GRACIAS, GRACIAS y GRACIAS. Estos últimos días no han resultado
nada fáciles. Me he sentido atropellado por un tráiler, que una y otra vez pasaba sobre mi cuerpo, pero al recibir,
simplemente, el aliento y el afecto de mis amigos me ha cargado de energía y
ánimos. Seguiremos, si fuera el caso, la senda de Rodrigo Díaz de Vivar hasta
el final. Abrazos por siempre.
Merced yo os pido ahora, que os recuperéis bien pronto y volved a cabalgar con buen talante y bravura.
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