sábado, 2 de mayo de 2020

ENCUENTRO CON CLAUDIA NEIRA RODAS, AUTORA DE LA OBRA “QUEJAS DESDE LA LÍNEA IMAGINARIA”

 Creo que ninguno de los temas abordados en este libro tienen un trato adecuado en nuestra sociedad y es justamente por eso que he decidido quejarme al respecto” (Claudia Neira).


Por Mariela Barrera


Claudia Neira
La Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina acaba de publicar Quejas desde la línea imaginaria, de la joven escritora cuencana Claudia Neira. Una obra que nace desde la necesidad de denunciar distintas situaciones por medio de la narrativa y la metáfora. Un texto que estimula la reflexión abierta hacia determinadas temáticas, como gestión política, religión, homofobia, violencia familiar, explotación infantil y maltrato animal.
Claudia Neira Rodas nace en Cuenca (Ecuador), un 11 de diciembre de 1992, y es licenciada en Lengua y Literatura Inglesa en la Universidad Estatal de Cuenca, donde ejerció como docente en el departamento de Idiomas. Posteriormente cursó el Máster Oficial de Escritura Creativa de la Universidad de Sevilla y actualmente está realizando su tesis de doctorado en Estudios Filológicos, especialidad de Literatura Hispanoamericana en la Escuela Internacional de doctorado de la Universidad de Sevilla.
¿Cómo nace esta la obra?
Este grupo de relatos fue creado originalmente para la asignatura “Literatura actual” de mi máster en Escritura Creativa. El profesor nos dio la libertad de entregar una obra en cualquier formato, con tal de que fuéramos capaces de mostrar nuestro propio estilo narrativo. Decidí plantear un grupo de relatos cortos que tuviera una línea de unión. En este caso, fueron las “quejas” que tengo con respecto a algunos temas delicados y polémicos en mi país.
¿Cuál es la intención de este libro?
Mostrar las cosas con las que no estoy de acuerdo. A pesar de que hablo desde mi realidad, los temas que trato son mundiales. Son situaciones que resultan problemáticas en todas partes. Realmente, intento mostrar una realidad que está presente todos los días y que muchos no toman en cuenta porque no les afecta directamente.
Desde su perspectiva ¿Cómo es la cultura política del Ecuador?
Es una pregunta bastante difícil. No sé si se podría llamar una “cultura” política, sino más bien las prácticas políticas en el Ecuador. En general, muy pocas personas tienen un verdadero criterio político en nuestro país y a la mayor parte de las personas que están en ese tipo de cargos, les mueve la codicia o la conveniencia. Los políticos en el Ecuador, como en todo el mundo, dejan mucho qué desear, con muy pocas y honrosas excepciones.
Portada del libro diseñada por Paolo Arévalo
En su obra manifiesta cierta indignación sobre un hecho ocurrido en 1999. ¿Qué nos puede contar sobre ello?
La crisis del 99 en el Ecuador todavía tiene terribles consecuencias en el presente. Creo que si conoces lo que pasó y no estás indignado, es porque eres parte de los que se beneficiaron, o una persona con nula consciencia y memoria histórica. Algo muy triste, porque esa es la razón por la que los corruptos que hundieron al Ecuador en una de las tragedias económicas más grandes de nuestra historia, todavía pueden andar por las calles pidiendo votos para ser presidente. A pesar de que no me gusta hablar de política en general, me pareció un tema interesante para hacer un relato.
¿Qué influencia tiene la iglesia en el pueblo ecuatoriano?
En mi opinión es una influencia nefasta, como en todo el mundo. No tengo en nada en contra de las creencias religiosas y la necesidad emocional que tiene mucha gente de sentir que hay un ser supremo, eso es completamente subjetivo. A mí me molesta la iglesia como institución. La iglesia corrupta que roba, que manipula, que miente y que usa esa misma necesidad emocional para mantener a la gente ignorante y sumisa. No podría estar jamás a favor de una organización que ayuda a violadores, que fomenta guerras y que defiende dictadores. De nuevo menciono la memoria histórica. Si la gente supiera y entendiera todo lo que la iglesia católica ha hecho en nuestro país y en el mundo, probablemente dejarían de apoyarlos.
¿Considera que en Ecuador se respetan o se cumplen los derechos de la comunidad LGTBI?
Creo que hemos mejorado. Sigue siendo un tema tabú, pero existen más leyes que apoyan a la comunidad, tanto que se aceptó hace poco el matrimonio civil igualitario. Pero eso no quiere decir que la homofobia se haya erradicado y todavía hay grandes grupos que persiguen a los homosexuales. Aquí la iglesia también juega un papel muy importante, todos los temas que traté en el libro están relacionados de una u otra forma. Por ejemplo, se sigue considerando un “pecado” mucha gente va a atacar a la comunidad LGTBI. Pero, tengo la esperanza de que con el tiempo, la gente empiece darse cuenta que las tendencias sexuales son algo absolutamente personal y que no tiene nada que ver con ningún otro aspecto de la vida de una persona. Cuando aprendamos eso como sociedad, las cosas mejorarán increíblemente.
En el tercer capítulo hace énfasis sobre la discriminación que sufren las personas homosexuales por sus familias ¿Qué puedes añadir sobre esta situación?
Es una situación muy triste. Muchas personas esconden sus tendencias sólo a sus familias, porque saben que jamás van a ser aceptados, incluso si el resto de sus grupos sociales no los juzgan. Me gustaría pensar que hay una solución o una forma de ayudar a esas personas, pero es complicado ya que cada caso es distinto. De todas formas, me alegra saber que hay grupos que acogen a quienes son atacadas por sus tendencias sexuales y eso ya es un gran comienzo.
En el Ecuador el índice de violencia doméstica es alto ¿Qué puedes decir acerca de esta realidad?
Que me siento muy impotente al respecto. Cada caso es distinto y su posible solución va a depender de muchos aspectos. Pero algo que considero muy importante es la educación. Todos los niños, sin importar el género, deben saber que no pueden abusar ni ser abusados. El problema es que muchas víctimas son cómplices de su abusador, justamente por la ignorancia. Todavía queda un largo, larguísimo camino en ese aspecto. Y no sólo en el Ecuador, en todo el mundo. Por ejemplo, uno de los países que más me duele con respecto a este tema es México. Espero que nuestro país jamás llegue a ese extremo.
En relación a lo mencionado en el cuarto capítulo del libro, ¿Cómo esta narrativa manifiesta la realidad de muchas mujeres?
Lamento mucho pensar que hay muchas mujeres que se puedan sentir identificadas con este relato y que esté basado en una dura realidad. Si bien son bajísimos los casos de mujeres que matan a sus maridos por defensa propia, ya que es normalmente el abusador el que termina asesinando a su víctima, es una realidad mucho más frecuente de lo que pensamos. Mi relato muestra un caso extremo, pero los abusos en algunos hogares son a diario, y los hijos también se convierten en víctimas.
¿Cuáles son las principales causas de la explotación infantil en Ecuador?
Hay muchas razones y no creo que se puedan mencionar todas. Pero, creo que entre las primeras están la inestabilidad laboral. Padres con empleo estable no mandan a sus hijos a trabajar. La pobreza extrema, la ignorancia y en algunos casos la desesperación. Cada caso es diferente, no podemos juzgar sin antes saber cuáles son las razones que llevan a las personas a tomar una decisión tan terrible como mandar a niños pequeños a trabajar. No se puede dejar a la irresponsabilidad de lado, pero hay que entender que hay personas que realmente no tienen que comer.
En la obra manifiesta que una de las causas del trabajo infantil es el abandono familiar, ¿qué puede señalar acerca de ello?
El relato sobre el trabajo infantil es muy puntual. En este caso yo hablo de una mujer abandonada, embarazada de nuevo que manda a sus hijos a vender caramelos para así poder comer. A pesar de que los niños  forzados a trabajar son los protagonistas, entran muchos otros aspectos como la falta de educación sexual, la mendicidad, problemas sociales, problemas económicos. El abandono familiar es una de las tantas causas que pueden tener como consecuencia el trabajo infantil.
¿Cree que en el país existe respeto por la vida animal?
Existen muchos grupos y he visto personalmente gente ayudar a animales cuando lo necesitan. Creo que del grupo de relatos, es el único con un final feliz, pero que de todas formas refleja las injusticias que muchos animales viven día a día. A diferencia de lo que muchos piensan, somos los humanos los que invadimos sus hábitats y los convertimos en “plagas”. Lo terrible es que creamos que como especie somos superior o tenemos más derechos que el resto de animales. Creo que al Ecuador, y al mundo en general, le falta mucho por aprender con respecto a la convivencia con otros animales.
En su libro señala una situación común sobre el maltrato animal ¿cómo  se podría trabajar contra el mismo?
Bueno, no creo que pueda dar una solución a un problema tan grande como el maltrato animal en términos generales. De todas formas, establecer ciertas leyes ayudaría mucho para respetar a otras especies. Creación de santuarios y parques naturales podría ser una gran forma de contribuir no sólo a los animales sino al ambiente, pero no es algo que se pueda hacer de un día para el otro. Creo que un experto en ecosistemas y manejo responsable de los recursos naturales podría dar una opción mucho más certera.
¿Qué tan sensibilizados nos encontramos con cada una de las problemáticas señaladas en esta obra?
Creo que ninguno de los temas abordados tiene un trato adecuado en nuestra sociedad y es justamente por eso que he decidido “quejarme” al respecto. Son problemas que están latentes en nuestro país, en mayor medida unos y menor medida otros, pero creo que todos han sido descuidados de una u otra forma. Aun así, creo que la mejor forma de combatir la corrupción, la homofobia o la violencia de género es enseñando. Una generación consciente de los problemas y empática no va a permitir que las injusticias se sigan dando. Pero eso es casi una utopía. La sensibilidad con respecto a estos temas es muy personal.
¿Qué mensaje le gustaría dar a la comunidad cuencana sobre los temas tratados en este libro?
Lo que quiero decir con este grupo de relatos es que somos egoístas. Situaciones así pasan todos los días y la mayor parte de nosotros sólo juzga sin dar una solución. Yo mismo estoy juzgando en este momento. Es importante ser empáticos con los demás. No deberíamos ser parte de los grupos abusivos y, si tenemos la posibilidad, ayudar a los que están pasando por un momento tan difícil.
Para finalizar ¿qué opinión le merece la filosofía de la Editorial Centro de Estudios Social de América Latina?
Creo que el trabajo que está realizando para promover la literatura y la divulgación científica es una excelente iniciativa. La mayor parte de los autores queremos que la gente lea lo que escribimos, que se conozca el trabajo que tanto nos ha costado crear. Sinceramente espero que todos los proyectos que tienen en mente se realicen de la mejor manera.

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