ELENA KÁRPAVA:
UN RECORRIDO PICTÓRICO DE UNA CIUDADANA
DEL MUNDO
Dr. José Manuel Castellano Gil (PhD)
Alena es rusa, yo canario. Yo soy de
izquierda, ella no tanto. Elena busca su nacionalidad perdida, yo soy un
convencido antinacionalista. Y a pesar de nuestras diferencias, somos grandes
amigos, hermanos.
Alena o Elena como suelo llamarla, es, por
encima de todo, una mujer hasta el tuétano comprometida con su trabajo. En la
docencia universitaria derrocha toda su energía y entusiasmo, batalla diariamente
con los jóvenes estudiantes de la UNAE como si fueran sus prop@s hij@s, les
exige con estricto rigor y los defiende como una loba a sus cachorros.
Elena cuenta con una amplia y dilatada trayectoria
formativa y con una brillante experiencia científica. Es una mujer de Paz, una
de sus principales líneas de investigación. Y su "Paz" la dibuja, la
pinta, la busca y la reencuentra en el paisaje de cualquier rincón de este planeta,
a donde le lleva su diáspora vital y profesional. Y ahora la exhibe en este sagrado
recinto de la cultura cuencana, ideado por dos valencianos, los amigos Jordi y
Gustavo, a quienes felicito por esa ingente labor solitaria que llena, sin
duda, todo un espacio de cultura. República
Sur es un eje referencial para esta ciudad Patrimonio de la Humanidad, que
no es mi segundo hogar, sino mi casa. Casualidad de la vida o no. Mi ciudad
originaria, San Cristóbal de La Laguna (Tenerife-Islas Canarias) es casi una
gota de agua de esta Atenas ecuatoriana. Y tanto es así, que además ambas
ciudades compartieron su nominación de Patrimonio de la Humanidad el mismo año,
1999, en Marrakech. Lazos históricos de sangre, porque Canarias forma parte
también de "Nuestra América", la de José Martí y Simón Bolívar.
Elena no es una migrante, es una ciudadana
del mundo, que lleva a cuesta su maleta donde siempre hay espacio para sus
pinceles, sus colores, aunque le duela el alma dejar atrás hasta su corazón. Ella,
sin saberlo, es de donde está, de donde proviene y de donde ha de estar. En ese
trayecto absorbe esencias y enjuaga su paleta con colores de paz para trazar en
sus telas gruesas pinceladas de reencuentros.
Elena reconoce con hondo dolor que ya ha
recorrido demasiado mundo y que en ese camino ha perdido sus señas de origen.
Yo no estoy de acuerdo. Pues, en ella se combina los colores de "todos",
en ella se funde las esencias de una identidad compartida, "humana" y
"humanista", en la que es capaz de transmitir aprecio y amor a la
Pachamama, a paisajes multidiversos que atrapa en sus cortas o largas estancias
para recordarnos a todos las sensaciones que hemos dejado atrás.
Gracias Elena, por este hermoso regalo que
nos colma el alma de emociones refrescantes y, sobre todo, nos permite un necesario
reencuentro con nuestras esencias compartidas: desde unas simples margaritas a
los campos de Granada; desde la niebla al riachuelo de Sierra
Nevada; desde el otoño ruso al Cotopaxi; desde el deshielo en Belarús a algún
lugar de Ecuador; desde la mañana primaveral rusa al tren de la Nariz del
Diablo; desde el Santuario de la Virgen de la Nube en Azogues a un inicio del
día; y desde algún lugar del mundo a la sabiduría. Gracias Elena.
Excelentes palabras para describir a Alena Kérpava, a quién admiro profundamente y considero como una excelente amiga que a su paso deja hondas huellas en quien conoce y que particularmente ha marcado su presencia en mi vida de manera positiva. Seguro que estaré allí para admirar su obra. Éxitos porque los merece.......
ResponderEliminarFelicitaciones mi estimada y querida Profe Alena, siga adelante, la aprecio mucho profe....
ResponderEliminarUn lujo nuestra biolorusa/española.Un honor caminar a vuestro lado.
ResponderEliminarEncomiable iniciativa y valiosa expresión plástica de esta compañera docente. Allí estaremos. Felicitaciones a ambos por la propuesta de exposición.
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