Treceava colaboración del proyecto "Iniciación y formación en redacción" firmada por Marcela Ulloa Pineda sobre un esbozo biográfico de Graciela Malo González.
Agradecemos a www.ecuadoruniversitario.com la difusión de este artículo y la apuesta decidida y comprometida por la juventud ecuatoriana.
“El que en entre
ustedes quiera ser grande tendrá que servir a los demás”.
(Mt 20:26)
Marcella Ulloa Pineda |
Conocer la vida de Graciela
Malo González, nacida en
Cuenca en 1927, es percibir diáfanamente los dones del Creador perpetuados a
través de su labor. A los cuatro años ingresaba a la Escuela Santísimo Rosario,
actualmente Unidad Educativa Rosa de Jesús Cordero, conocida como Las
Catalinas, donde cultivó su fe. A sus veintidós años después de graduarse
decidía entrar al noviciado de la Congregación de las Hermanas Dominicas de la
Inmaculada Concepción en Cuenca. Posteriormente en 1950 emprendía viaja a Quito
para iniciar su postulado y tomar el hábito blanco y negro. En 1956 en
Pompigñan (Francia) recibía los votos perpetuos y se trasladaba a Toulousse
para iniciar sus estudios universitarios y después sería invitada al Instituto
Regina Mundi de Roma donde consumaba su carrera en Ciencias Sagradas.
Sus primeros pasos en
el mundo de la docencia los realizaba en la Escuela Heredia Bustamante y en el
Colegio Santo Domingo de Guzmán en Quito. Son destacables las tres medallas de
oro como la mejor educadora en Cuenca y en 1942 asumía el rectorado de Las Catalinas, tras la salida de
su fundadora. Prácticamente no dejó a la Institución, trabajando desde 1964
hasta 2011.
Fue nombrada
Provinciala por cuatro veces consecutivas, aunque el reglamento de la
congregación contemplaba una reelección y la Constitución de la comunidad recogía
que exageradamente podía considerarse un tercer periodo con decisión unánime.
En el caso de Graciela, con permiso del Vaticano, obtuvo un cuarto periodo que fue
concedido y aceptado. Durante su liderazgo se adquiría el edificio del actual
Colegio Luisa de Jesús Cordero en el centro de Cuenca; colocaría la primera
piedra en la construcción del campus de las Catalinas en Ricaurte; se
constituía una fundación para ancianos en Tehuacán-México; y escuchando la voz
del Papa Pablo XI enviaría religiosas a trabajar con los migrantes en Miami.
Graciela Malo era una
mujer talentosa y excelente oratoria, como lo demuestra el galardón obtenido a
la mejor declamación, “La Lira de Oro”, entregado por la institución en ´´La Fiesta de la Lira´´ en 1982, además, obtuvo
el cargo de Mantenedora siendo presidente el Dr. Carlos Cueva Tamariz. En
el ámbito religioso fue miembro activo
de Acción Católica y presidenta del Comité Orientalista. Asimismo a pesar de no
haber estudiado música era cantante, compositora y autora de algunos de los
tonos de las salmodias para las celebraciones e
instaurando, también, los coros dentro de la congregación.
Para concluir esta
breve semblanza recogemos el testimonio de una hermana de congregación en sus
últimos días de enfermedad donde se nos refleja el perfil de una mujer inmensa:
“Con un cuerpo que se va, porque la vida es así, su alma está intacta. Tiene
una lucidez que asombra. Es el tipo de
mujer virtuosa y a la vez humanísima, muy humana para entender el problema, la
debilidad, la fragilidad del ser humano y eso sigue siendo ahora desde su
camita. En día y medio que la he acompañado han desfilado por lo menos hermanas
de unas siete casas del Ecuador a verla, como quien dice queremos oírla hasta
el último momento, queremos recibir su luz hasta el último instante”. En
Ricaurte, Cuenca, un 28 de septiembre de 2017, con noventa años, iniciaba su
último viaje.
Marcelita, felicitaciones. Hermosa semblanza de lo que fue la vida de Madre Graciela Malo, una mujer ejemplar, de servicio, escucha y llena de Dios. Ella desde la eternidad nos seguirá bendiciendo cada día.
ResponderEliminarUn abrazo,
Felicidades por hacer visible a mujeres luchadoras como esta que han aportado su granito de arena en hacer un mundo más justo y mejor. Ahora la conozco,Graciela Malo
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