Sexta entrega de las colaboraciones del proyecto "Iniciación y formación en redacción". En esta ocasión Corina Arteaga reflexiona desde una amplia visión sobre uno de los comportamientos sociales más indeseables y repugnantes.
Agradecemos a www.ecuadoruniversitario.com la difusión de este artículo y la apuesta decidida y comprometida por la juventud ecuatoriana.
Corina Arteaga |
Desde hace unas pocas décadas una parte de la sociedad
se ha movilizado, a través de campañas de sensibilización social, para generar
prácticas que erradiquen la violencia género, además, de promover una serie de
valores de justicia y equitativa entre todos ¿Qué tan cierto es eso?
Para abordar este tema creemos necesario, por un lado,
distinguir tres tipos de género principales: masculino (hombre), femenino
(mujer) y trans (transexuales y transgéneros) y, por otro, se debe aclarar que
la violencia de género es un conjunto de maltratos físicos y psicológicos que
se producen ante un determinado grupo definido por un género. Sin embargo si
repasamos el tratamiento que los medios de comunicación han concedido a este
tema, encontraríamos que en la mayoría de los casos ésta problemática va en una
sola dirección concreta: la violencia hacia la mujer.
Este tipo de violencia es el más denunciado en la
actualidad, aunque su origen reivindicativo en la sociedad ecuatoriana hay que
situarlo en Matilde Hidalgo, primera sufragista latinoamericana y primera mujer
en obtener un título universitario en nuestro país. A raíz de este antecedente
comienza a vislumbrarse de forma progresiva el maltrato al que han estado
sometidas las mujeres ecuatorianas: desde el uso de su cuerpo, como objeto
sexual y como reclamo en la venta de distintos productos, y, muy especialmente,
la agresión intrafamiliar.
Los cambios sociales y la progresiva independencia
económica de la mujer han conllevado al nacimiento de campañas de denuncias
ante esas manifestaciones de agresión. Pero centrar la atención de la violencia
de género sólo sobre la mujer sería caer en un grave error que impide hablar de
otras agresiones ocultas, que no encuentran espacio en los medios: la violencia
al hombre o las personas transexuales o transgéneros.
Muchos hombres han empezado a contar sus propias
historias de maltrato. Historias que no tienen demasiada trascendencia y
espacios. Los hombres sufren asimismo agresiones dentro de su hogar y también
comienzan a ser utilizados como objetos sexuales, en marcas de perfumes, ropa,
entre otros. Por otro lado, la comunidad trans se ha manifestado a través de
marchas y eventos con los que intentan promover la igualdad de derechos y
oportunidades. Muchas veces estas manifestaciones han sido ignoradas o han
generado un rechazo social hacia el transexual (quien se siente identificado
con su sexo no biológico y adopta expresiones de este) o transgénero (quien
mediante cirugías e ingesta de hormonas cambia su sexo biológico por el
contrario).
¿Por qué no hacemos nada? Muchos pensamos que este
tema está alejado de nuestra realidad y que en nuestro entorno no se vive la
violencia de género, pero dudo que al mirar dentro de un aula de clase no se
pida que los varones sean los que ayuden a cargar con sillas y mesas, no se
diga que las mujeres deben comportarse como “damitas” o no se discrimine a
alguna persona por querer usar ropa de algún color o forma que no corresponda a
lo establecido para su sexo biológico. Pongámoslo así, si en un aula un niño
decide ponerse falda ¿será realmente aceptado por sus compañeros? Es más ¿lo
dejarán siquiera entrar al aula sus profesores y directivos? Con esta reflexión
no se pretende otra cosa que la invitación a abordar la violencia desde una
perspectiva amplia y al menos rechazar todo tipo de violencia de género, porque
está en manos de cada uno de nosotros respetar a las personas, sin importar su
género, apoyarlas y denunciar cualquier manifestación de violencia ya sea a la
mujer, al hombre o al trans.
Fuente: http://ecuadoruniversitario.com/opinion/acto-violencia-genero/
Fuente: http://ecuadoruniversitario.com/opinion/acto-violencia-genero/
Enhorabuena por todo este trabajo. Pequeños pasos hacen grandes caminos .Hombres y mujeres de la mano denunciando y educando .
ResponderEliminarExcelente trabajo, es bueno ver a la juventud generando consciencia.
ResponderEliminarSigue adelante, cuenta siempre con nuestro apoyo.
Enhorabuena!
¡Excelente!
ResponderEliminarEs bueno ver a la juventud hablando de estos temas. Creando consciencia.
Cuenta siempre con nuestro apoyo.
¡Sigue adelante!