sábado, 24 de septiembre de 2016

TERTULIA EN LA MITAD DEL MUNDO: La historia ecuatoriana está llena de cosas especiales

CHAUVINISMOS Y OLVIDOS DE LA INDEPENDENCIA

Ángel Vera (*)
Periodista

“Quito, Luz de América”, proclamábamos cuando nos mentían en la escuela que nuestra capital, con su movimiento contra las autoridades españolas, iluminó supuestamente al resto de ciudades americanas pues fue, nos decían, que era la primera del continente en dar su “Grito de Independencia”.

Sin embargo, ya en 1808 hubo intentos similares en La Habana, Montevideo, Ciudad de México; y, en 1809, los movimientos reconocidos como precursores se dieron en Chuquisaca, la actual ciudad de Sucre, y en La Paz, Bolivia. El primero el 25 de mayo de 1809, dos meses y medio antes que el movimiento quiteño.

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(*) Texto elaborado por el periodista Ángel Vera, invitado especial a la sesión inaugural de las Tertulias en la mitad del Mundo, cuyo contenido fue abordado, entre otros muchos temas, en ese encuentro celebrado en República Sur en Cuenca (Ecuador).
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Cierto chauvinismo local e imaginarios históricos implantados por más de medio siglo en la mentalidad nacional desde que vamos a la escuela, podría pues resentirse si planteamos que, en apego a la verdad, deberíamos formatear de nuestros textos la afirmación de “Quito, Luz de América”, por no ser verdadera…

Sin embargo, el proceso de la independencia debería ser mejor estudiado desde la escuela, para ser bien comprendido, pues por la forma como se lo enseña, parecería que españoles y patriotas hicieron una cita para agarrarse a cocachos en la Batalla de Pichincha.

Al contrario, la guerra por la independencia fue un proceso de 13 años, al que algunos historiadores modernos califican como una guerra civil, en la que patriotas y realistas combatían a favor o en contra de un rey que ninguno conocía.

Nuestro conocimiento de la guerra de independencia se limita a decir que la noche del 23 de mayo el general Sucre ascendió al Pichincha y que al día siguiente triunfó en la gloriosa batalla, pero no se considera que el conflicto costó muchísima sangre, la muerte de 3.000 o 4.000 hombres fuera de unos 1.000 más que fueron a morir en el Perú, luchando por emancipar al país vecino.

La pérdida de tantos hombres equivalía a la ruina económica, especialmente de los pueblos del sur del Ecuador, como en la guerra soldado que muere debe ser reemplazado, los comandantes reclutaban a la fuerza a todo lo que caminaba. Un soldado era, pues, un artesano o un agricultor, un hijo, un padre de familia menos. Quedaba esa familia condenada casi al hambre: una mujer abandonada con el 30 a 50 % de posibilidades de quedarse viuda, dada la letalidad de armas de entonces, pues si el soldado no moría de un balazo, si la acertaban con la lanza, el sable o la bayoneta de la época, -capaz de atravesar un buey peor un ser humano- el riesgo de quedar mutilado, comido por las infecciones, las gangrenas, era altísima, en un tiempo en que la medicina sin antibióticos ni casi medicinas, se limitaba, acaso, a lavar las heridas con agua de la lluvia y a amputar.

Además los soldados de los ejércitos de miles de hombres, azules y rojos, que pasaban y repasaban por los pueblos, tenían la mala costumbre de comer todos los días y para ello cargaban con las vacas, los borregos, los caballos y sabe Dios si hasta con las ollas de barro de cuanta hacienda, casa o hasta choza indígena por donde cruzaban y eso significaba más ruinas.

Eso fue la guerra. Concentrados en lo heroico de los combates y de los llamados héroes, la historiografía ha olvidado las penalidades que sufrieron los pueblos, olvidó que lo que hoy es el Ecuador financió a más de su propia guerra, las últimas campañas de Colombia y apoyó a la liberación del Perú, con sus recursos. “Todo tenemos que tomarlo del Sur”, es decir del Ecuador, escribió un día el propio Bolívar.

Las guerras, además, cuestan dinero, los fierros para pelear con los españoles no fueron gratis. Venezolanos y colombianos se encargaron de que el Ecuador cargara con un 70 % del coste económico militar. Esa fue nuestra primera deuda externa, capitales ingleses primero y tenedores de papeles fiduciarios después metieron los colmillos y succionaron la sangre del país, una deuda que acabamos de pagar recién en 1974, 150 años después de la llamada guerra por la libertad, detalla que debe enseñarse escuelas para fomentar conciencia de los hechos.

NOCHES SOMBRÍAS Y BELLAS AURORAS
Los ecuatorianos no debemos olvidar los hechos sobresalientes y tampoco los amargos que ha tenido nuestra Patria… la misma canción “Patria, tierra sagrada”, nos recuerda sus “noches sombrías y bellas auroras”, algunas de las cuales este breve opúsculo quiere recordar.

La sombra de la esclavitud
Sombrío en la historia del Ecuador fue la esclavitud, una falsa aurora, es la que en 1851, el presidente José María Urbina decretara la “manumisión (o libertad) de los esclavos” en una fecha adelantada si nos fijamos solo en la cronología, 12 años antes que los propios Estados Unidos. Pero hay que decir que la liberación fue a cambio de un pago económico del estado a los dueños de los esclavos. El lado sombrío fue que el decreto amparó solo a los esclavos de ascendencia africana, los indígenas siguieron viviendo bajo esclavitud en las haciendas y que con una buena cantidad de los negros liberados, el presidente Urbina formó “los tauras”, un temible cuerpo de represión a los opositores a su gobierno y a los que llamaba “mis canónigos”.

La libertad quedó en mero idealismo, en enunciado para discurso romántico porque en la práctica indios y montubios siguieron siendo esclavos que hasta pagaban impuestos por doble vía: al estado y a la iglesia. El cruel y descarnado relato de Jorge Icaza en Huasipungo es el fiel retrato de la condición del indio.

La edad media aquí terminó hace solo 60 años
No una noche sino un siglo sombrío vivió el Ecuador acerca del trato y respeto a los indígenas. Cierto que las primeras comunas, los primeros intentos de organizarse y reivindicar sus derechos son de los ya remotos años 1930, sin embargo, se impone reconocer que solo hasta entrada la década de 1960 acabaron de existir los últimos rasabios de la esclavitud feudal en el Ecuador.

Los jóvenes de hoy nunca lo supieron y los no tan jóvenes sólo oímos contar a nuestros padres estos rezagos de esclavitud. Ellos sí vivieron la horrible frase: “Se vende hacienda con indios y todo”.

El indígena, el huasipunguero que trabajaba las tierras del hacendado cinco o seis días de la semana a cambio de ocupar una pedazo de tierra precaria para su sustento y vivir en una choza, tenía casi la misma condición que el siervo de la edad media europea… Y si no trabajaba con la intensidad y fuerza que se le pedía, caía sobre él el látigo del mayordomo de la hacienda.

“El mayordomo viniendo está, con so boyero, para pegar. Yo, chumadito, no he de aguantar, al mayordomo me he de paltar”, decía una canción de los indígenas, como grito de rebeldía irónica, canción que se grabó en disco y todavía se oía en las radioemisoras populares hace unos 25 años y que deja muy claro lo que vivían los indígenas.

No se trata de historias del siglo XVIII, sino de los años 1960, pues esta realidad duró hasta la implantación de la reforma agraria, impuesta por una dictadura militar y no por una democracia, recién a partir de 1964. Es decir, en términos históricos es recién ayer o a lo sumo anteayer, cuando mal que bien se decidió repartir la tierra y acabar con lo que entonces se llamó “formas precarias de producción”, que eran más bien feudales.

Dos veces, tres gobernantes el mismo día
Otra de esas noches sombrías fue el 7 de noviembre de 1961, el presidente Velasco Ibarra tenía como vice a Carlos Julio Arosemena, quien presidía el Congreso y los dos dignatarios se confrontaron.

El vicepresidente acusó al presidente de intentar asesinarlo valido de las barras en el recinto del Congreso, Velasco ordenó la prisión de Arosemena y de varios opositores. A esa hora, en las calles del país, especialmente en Cuenca y Guayaquil, algunos manifestantes antivelasquista, especialmente, estudiantes habían muerto victimados por la fuerza armada.

Ante esta virtual dictadura de Velasco, los militares lo derrocaron, más estando el vicepresidente preso y por tanto descabezado el parlamento, entregaron el poder al presidente de la Corte Suprema, Camilo Gallegos Toledo, pero este señor no pudo llegar al Palacio de Gobierno, … la Fuerza Aérea envió a sus aviones a pasar rasantes sobre el Congreso y se pronunciaron a favor de sacar de la cárcel a Arosemana para entregarle la presidencia. Fue así como en el curso de pocas horas, hubo virtualmente, tres gobiernos.

Treinta y cinco años después la escena se repetiría: el 6 de febrero de 1996, tras agitadas manifestaciones que cercaron el Palacio de Gobierno demandando la renuncia del presidente Bucaram, y ya cuando los manifestantes desbordaron el control policial, las Fuerzas Armadas retiraron el apoyo al Presidente.

Un desdichado olvido de nuestros legisladores: se les olvidó escribir en la Constitución quién y cómo debía suceder al presidente, eso agravó la crisis.

Depuesto el presidente pretendió asumir el cargo la vicepresidenta Rosalía Arteaga, emitió el respectivo decreto y formó un gabinete…pero en el Congreso no estaban dispuestos a permitir que ella gobierne. Al contrario, con una mayoría relativa de votos declararon a Bucaram incapaz mental para gobernar y nombraron presidente interino de la república, al presidente del Congreso, Fabián Alarcón….

Y fue así como entre la puesta del sol y el amanecer tuvimos tres presidentes, por segunda vez.

Sangre
A más de la corrupción política, el país cuenta represiones sangrientas, casi olvidadas como la del 15 de noviembre de 1922 o la del 2 y 3 de junio de 1959, en Guayaquil, jornadas en las que nadie sabe cuántas decenas o acaso cientos de personas fueron asesinadas por ejército y policía: la primera de ellas en el curso de la primera huelga de trabajadores: el ejército los cercó y ametralló….

La segunda, una masiva protesta contra el régimen, contra la carestía de la vida, se convirtió en vandalismo, incluido el incendio de las oficinas de la odiada pesquisa, el nombre que tenía la policía política y el gobierno resolvió cortarlo a balazos. Más cruel aún resulta la chispa que detonó todo: el suicidio del conscripto García Macías, en el cuartel de Portoviejo, por los maltratos proferidos por un oficial: el capitán Quevedo. El pueblo, sublevado, mató al capitán y quemó su cuerpo. Los estudiantes guayaquileños declararon un paro en solidaridad con Portoviejo y se desató la hecatombe.

Y ESTÁN UNOS DESTELLOS DE BELLAS AURORAS
El Ecuador puede sin embargo enorgullecerse ante el mundo de haber tenido también destellos de bellas auroras que tampoco ha sabido apreciar su valía y su lugar en la historia:

LA PRIMERA CONSTITUCIÓN (1812)
La primera constitución que se emitió en el Ecuador fue la constitución quiteña de 1812, lo notable de esta carta política es que puede considerársele precursora, y debe destacarse sus avances, pues algunas décadas antes que en muchos países, esta carta política ya prescribe la creación y separación de poderes ejecutivo, legislativo y judicial, lo que siendo una época tan temprana, debe resaltarse.

LA CONSTITUYENTE CUENCANA
Es todavía poco conocido, que después del pronunciamiento del 3 de Noviembre de 1820 por parte de los autonomistas cuencanos, estos emitieron un autodenominado Plan de Gobierno y Constitución de la República de Cuenca. Y aunque este intento de darse un gobierno propio haya tenido la efímera duración de un mes y medio, es del todo notable que para redactar este estatuto de gobierno, se formó una verdadera constituyente cuencana, con diputados designados por los cuerpos sociales e inclusive cada parroquia cuencana como Sígsig, El Valle, Azogues o Jima envió a sus diputados a esta asamblea.

Considerando las dificilísimas condiciones de viaje de la época, cuando llegar a estos sitios tomaba unos días, es de destacar los alcances del deseo y la premura de concretar una organización política. Lamentablemente, todo esto terminó el 20 de diciembre de 1820, cuando las tropas del coronel Francisco González, masacraron en Verdeloma, cerca de Biblián, a la escasísima y desarmada milicia cuencana.

Estaba desarmada, por cierto, porque el agente del general San Martín en Guayaquil, recibió el dinero para la entrega de mil fusiles, pero se quedó con el dinero….

PAIS DE LEYES SOCIALES PRECUSORAS

DIVORCIO
Mientras en Italia las parejas pudieron divorciarse recién desde 1970, mientras en Chile el debate de la ley de disolución del vínculo matrimonial duró diez años y las parejas chilenas pueden divorciarse plenamente recién desde el 2004, en el Ecuador el divorcio pleno existe desde 1910. Visto desde esta época no parece tener trascendencia, pero es de valorar que en el país, desde épocas tempranas, haya habido leyes como estas que contribuyeron a evitar sufrimientos.

DERECHOS LABORALES
En 1938 se expidió en el Ecuador un Código del Trabajo de inspiración socialista, que reconoció la jornada laboral de 8 horas, vacaciones pagadas, indemnización por despidos y otros derechos que hoy consideramos obvios, pero por la temprana época en que se aprobaron eran verdaderamente fundacionales.

PRECURSOR DEL VOTO FEMENINO
Finalmente, es conocido el hecho de Matilde Hidalgo, quien en 1924 demandó del estado y consiguió que se reconozca su derecho, como mujer, al sufragio, finalmente elevado a derecho constitucional en 1929, cuando aún muchos países europeos y ningún latinoamericano había reconocido a las mujeres este derecho cívico.

Más mucho notable es que Ecuador podría reclamar el tener no solo eso, sino a las primeras mujeres del mundo, candidatas a la presidencia de la República:

La primera de ellas es Hipatia Cárdenas de Bustamante, quien participó en las elecciones de 1932 y obtuvo un solo voto; en las elecciones que siguieron a estos comicios, pues fueron anulados tras cuestionarse la nacionalidad ecuatoriana del candidato ganador. En las próximas elecciones, otras mujeres siguieron su ejemplo, aun a riesgo de que las avergozaran por participar como candidatas sin el amparo de nadie, y por el mismo motivo merecen nuestra admiración imperecedera….

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Texto elaborado por el periodista Ángel Vera, invitado especial a la sesión inaugural de las Tertulias en la mitad del Mundo, cuyo contenido fue abordado, entre otros muchos temas, en ese encuentro celebrado en República Sur en Cuenca (Ecuador). 

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