La docencia universitaria tiene múltiples y complejos
problemas por resolver. La desarticulación entre la docencia, la investigación
y la vinculación con la colectividad impide estructurar una formación integral
de excelencia académica y de profunda sensibilidad social.
La Universidad de la Sociedad del Conocimiento ha de ser una Universidad investigadora. Siempre he pensado que una Universidad que no investiga no merece esa denominación. Porque estoy convencido de que la calidad docente está estrechamente ligada a la actividad investigadora, considero ridículo asignar a un distinguido Profesor, apenas 2 horas para investigación.
El docente,
«castigado» con 2 horas de investigación, es un gran investigador y un
EXTRAORDINARIO formador de ciudadanos libres, con firmes convicciones éticas y
comprometidos con una sociedad democrática, con el más alto nivel
de calidad y en una diversidad de saberes científicos, técnicos, humanísticos y
culturales.
La Universidad debe volcarse cada día con más intensidad en la investigación científica y en el desarrollo tecnológico. En la UNAE parece que no piensan así.
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