica.
Una batalla
que, independientemente de sus actuaciones y objetivos planteados en cada
etapa, ha tenido un punto de referencia común: la activa y relevante
participación social de la mujer. En ese camino recorrido la mujer ha sabido de
mostrar su enorme capacidad de perseverancia, superación y su plena convicción
en la materialización de sus aspiraciones: desde el reconocimiento jurídico a
su ingreso en los centros educativos, a su entrada al mundo laboral, académico,
cultural y político. Ese proceso no puede entenderse sin la labor, en unos
casos, de las acciones individuales que han servido como referencia modélica y,
en otros, de forma colectiva, canalizada a través de las organizaciones
feministas, por su empuje y presión social e institucional en la introducción
de nuevas normativas legales.
Los primeros
antecedentes de acciones colectivas de reivindicación de la mujer tienen su
origen en la propia ausencia de contenidos referidos a los derechos de igualdad
y género entre los ejes fundamentados sobre Libertad, Igualdad y Fraternidad
propugnados por la Revolución Francesa (1789). Se iniciaba así, una larga
batalla por la emancipación de la mujer y la igualdad de derechos en todos los
ámbitos (derecho al voto, a la propiedad privada, a la educación, a ejercer
cargos públicos, etc.).
Un siglo
después, en 1911, tenía lugar en los EE.UU. la primera celebración del Día
Internacional de la Mujer Trabajadora, aunque no sería hasta 1972 cuando la ONU
aprobara la declaración del Día Internacional de la Mujer, a celebrase el 8 de
marzo de 1975, como reconocimiento a su lucha histórica. De esta forma se
consolidaba una voluntad institucional de construir una sociedad plural e
igualitaria entre géneros, a través de regulaciones y exigencias normativas
propias y de adhesión a las internacionales. Esa evolución ha sido muy desigual
en el tiempo y entre los territorios, aunque en 1948 la ONU reconocía el
sufragio femenino. A pesar de ello, durante el siglo XIX, XX y en estas
primeras décadas del XXI, la situación de la mujer se caracterizaba por unas
duras restricciones en el desempeño de sus actividades sociales, laborales y
por una desigualdad política y educacional.
Uno de los
grandes temas de batalla planteado por la mujer en los albores de la
contemporaneidad estuvo asociado al sufragio. Se debe recordar que, hasta hace
muy poco tiempo, la mujer carecía de capacidad y reconocimiento jurídico y, por
tanto, su actuación como ciudadana se encontraba restringida, sometida y
dependiente de una potestad que recaía directamente en sus padres o esposos.
El movimiento
sufragista, por tanto, introducía un cuestionamiento del carácter
representativo de los gobiernos en manos del hombre y, por consiguiente, las
mujeres activaron una intensa lucha cívica en contra de su exclusión
representativa. De forma paralela, y como consecuencia del cambio en las
estructuras socioeconómicas, junto al derecho al voto, se incorporaban nuevas
demandas, como el acceso a la educación, al trabajo y la abolición de la doble
moral sexual, etc. Así en el espacio latinoamericano, como veremos más
adelante, el reconocimiento del derecho de la mujer a ejercer el voto tiene
rostro y nombre de mujer ecuatoriana: Matilde Hidalgo de Procel. Desde esas
conquistas las mujeres diseñaron acciones de presión dirigidas a la transformación
de las estructuras del poder, con la finalidad de alcanzar su presencia en los
espacios públicos y suprimir las fronteras impuestas entre lo público y
privado. En ese contexto el sistema organizativo de la mujer, a través de los
movimientos sociales y los colectivos feministas ecuatorianos entre los siglos
XIX al XXI, han contribuido de forma decisiva a su visibilización en el ámbito
social de sus demandas y a la incorporación de parte de sus anhelos y
aspiraciones en los textos constitucionales, promulgación de leyes y políticas
de inclusión. En ese sentido es de obligada referencia y responsabilidad
mencionar al menos a las principales organizaciones que han prestado un alto
servicio a la ciudadanía ecuatoriana, como la Sociedad Feminista Luz de Pichincha
(1922), Alianza Femenina Ecuatoriana (1939), Asociación Femenina Universitaria
(1944), La Unión Nacional de Mujeres del Ecuador (1960) y el Movimiento
Feminista Ecuatoriano (1995).
El siglo XXI
supuso una consolidación interna y externa para los colectivos feministas, que
se reflejaba en una activa participación de programas y acciones. Su peso
social se plasmaba en la Constitución de 1998, respecto a la demanda de
paridad, en una época en que la integración de la mujer en el mercado laboral
se incrementaba, aunque todavía con una escasa representación social en el
mundo político y en el mundo universitario. Posteriormente con el proceso
constituyente de 2007 y en la Constitución de 2008 se incorporaba una parte de
esas aspiraciones en temas de equidad y de no violencia. No obstante, el
panorama actual es poco halagüeño, pues la violencia de género ofrece unos
índices excesivamente elevados (6 de cada 10 mujeres en Ecuador son víctimas de
cualquier tipo de violencia).
La
participación histórica de la mujer en el mundo económico también ha sido
decisiva, pues ha combinado tanto sus actividades domésticas con las faenas
agrarias en las zonas rurales, como con las propias desempeñadas en los centros
urbanos. Ese acceso masivo de las mujeres al mercado de trabajo ha traído
consigo uno de los cambios más significativos experimentado por la sociedad en
las últimas décadas, representando un alto porcentaje en la población
económicamente activa; aunque cuentan con enormes desventajas y obstáculos,
como se revela por la existencia de una tasa de participación laboral inferior
al hombre, el bajo índice en puestos ejecutivos, una remuneración menor, un
nivel de jornada inferior, etc.
Actualmente
la incorporación de la mujer al sistema educativo y universitario han permitido
una mejora importante en el mundo laboral, copado hasta hace poco por el
hombre, que ha cambiado sustancialmente la realidad pasada. En ese sentido, se
debe recordar que a lo largo del siglo XIX, sólo los sectores privilegiados de
la sociedad tenían acceso a la educación. Esa situación era aún más crítica
para las mujeres y su proceso formativo estaba dirigido al desempeño del
cuidado del hogar, el matrimonio, la procreación o para la vida religiosa. Por
tanto, no sería hasta la pasada centuria cuando se inicia un proyecto de
incorporación de la mujer a la educación, aunque bajo el rol de la mentalidad
de la época, donde los centros de enseñanza estaban reservados al hombre. La
incorporación de la mujer a las distintas etapas formativas fue un proceso
lento, como limitado fue su acceso a la universidad hasta bien entrado el siglo
XX. No obstante, las dificultades encontradas en ese camino nunca fueron un
obstáculo para que mujeres valerosas emprendieran en todo momento histórico una
intensa labor de concienciación colectiva que ha trazado una sólida estela para
las generaciones venideras. Es así que en el contexto ecuatoriano se cuenta con
una nómina de pro-mujeres que han marcado hitos de especial relevancia en
distintos espacios públicos, ampliaron nuevos horizontes a la invisibilidad
secular y se enfrentaron abiertamente a los paradigmas dominantes establecidos.
De este modo,
no podemos dejar de referenciar a un elenco de ecuatorianas, cuya aportación
fue clave en la conformación cultural e identitaria en los diferentes campos
sociales, políticos, profesionales y en el mundo de las ideas. Así la ambateña
Ana de Peralta (c. siglo XVIII), nacida en Huachi, es un símbolo del feminismo
ecuatoriano por su rebeldía frente a las disposiciones coloniales españolas, al
encabezar una protesta contra la Cédula Real de 1752, que prohibía a las
mujeres mestizas usar vestimentas indígenas o españolas. Además, es considerada
como promotora del primer movimiento de mujeres en la Real Audiencia de Quito
que luchó por la libertad y los derechos de la mujer.
Manuela
Cañizares y Álvarez (1769-1809) y Manuela Sáenz Aizpuru (1795-1856) son dos
referencias claves y precursoras de la participación de la mujer en el
movimiento emancipador de Latinoamérica, cuyos comportamientos fueron
cuestionados y marginados por la sociedad del momento por trasgredir el rol que
se adjudicaba a la mujer en esa época pero que, afortunadamente, han sido
rescatadas por la Historia en estas últimas décadas. En ese plano de
libertadora-revolucionaria, junto a su compromiso feminista e intelectual, se
encuentra con nombre propio Manuela de la Santa Cruz y Espejo (1753-1829), a
las que algunos recurren a valorar su figura simplemente por ser hermana de
Eugenio Espejo, rebajando su papel de mujer, además, de ser una de las
precursoras de la enfermería en Ecuador.
Otro icono
del movimiento feminista ecuatoriano fue Marieta de Veintimilla (1855-1907),
destacada pensadora y escritora, sobrina del general Ignacio de Veintimilla,
que llegó a desempeñar funciones de décimo primera Dama de la nación y
encargada del poder Supremo en ausencia de su tío. Apodada “la Generalita”
participó en los movimientos armados de 1882 contra los conservadores. Junto a
ello, no debemos obviar la heroicidad de un conjunto de mujeres activistas
insurgentes, las denominadas “guarichas”. Una gran mayoría de ellas
anónimas que no han sido registradas suficientemente por la historia, aunque se
cuenta con algunas referencias, como es el caso, entre otras, de Dominga
Vinueza; Nicolasa Jurado; Inés María Jiménez; Gertrudis Esparza; y Rosa
Robalino.
A finales del
siglo XIX sobresale la presencia de mujeres en la lucha revolucionaria dentro
de las filas liberales en 1895, que desempeñaron tareas logísticas,
propagandísticas y hasta financieras. Entre otras muchas, debemos señalar a
María Matilde Gamarra de Hidalgo; Dolores Usubillaga; Juliana Pizarro; Maclovia
Lavayen de Borja; Carmen Grimaldo de Valverde; Joaquina Galarza de Larrea;
Felicia Solano de Vizuete; Leticia Montenegro de Durango; Dolores Vela de
Veintimilla; Tránsito Villagómez; Filomena Chávez de Duque; Sofía Moreira de
Sabando; Delfina Torres de Concha; Rosa Villafuerte de Castillo; Cruz Lucía
Infante; Delia Montero Maridueña, etc.
La orense
Zoila Ugarte de Landívar (1864-1969) fue una de las pioneras en el ámbito de la
defensa del sufragio femenino, además, de escritora y primera mujer en ejercer
el periodismo en Ecuador, junto a Hipatia Cárdenas de Bustamante (1889-1972).
Fue la primera directora y redactora del periódico político La Prensa en
1911, fundadora de la revista La Mujer en 1905 y directora de la
Biblioteca Nacional. En el ámbito del activismo participó en la creación de la
Sociedad Feminista Luz del Pichincha (1922) y del Centro Feminista Anticlerical
(1930), agrupación que luchó por la defensa del derecho al voto femenino tras
su aprobación en 1929, ante el surgimiento de grupos conservadores.
La lojana
Matilde Hidalgo de Procel (1889-1974) es otra de las figuras emblemáticas. Fue
la primera mujer en reclamar e inscribir se para ejercer su derecho al voto,
cuando era solo un derecho concedido a los hombres. Su voto fue el primer
sufragio femenino en América Latina. Fue la primera mujer en Ecuador en
doctorarse en Medicina y la primera en ocupar un cargo político por elección
popular en la administración pública en Loja, aunque relegada a la calidad de
suplente, que llevó a miles de mujeres a rebelarse bajo el grito: “¡Queremos
una voz femenina que sepa defender nuestros derechos, pospuestos injustamente
por sociedades constituidas bajo la prepotencia viril!”. En el ámbito
cultural y social, fue vicepresidenta de la Casa de la Cultura Ecuatoriana y
presidenta de la Cruz Roja, ambas en El Oro.
Otra
referencia del feminismo del siglo XX fue la imbabureña Tránsito Amaguaña
(1909-2009), un símbolo de la resistencia indígena y activista comunitaria en
la reclamación de tierras y derechos laborales. Tras su participación en la
huelga agrícola de 1931 le arrebataron su vivienda y pasó a la clandestinidad
durante quince años. Más tarde fundaría la Federación Ecuatoriana de Indios e
impulsaría la creación de escuelas bilingües (castellano y kichwa) y tras su
vinculación al Partido Comunista fue acusada de tráfico de armas y encarcelada
en prisión. Fue una de las fundadoras de la Federación Ecuatoriana de Indios y
representante de los indígenas del Ecuador en la Unión Soviética y en Cuba, que
le llevó, tras su regreso a Ecuador, a su ingreso en el Penal García Moreno de
Quito. En 2003 el Gobierno ecuatoriano la galardonaba con el Premio Nacional
Eugenio Espejo.
Otra figura
del feminismo ecuatoriano con una intensa labor indigenista fue Dolores
Cacuango Quilo (1881-1971), nacida en Cayambe y pionera en la defensa de los
derechos indígenas y del campesinado. Desde joven impulsó las escuelas
bilingües y fundó la primera en 1946 y participó en la creación de la primera
organización indígena (Fundación Ecuatoriana de Indios). También colaboró en la
apertura de escuelas sindicales en Cayambe. Tampoco podemos dejar de señalar a
otras insignes del siglo XX, como Rosaura Emelia Galarza Heyman; Isabel Donoso;
Mercedes González de Moscoso; Josefina Veintemilla; y Dolores Sucre.
En el mundo
laboral se crearon organizaciones que defendían las reivindicaciones de la
mujer obrera en Guayaquil. Así en 1918, María de Allieri y Clara Potes de
Freile crearon el Centro Aurora y editaron una publicación feminista pionera de
los derechos de las mujeres, “La Mujer Ecuatoriana”, que contó con el
apoyo de la Confederación de Obreros del Guayas.
En el
escenario político sobresale la cañareja Nela Martínez (1912-2004), que en su
juventud ingresaría en la filas del Partido Comunista de Ecuador y que llegó a
convertirse en una de las líderes más carismáticas de su época y primera mujer
diputada. Participó en la revolución La Gloriosa (1944), que derrocó al
dictador Carlos Arroyo del Río, y alcanzó la presidencia del Gobierno durante
unos días, aunque su nombramiento nunca fue oficial. Nela Martínez participó en
la creación y liderazgo de diversas organizaciones, como Unión Revolucionaria
de Mujeres Ecuatorianas y Alianza Femenina Ecuatoriana. Fue diputada suplente
en la Asamblea Constituyente de 1945 y se convirtió en la primera mujer en
ejercer esa función en el país. Es coautora, junto a Gallegos Lara, de la novela
Los Guandos y recientemente se ha editado otra obra suya titulada “Yo
siempre he sido Nela Martínez”.
En el mundo
educativo y académico nos encontramos con Rosa Cabeza de Vaca que, nacida a
finales del siglo XIX, fue la primera mujer en matricularse en el Colegio Mejía
en 1903 y primera mujer en graduarse en el mencionado establecimiento
educativo; a María Zúñiga (1890-1979), que tras alcanzar el logro de integrar a
la mujer a la secundaria fue la primera mujer graduada como médico; a insignes
educadoras liberales como Rita Lecumberri Robles; Lucinda Toledo; Mercedes
Elena Noboa Saá; y María Luisa Cevallos. Todas ellas primeras egresadas del
Normal de señoritas que inauguró Alfaro en 1901; a Dolores J. Torres que fundó
una escuela en su casa y formó la Liga de Maestros del Azuay (1922); y a Piedad
Peña Herrera de Costales (1929-1994), catedrática universitaria dedicada al
estudio de la antropología, etnología e historia y coautora del libro Historia
Social del Ecuador, obra considerada un clásico de la Etnología ecuatoriana.
Tampoco podemos obviar a Hermelinda Urvina (1905-2008), ambateña que fue la
primera mujer ecuatoriana y latinoamericana en obtener en EE.UU. la licencia de
piloto aviador en 1932, además, de participar en la creación de la compañía norteamericana
Ninety Niners conformada por mujeres
pilotos.
Cerramos
estas breves pinceladas mencionando, entre otras muchas mujeres, a Lupe Rosalía
Arteaga Serrano (n. 1956), comunicadora, escritora y política que fue la
primera vicepresidenta y presidenta del Ecuador entre el 9 al 11 de febrero de
1997, tras la destitución de Abdalá Bucaram; a Teresa Guadalupe Larriva
González (1956-2007) primera mujer y primer civil en ser Ministra de Defensa en
Ecuador, cuyo nombramiento generó un rechazo entre los sectores conservadores
por el simple hecho de ser mujer; a María Fernanda Tamayo (n. 1964) e Ivonne
Daza (n. 1965), las primeras generales de la Policía Nacional del Ecuador y a
la primera rectora ecuatoriana Florinella Muñoz.
En
definitiva, las transformaciones sociales en el ámbito internacional, el
reconocimiento a sus derechos plenos como ciudadanas a través de la facultad de
ser electoras o elegibles, su incorporación al mundo educativo, su incursión al
mercado laboral tanto público como privado y a los espacios de poder, ha
resultado un proceso reciente, lento y vinculado a la adhesión y compromisos
del escenario mundial, con respecto a la igualdad y reconocimiento de la mujer.
Un devenir que ha dado un giro importante hacia la todavía inconclusa
emancipación de las mujeres. En estas últimas décadas, los cambios sociales
experimentados y el establecimiento de los sistemas democráticos en
Latinoamérica abrían una nueva época para la mujer en general.
En
conclusión, la lenta introducción de cambios y reformas normativas han creado,
sin duda, unas mejores condiciones en el plano de igualdad entre género, aunque
estos instrumentos no terminan por erradicar definitivamente las prácticas
discriminatorias y vejatorias en los distintos ámbitos y tampoco se ha traducido
en un cambio de mentalidad generalizado en la sociedad actual, que se
manifiesta en la persistencia de rasgos y comportamientos en diversos contextos
sociales, laborales e institucionales.
Ante esta
realidad, la Editorial Centro de Estudios Sociales de América
Latina (CES-AL), comprometida y convencida en la necesidad de aportar acciones
que conlleven a revalorizar y consolidar el significativo desempeño de la mujer
en todos sus ámbitos, ha promovido la celebración de la I Jornada de Mujeres
Científicas Azuayas (Ecuador), celebrada entre el 22 al 26 de noviembre, al
objeto de reconocer, potenciar y difundir el papel de la mujer en el campo
académico, científico y profesional durante estas últimas décadas con una clara
orientación de concienciación social de igualdad entre género.
Con esa idea, CES-AL ha invitado a un grupo de mujeres
representativas y destacadas en su labor dentro de las tres grandes áreas del
conocimiento (Ciencias Sociales, Ciencias Experimentales y Ciencias de la
Salud) y bajo un carácter intergeneracional (mujeres jóvenes en su etapa
inicial de profesionalización; mujeres consolidadas en su ámbito laboral; y
mujeres referentes en sus distintas disciplinas), con una doble finalidad: a)
compartir y socializar sus visiones y testimonios para acercarnos a conocer el
papel y la experiencia de vida de este grupo de mujeres azuayas en su campo
formativo y profesional; y b) contribuir, con ello, a un cambio de paradigma en
la todavía existente discriminación de género.
Este libro, “Mujeres
científicas azuayas”, es el resultado del mencionado encuentro que tiene
como pretensión que estas catorce narraciones testimoniales, centradas en dos
aspectos (formativo y profesional), sirvan de referencia social en la adopción
de nuevas formas de relación y consolidación real de una igualdad de derechos y
oportunidades entre género.
Por último, se hace imprescindible mostrar nuestra
gratitud y reconocimiento a este grupo de mujeres (Diana Cordero, arqueóloga;
Dora Arízaga, arquitecta; Elena Zurita, médico; Kamila Torres, antropóloga;
María Elena Cazar, biotecnóloga; Cristina Toral, odontóloga; Lorena Escudero,
filósofa; Cecilia Palacios, bioquímica; Rosana Moscoso, médico; Ana Cecilia Salazar, psicóloga; Nancy Minga,
agrónoma; Janneth Méndez, artista visual; Cisne Aguirre, arquitecta; y Fabiola
Palacios, fonoaudióloga-logopeda), por su
generosidad, valentía y sus enseñanzas.
Exacto muy cierto las mujeres. Son importante para todo el mundo
ResponderEliminarEs muy gratificante y también un orgullo poder haber leído este blog porque pude darme cuenta que uno como mujer es capas de cambiar el mundo que uno mismo es el que se pone límites como estas mujeres científicas azuayas nos dan tanta información de todas las luchas por la igualdad, por reconocimiento a nuestro derecho y sobre todo que la mujer puede tener una excelente partición social y también una capacidad de superación que ha sido muy notorio con la entrada al mundo laboral porque ahora todos somos iguales, y el día de la mujer es un grande porque se demostró un cambio que debe ser festivo porque se ha dejado atrás prejuicios y sobre todo se ha luchado para haya voz y voto , así pudimos ser parte notoria del mundo, ahora por este grupo de mujeres pudimos conocer mas nuestra historia, podemos decir que hemos salido adelante y que aun podemos seguir saliendo en adelante como guerreras que somos, por ultimo gracias por sus enseñanzas y por ser valientes.
ResponderEliminares muy importante recordar la historia de todo lo que tuvieron que pasar las mujeres hasta llegar a tener mas derechos pero sin embargo siguen siendo victimas de violencia e injusticias, el libro “Mujeres científicas azuayas” puede servir de inspiración para muchas mujer a seguir adelante y a perseverar por un mejor futo con una lucha constante por lograr sus objetivos, felicidades por el libro.
ResponderEliminarLas mujeres personas de mucha dedicación y lucha día a día nos dan a conocer q son muy importantes en todo aspecto social de la vida cotidiana. Mujeres sin ustedes nada sería igual y mis respetos José Manuel por este maravilloso blog y más aún por gratitud y reconocimiento a mujeres Cuencanas.
ResponderEliminarEsto me incentiva que como mujer puedo transformar algunas cosas, es muy interesante saber de esto, es una muestra de motivación para que pueda seguir adelante, además la lucha contra los derechos de las mujeres fue muchos años y más llena de orgullo que unas Azuayas sean científicas.
ResponderEliminarActualmente muchas de las mujeres ahora son reconocidas y lideran grandes investigaciones que aportan a la sociedad, se imaginan todo lo que las mujeres tuvieron que pasar para poder entrar a un área en el que solo era reseverdado para los hombres, me sorprende y estoy agradecida de que aún existan personas que sepan reconocer y aceptar que las mujeres son más que una cara bonita.
ResponderEliminarLas mujeres a traves de los años han demostrado su lucha por ser consideradas con igualdad y respeto teniendo los mismo derechos y obligaciones que los demas debido a que sufrian discrimicion y ni siquiera tenian el derecho de estudiar y de ejercer su voto considerandolas como amas de casa o solo para cuidar a sus hijos debido a esto se unieron y alzaron su voz para ser respetadas.
ResponderEliminarLa lucha constante que se ha dado entre mujeres para obtener sus derechos sin duda fue , es y será un trabajo arduo, es complicado ponerse a pensar como una persona o un grupo se personas deben hacer marchas y otras cosas para exigir algo que les pertenece, la libertad, la igualdad debería haberse dado desde el comienzo de la vida y se debió haber respetado eso hasta tiempos actuales, aunque gracias a la lucha de miles de mujeres se ha podido dar cambio a ideologías y reformas dadas, con alguna desigualdad entre regiones, porque los problemas por los cuales atraviesan las mujeres es un tema que no parece que todavía llegará a su fin.
ResponderEliminarLa aportación de las mujeres en varios ámbitos pero en este caso el ámbito científico es esencial, cada mujer aporta de muchas maneras y a pesar que no reciben el reconocimiento que se merecen pues sigue siendo importante sus ideas, cada uno debemos tener la iniciativa y meta de cambiar las ideas que se percibe sobre las personas, las mujeres y el mundo.
En lo personal este es uno de los blogs que mas me ha fascinado. A base de la breve introducción de la lucha constante que vivimos nosotras las mujeres dentro de esta sociedad para poder erradicar el patriarcado; puedo decir que hasta el día de hoy es una batalla persistente y que con el pasar del tiempo la mujer ha sido mas reconocida que antes, pero aun no se otorga el valor que realmente merecemos. Mis mas sinceras felicitaciones a cada una de las mujeres científicas azuayas; gracias a ellas podemos sumar votos de confianza en el genero femenino que día a día potencia sus capacidades innovadoras.
ResponderEliminarEste blog es muy interesante pues como mujer me siento orgullosa de las mujeres azuayas y en general pues ejercemos un papel importante dentro de la comunidad somos participes y muchas son líderes, antes no se podía dar ni voz ni voto pues todo era cosa de hombres, ahora a cambiado considerablemente pues somos iguales y tenemos mismo derechos como deberes y no solo somos mujeres por nuestro físico también por nuestra inteligencia y hemos vistos estos relatos de superación profesional y formativo.
ResponderEliminarDespués de la gran lucha de varias mujeres, por conseguir sus derechos y salir adelante. Es un gran ejemplo para las mujer luchar por lo que anhelamos, hacer que nos respeten y dejar en alto nuestro compromiso entre mujeres. Y lo mejor de todo es que ahora reconocen y premian el esfuerzo de la mujer
ResponderEliminarTodas las mujeres que lucharon por nuestros derechos demostraron que no existe mujer débil como la veían, ya que no se rindieron y afrontaron los obstáculos, para así poder tener igualdad de género.
ResponderEliminarHoy en día las mujeres que lucharon son reconocidas ya que demostraron que no existe peor batalla que la que no se intenta.
Me parece muy valioso este tema y saber que las mujeres han logrado verdaderos avances en los diferentes ámbitos, aunque aun existen personas machistas las mujeres hemos demostrado que somos capaces al igual que los hombres.
ResponderEliminarLas mujeres a traves de los años han demostrado su lucha por ser consideradas con igualdad y respeto teniendo los mismo derechos y obligaciones que los demas.
ResponderEliminarhabla sobre la mujer
ResponderEliminaruna mujer nunca se rinde cuando quiere alcanzar algo que en realidad le apasiona y para lograrlo pone de su constante perseverancia, superación, visualización en lo que quiere hacer o tener en la materialización de sus aspiraciones.
la organización de estas mujeres azuayas
hacen notar que todas la mujeres tenemos que tener igualadad de derechos y oportunidades entre género.
Fue y sigue siendo un proceso muy difícil, si bien sabemos en la actualidad las mujeres tenemos derechos que nos resguardan pero atrás de ello existieron mujeres admirables que lucharon para lograrlos, me resulta muy grato conocer sobre estas mujeres que han batallado por un mundo mejor.
ResponderEliminarLos derechos de las mujeres y las niñas son derechos humanos. Abarcan todos los aspectos de la vida: la salud, la educación, la participación política, el bienestar económico, el no ser objeto de violencia, así como muchos más. Tenemos derecho al disfrute pleno y en condiciones de igualdad de todos sus derechos humanos y a vivir libres de todas las formas de discriminación . Una admiración por Matilde Hidalgo quien luchó por el reconocimiento de los derechos de las mujeres y ahora es consagrada como uno de los personajes más importantes en la historia ecuatoriana. fue la primera mujer en Latinoamérica en votar en una elección nacional, así como la primera ecuatoriana en doctorarse en Medicina Es muy importante recordar la historia de todo lo que tuvieron que pasar estas mujeres luchadoras para que a la fecha tengamos derechos, y seamos escuchadas pero sin embargo muchas mujeres siguen siendo victimas de violencia e injusticias . Mi admiración y felicitaciones por sus enseñanzas
ResponderEliminarEs agradable poder conocer que aunque se les limitaba a las mujeres, ellas no se quedaron estancadas y empezaron a luchar por conseguir sus derechos. Tuvieron que pasar por un sin numero de dificultades, sin embargo no se rindieron y eso demuestra su gran valor y lo importantes que son.
ResponderEliminarUno de los blogs más interesantes que he tenido la oportunidad de leer y analizar. Que emoción intensa tengo en mi ser por el hecho de ver como mujeres Azuayas se exponen y hablan de lo que hoy es la sociedad y que han tenido que atravesar para llegar a estar donde hoy se encuentran, con n camino duro lleno de críticas, discriminación, machismo pero lo cual ellas han sabido superar ya que para ellas también son inteligentes, son capaces y han persistido todo aquello que ataca a una mujer, mi admiración y felicitaciones para todas estas mujeres que no se quedan calladas y hablan sin miedo a las críticas.
ResponderEliminarTras leer esto, nos hace recordar cómo se le consideraba a la mujer y hoy en día a tenido muchos cambios como es la igualdad y el derecho, ahora se le considera a la mujer como un pilar fundamental en cualquier ocasión, ya que se a desarrollado y a logrado salir adelante apesar de todas las circunstancias que se ha venido dando en estos años. Por si misma se a logrado ganar ese respecto y lugar que actualmente tiene.
ResponderEliminarlas mujeres sin duda han tenido gran importancia en esta sociedad, sin embargo a sido muy discriminada en los aspectos de su vida social, pero aun así ellas han luchado para que se reconozcan sus derechos.
ResponderEliminartras varios años de lucha, lograron que las tomaran en cuenta que tomaran en cuenta su opinión, por fin en 1911 se celebro por primera vez en día Internacional de la Mujer.
La lucha constante de las mjeres por la igualdad es desde el momento en el que nacemos ya que por lo general las parejas ansían con fervor el nacimineto del bebé varón.Todos los dias escuchamos como en el mundo entero las mujeres tienen que romper muchos obstáculos para poder llegar a sus metas tanto personales como profesionales y aún así sigue acrecentando esa pared que nos separa de los hombres. En este Blog he podido leer la lucha incansable de mujeres cientificas coterraneas nuestras qeue muchas de las veces no valoramos y solamnete dejamos en alto lo extranjero y desconocido.Mujeres seamos nosotras las primeras en elogiar el trabajo de nosotras mismas y de nuestras coterraneas por alcanzar el anhelo del respeto al género femenino y la consideración dentro de todos los ambitos de la sociedad ecuatoriana y mundial.
ResponderEliminarLa lucha de cada mujer en todo este tiempo ha sido por reclamar nuestros derechos y ya no ser mas discriminadas por los demás tener la misma igualdad de todo nuestro entorno y hemos sabido demostrar nuestras capacidades y enseñanzas y sobre todo la superación que cada dia tenemos que trabajar.
ResponderEliminarEBP4-Johanna Saeteros
La lucha constante que an tenido la mujeres,para llegar a donde están no a sido fácil ellas an sido discriminadas pero ahun así ellas an luchado para obtener una igualdad de derechos. En esta lectura puedo apreciar la lucha que ellas hacen para lograr, mujeres ecuatorianas que exponen y hablan de lo que hoy es la sociedad gracias mujeres por su generosidad valentía y sus enseñanzas
ResponderEliminarLas mujeres a lo largo del tiempo han echo notar su lucha constante para tener derechos igualitarios como el derecho al voto, a la educación y a no ser discriminadas en los trabajos, por ejemplo cuando nos dicen que eso es solo para los hombres que no lo podemos hacer o cuando dicen que las mujeres solo deben estar en casa atendiendo a sus esposos e hijos. Es una gran lectura ya que en ella encontramos lo que ellas hicieron para poder ser tratadas como los demás y no menospreciadas.
ResponderEliminarEs un blog muy interesante como las mujeres con la lucha por sus derechos han logrado grades cosas, este es un ejemplo para seguir adelante
ResponderEliminarEl tema del presente blog es súper interesante ya que como mujeres nos orgullece bastante saber que existieron mujeres que lucharon hasta el último para poder hacer ejercer nuestros derechos, ya que la igualdad de género es un derecho humano fundamental. Promover la igualdad de género es esencial en todos los ámbitos de una sociedad sana: desde la reducción de la pobreza hasta la promoción de la salud, la educación, la protección y el bienestar de las niñas y los niños.
ResponderEliminarEste tema sin duda es muy interesante, ya que a nosotras como mujeres nos es grato conocer lo mucho que han luchado estas mujeres a lo largo de los años para llegar a tener el derecho a la igualdad a pesar de las dificultades presentadas ellas nunca se han rendido.
ResponderEliminarEs admirable conocer este tipo de conocimientos, lecturas de los hechos que han marcado al mundo, estas mujeres que exponen y hablan de lo que
hoy es la sociedad gracias a ellas, mujeres por su gran valentía, trabajo, y sus enseñanzas, nos dan un gran ejemplo a seguir.
Me parece excelente que José Castellano se enfoque en recodar a estas grandes mujeres que gracias a ellas en la actualidad somos muy valiosas ya sea en la politica, y en hacer cumplir nuestros derechos.
ResponderEliminarSeria bueno que compartamos estos testimonios para tomar como ejemplo y así luchar por la discriminacion y la violencia a la mujer.
Es impresionante ver como la mujer fue desarrollando sus capacidades y poco poco fue integrándose a la sociedad en donde se fue reconociendo sus derechos es por eso que hoy en día las mujeres cumplen varios roles como en lo laboral, social y en la familia.
ResponderEliminarA la mujer siempre se la visto como una fuente de procreación, una persona que no puede gener un pensamiento crítico, vaya una persona que no puede dar a conocer, ni exponer sus ideas; a depender siempre de un hombre.
ResponderEliminarPero no es que ahora la mujer empezó a desarrollar sus capacidades ya desde el inicio de la sociedad fue la mujer quien descubrió la ciencia, pero hubieron quienes las frenaron y obligaron a callar sobre temas importantes.
Ahora la mujer lucha por sus derechos, por rescatar lo que es justo, promover la igualdad de género debe ser la base para una sociedad fuerte que tiene diferentes roles.
Es gratificante como estas mujeres maracan su propio camino al andar,como han logrado muchas cosas y van por más, como ellas sin temor son capaces de expresar su investigación, nos hace dar en cuenta qure somos capaces de lo que nos propongamos.
La participación histórica de la mujer y la lucha que han realizado y que se sigue realizando hoy en día ha sido y es indispensabe para poder tener igualdad de derechos tanto en el campo laboral, político, económico así como su rol de participación activo en la sociedad, si bien es cierto ha avanzado mucho hoy en día pero aún hay mucho mas que hacer para no vivir mas bajo una sociedad de patriarcado muchas veces llena de violencia y machismo ya que considero que todos y todas somos iguales y tenemos las mismas capacidades por ello también debemos tener las mismas oportunidades, y podemos alcanzar lo que nos propongamos
ResponderEliminarAngélica Orellana EB,P1