Nos
encontramos a las puertas de una devastadora pandemia de consecuencias nefastas
e incalculables. Este nuevo virus ya está infestando a numerosas familias. Los
reajustes laborales están poniendo en la calle a una legión de trabajadores en
todas las actividades productivas y profesionales.
El ECO-20
está llenando los hogares de desesperanza, miseria y vaciando sus despensas.
Una crisis de subsistencia que se irá propagando y esparciendo su oscura sombra,
que afectará con mayor virulencia, por desgracia y como siempre, a los sectores
sociales más precarios, pero que también golpeará de lleno a las clases media y
media-alta. Una afectación generalizada que acentuará aún más esas brechas abiertas
de desigualdad: una inmensa mayoría sin nada, sin futuro, y una exigua minoría detentadora
de todos los recursos.
Nuestra
“casa chica” y nuestra “casa grande” (Latinoamérica) retrocederán a los peores
momentos de su Historia. La expoliación foránea y endógena sembrarán de nuevo los
campos de esclavos y sangre. La libertad será silenciada y la educación desterrada.
Volverán los sables y proliferarán falsos profetas y las tanquetas tomarán las
calles para amedrentar al pueblo hambriento de paz, justicia y libertad.
Volverán
los poetas a alimentar nuestras almas y ojalá que en esta ocasión podamos
construir verso a verso una nueva sociedad, sembrar la tierra con amor,
cosechar la sabiduría acumulada y evitar a esos salvapatrias embusteros,
engañosos, buhoneros y manipuladores, traidores de lesa humanidad que juegan
con la ilusión de mujeres y hombres.
Nada
de atrás nos sirve. Empecemos de nuevo, sin lastres. No nos dejemos engañar nuevamente.
Avancemos día a día para cerrar un pasado que no debe volver nunca más. La
juventud no será futuro, es presente pero sin escollos rumbientos, ni oxidados. Su
lucha es su formación, no la descuiden, porque un pueblo sin formación es un
pueblo de vulgares charlatanes de feria.
La
educación es el arma de guerra y sus palabras las municiones que disparan
ilusión y realidades. No se dejen engañar por esos encantadores de serpientes
que trafican con pócimas malvadas. Construyan su criterio libre y defiéndalo
como si fuera su último suspiro de vida. Ustedes son la esperanza presente.
Ojalá tuviera la suerte de ver vuestra victoria que es la victoria de tod@s.
Dr. José Manuel Castellano Gil
Cuenca a 15 de mayo de 2020
Me encantó
ResponderEliminarEs realmente un virus que hace mucho daño a las familias, que ataca sobretodo a aquellas personas que tienen un comportamiento prolijo, frontal y crítico, hoy por hoy parece que hablar con la verdad es perjudicial, sobre todo para quienes no son frontales y miran la creyendo que siempre van a estar en el poder, los abuelos decían, cuando tengas un cargo trata a las personas que trabajan para ti con respeto, como te gustaría que te traten a ti, para que cuando uno de ellos esté en tu lugar, te trate de la misma forma
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