sábado, 29 de octubre de 2011

Crónica de un Pleno insultante


El ayuntamiento de La Laguna celebraba el pasado viernes un Pleno Extraordinario donde el equipo de gobierno, conformado por CC y PSOE, ponía sobre la mesa una subida de las tasas de los servicios e impuestos municipales. Un tema que, en estos tiempos que corren, eriza el vello y ahoga el alma. 

Un asunto, sin duda, muy sensible para la precaria economía familiar que sufre directamente el pago de una crisis que otros han provocado. Y mientras tanto, el consistorio lagunero decide aplicar recortes y subir las tasas de los servicios públicos e impuestos al tiempo que mantiene toda una serie de gastos innecesarios.

La desidia, el desinterés, el aburrimiento o simplemente el desprecio absoluto, hacia el asunto que se abordaba, llevó a una gran parte de los concejales de Coalición Canaria a refugiarse en otros entretenimientos más complacientes. El móvil de los ediles (por cierto costeados por las arcas municipales) se convirtió en el protagonista de la sesión plenaria junto al envío de mensajes sms y, en menor medida, alguna que otra tableta digital. No es muy probable que estuvieran realizando gestiones propias de su responsabilidad o atendiendo los problemas de los ciudadanos, pues las conversaciones eran de larga duración y casi interminables, algunos incluso llegaron a rozar los casi 120 minutos que duró la sesión. Eso sí, a la hora de votar levantaban sus brazos de madera. Un comportamiento insultante, por el que perciben unas más que gratificantes dietas. El único concejal activo, como siempre, fue Juanma Bethencourt que, con un discurso más periodístico que político, marca distancia con respecto al resto de sus apáticos compañeros áticos, con una oratoria llamativa pero de contenidos muy resbaladizos.

Por otro lado, esta sesión plenaria reconfirma una vez más que los concejales socialistas han desaparecido de la escena política en La Laguna. Incluso llegué a dudar de su existencia, aunque alguien me indicó que han optado por acogerse a un “voto de silencio” durante la presente legislatura, encomendándose a la santísima divinidad de Coalición Canaria, que reina y protege las beneplácitas gratificaciones terrenales de asignaciones y el amplio cuerpo de asesores y personal de confianza.

En contraposición, los concejales del Partido Popular estuvieron activos, participativos y muy serios en su labor opositora, al igual que el bregador de Juan Miguel Mena, y un Santiago Pérez en su línea, marcando diferencia y talla política por experiencia, capacidad de análisis y acertadas críticas pero también favorecido por el paupérrimo nivel de una corporación que no está a la altura de una ciudad universitaria como La Laguna.

Respecto a la participación de los colectivos vecinales, división de opiniones en el tendido. Acertada la intervención de Pablo Reyes, representante de la Asociación del Casco. Y muy ambigua, quizás demasiada condescendiente y complaciente con el equipo de gobierno, fue la disertación del presidente de la FAV Aguere, Francisco Barrero, aunque no le faltó arrojo para llamar la atención a los concejales sobre la utilización de los móviles en plena sesión, que no causó efecto alguno.

La única conclusión positiva del Pleno es que me alivió un sufrimiento de vergüenza ajena por la casi nula presencia de público, se podía contar con los dedos de una mano, si excluimos a los periodistas, personal de confianza y personal administrativo. En definitiva, un Pleno insultante.

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