El Diablo Huma. Iván Petroff |
VACÍO
Como todos los días, entré en clase, alcé la mirada y como siempre no había nadie.
AHÍ ESTÁN
Languidecen sombras
de pobreza en encrucijadas urbanas,
sonrisas inocentes juguetean
ante una hilera de rosales empaquetados,
pensamientos lejanos atrapados
en un sin futuro,
sollozos silenciosos
y a dólar la ristra de verdes limones,
una ráfaga acuosa intenta
resbalar por la luna de los carros,
mugrientos cartones y
negras fundas de sepultureros en cada callejuela,
tabaco carcomido
entre labios y amarguras en sus comisuras,
trapos roídos en
manos infantiles centellean botines de charol,
reclinada en un
escalón una anciana extiende al vacío la palma de su mano,
madre e hija
postradas junto a un cartel escrito a sangre,
anciano que rebusca
entre la miseria de los miserables,
niños saltarines por
unos centavos
bajo bandera
venezolana, colombiana o ecuatoriana
de estirpe indígena,
mestiza o foránea,
día tras día, semana tras semana, año tras
años se repiten las mismas escenas,
que arrancan el alma
de cuajo,
que aniquilan toda
luz en un instante
que siembran tinieblas
para un mañana,
que cercenan sueños y
esperanzas,
penetrante tristeza, inmenso dolor e incontenible rabia.
ADIÓS
Y de pronto, en un
instante, todo se desmoronó.
PESADILLA
Deambulaba por un tenebroso territorio
donde había que esquivar huecas palabras e incesantes cuchillas, que no cesaban
de impactar en cuerpos callosos forjados en la indolencia. Era una tierra de
curas, banqueros, jueces, milicos y carceleros que nunca se atragantan con el
pan ajeno y que reparten miserias.
SUEÑO
Soñé que caminaba por
un territorio,
donde la palabra dada tenía más valor que la
vida,
donde la gente no
ensuciaba sus labios a escondidas,
donde los maestros
más que enseñar sembraban dudas,
donde no había espacio
para los embaucadores,
donde no faltaba el pan,
el vino y el amor
donde nadie buscaba
más allá que la alegría del otro,
donde la diferencia
era considerada como propia,
donde el color de la
piel se fundía en un arcoíris de hermandad,
donde no ondeaba
bandera alguna, ni existían fronteras,
donde la riqueza era
compartida,
donde no era
necesario administrar justicia,
donde no tenías que
sufrir para ascender al reino de los cielos,
porque no había más
paraíso que el terrenal.
AVLEMOS DE HEDUCASION
Mi esperiensia en la Heducasion a
sido mui interesante, nunca lei un livro porque me resultava muy aburrido; preferia
jugar a la pelota en el patio i fui avanderado del colegio, fue un día muy
importante para mi. Y aora tengo una veca para la U y me gusta enseñar porque
me gusta estar con los niños y divertirme, enseñarles, me gusta que me llamen
profe, que aprendan jugando y que no se aburran con cosas que no sirven para ná.
La U a la que boy es muy bonita y dicen que se aprende de forma diferente y que
vamos a cambiar el mundo pero no lo entiendo y los profes parece que tampoco,
pero suena bien, porque cuando se lo digo a mis panas ellos tampoco entienden y
creen que ya soy importante. Mi abuela, que cuida a mi tesoro de dos años, me
dise que suena con el día de mi graduación para llamarme licenciada o ingeneria.
Yo no quiero ser como mis maestos, que sienpre contavan istorias para no dar
clases y salían de las jaulas para a ser sus cosas.
¿Quién ganó?
Perdió el pueblo
Hermosas palabras, aunque trizte a la vez encierran el sentir de ver dolor que pasan muchos hermanos. Interesante AVLEMOS DE HEDUCASIÓN realidad que se vive y sueño que se espera cumplir.
ResponderEliminarAquellos mal llamados ¨garabatos¨ reflejan la podredumbre que nos ahoga, que nos rodea, que nos aniquila. Resulta impresionante el ¨vacío¨ cuando ¨habla(e)mos de educación¨. Y entre ¨sueño(s)¨ y ¨pesadilla(s)¨, ahí están sendos adios(es), para ver ¨quién ganó¨... ¡Pues los de siempre!
ResponderEliminarPierde el pueblo y por nuestra propia mano, al ponernos el vendaje de la ignorancia y la falta de lucha por la carencida aptitud frente a la nuestra realidad.
ResponderEliminarLa frase del texto ADIÓS refleja la destrucción de un sueño, proyecto u otro aspecto de la vida personal o académica. De un día al otro todo puede arruinarse, aun así, es un buen momento para levantarse.
ResponderEliminarEn AVLEMOS DE HEDUCASION hay mucha tela que cortar, puesto que es una historia de la vida real.