lunes, 25 de mayo de 2020

ENTREVISTA AL DR. ARTURO LUQUE, AUTOR DE LA OBRA "TEJIENDO REDES, CONSTRUYENDO PUENTES"

Obra coeditada por la EDITORIAL CENTRO DE ESTUDIOS SOCIALES DE AMÉRICA LATINA y el MINISTERIO DE TRABAJO, MIGRACIONES Y SEGURIDAD SOCIAL DE ESPAÑA, junto a la UNIVERSIDAD TÉCNICA DE MANABÍ y EL OBSERVATORIO EUROMEDITERRÁNEO DE LA UNIVERSIDAD REY JUAN CARLOS DE ESPAÑA

Por Mariela Barrera

La vida es lo mejor de Ecuador. El día a día. Los mercados, los sabores, los olores, las sonrisas. El trabajo en el campo, con los animales y como no, la especial relación con la familia” (Arturo Luque).

Dr. Arturo Luque
La Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina acaba de publicar la obra “Tejiendo redes, construyendo puentes” co-editada en conjunto con el Ministerio de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social de España, la Universidad Técnica de Manabí de Ecuador y el Observatorio Euromediterráneo de Políticas Publicas y Calidad Democrática de la Universidad Rey Juan Carlos de España. La autoría de este libro corresponde al Dr. Arturo Luque González (PhD), quien además cuenta con  casi medio centenar de artículos, numerosos capítulos de libros y una veintena de ponencias. 
Actualmente es investigador en la Universidad Técnica de Manabí (Ecuador) y en el Observatorio Euromediterráneo de Políticas Publicas y Calidad Democrática de la Universidad Rey Juan Carlos (España). También es profesor y dirige tesis doctorales en diversas universidades prestigiosas de España y en otras como la Universidad Técnica de Ambato. Es miembro de la REd EcuaIntegra.
El profesor Arturo concibe a la educación como una herramienta social, accesible, universal y que tiene que estar al alcance de todos, además, conoce la realidad de unos cuarenta países y con ello sus desigualdades, así como muchas de sus sonrisas y ganas de vivir de la población local.

¿Qué es y cómo funciona la Red EcuaIntegra?
La Red EcuaIntegra se conforma en base a la unificación en un solo lugar, físico o lógico, de todos los procesos, así como de la dispersión existente a nivel académico por parte de la comunidad investigadora, principalmente proveniente del Estado español. Su perfil es el de doctores Ph.D. de 32 a 42 años de media. La red funciona de manera descentralizada. Se comparten necesidades, requerimientos, ofertas, etc., vía WhatsApp, Twitter, email, así como cuando hay eventos en los cuales asiste alguno de sus miembros. Buena parte colabora de manera activa y otra es espectadora. En cualquier caso, un núcleo central de la red, unas 10 personas, habitualmente tienen contacto más físico y en la actualidad a través de videollamadas grupales. La ciencia es importante pero nuestras familias también.

¿Qué perspectiva socioeconómica tiene de Ecuador? ¿Cuánto tiempo lleva en el país?
En la actualidad, Ecuador está pasando por un periodo de dificultad económica unido todo ello a una alta conflictividad social. Véase el levantamiento de octubre del 2019 y hoy día los recortes en educación, así como en empresas públicas, como Correos del Ecuador o Ferrocarriles. Todo ello unido a una matriz productiva de bajo valor añadido, alta dependencia extranjera y una política económica que pivota en procesos de extractivismo y de consumo continuo. Situación altamente preocupante, tanto para la ciudadanía del Ecuador como para los inversores y organismos crediticios externos. En Ecuador llevo cuatro años, la media de los miembros de la red. Siempre con las maletas preparadas para afrontar nuevos desafíos.

¿Cómo concibe a la educación superior en Ecuador y España?
Son conceptos similares, aunque su desarrollo está en etapas -y medios- diferentes. En ambos lados hay grandísimos profesionales. La educación (así como la sanidad pública) son un derecho en España con una media de precio de 1.000€ por año de pregrado, 1.500€ por año de maestría y 300€ por año de doctorado (Ph.D.). Mientras que en Ecuador no existe esa homogeneidad de costos y calidad educativa. España cuenta con universidades de más de 800 años como la de Salamanca, que es un icono a nivel mundial. Afortunadamente cada vez existen más intercambios y programas entre países y universidades, ese es el camino. Además, ahora en la época del Covid-19 la educación tal y como la conocíamos se ha deconstruido. No va a volver nunca más. Y de nosotros depende que las alumnas y alumnos con menos recursos estén en el tren del conocimiento para ejercer su propia transformación.

¿De qué manera influye la comunidad académica española en la educación ecuatoriana?
La comunidad académica española junto con el resto de nacionalidades existentes siempre han trabajado de la mano con Ecuador. Tanto desde programas propios de diferentes comunidades autónomas, institutos de investigación (Ej. Hegoa), así como de manera centralizada a través de AECID o inversión directa. En el caso de los procesos de migración académica, las profesoras y profesores (principalmente doctores Ph.D.) tienen un alto valor añadido debido a su sólida formación a nivel internacional. Todo ello unido a una amplia red de contactos para realizar convenios inter universitarios, conformar grupos de investigación, etc. Los compañeros y compañeras españoles tienen un alto nivel de producción científica, solo hay que ver las nacionalidades de los artículos publicados en Web of Science y Scopus. Aspecto conocido por las autoridades académicas ecuatorianas.

¿Cómo surge “Tejiendo redes, construyendo puentes”? ¿A qué se debe su título?
El título surge debido al avance de la relación de las investigadoras e investigadores con el país andino. Desde la informalidad a la normalidad. Es importante plasmar en el texto el recorrido realizado a nuestra llegada a Ecuador, así como las irradiaciones producidas en el camino. La suerte ha sido para ambos lados. Aprender, conocer divulgar y trabajar muy duro por parte de la comunidad española, así como colaborar y ayudar a muchos de los alumnos en la conformación de sus primeros artículos, dirección de tesis de maestría y en la actualidad de doctorado. Para muchos un sueño. Un sueño hecho realidad a más de 8.000 Km. de Europa, y un sueño por el que hemos pasado todos independientemente de latitud, raza, orientación sexual y/o nivel adquisitivo. La ciencia sin ilusión, por generar una vida más justa más ética y más solidaria la cual resuelva muchos de nuestros problemas, no tendría sentido.

¿Qué le ofrece esta guía al lector? ¿Cómo le ayuda a tener un panorama general acerca del contexto ecuatoriano?
Esta guía plasma un recorrido vital de lugares, sabores, sueños y porqué no decirlo inconvenientes también en el camino. El panorama general se conforma en primera persona debido a la relación directa con alumnas y alumnos, profesores y realidades sociales muchas de ellas establecidas entre comunidades con diferente lengua, rasgos, formas de vida y de estudio. Pasear, investigar, realizar proyectos y conocer ayuda a tener los pies sobre el planeta Tierra además de fomentar una ciudadanía global.

En la obra menciona el apartado “La vida en Ecuador” ¿Qué nos puede contar sobre ello?
La vida es lo mejor de Ecuador. El día a día. Los mercados, los sabores, los olores, las sonrisas. El trabajo en el campo, con los animales y como no, la especial relación con la familia. Entendí la obligatoriedad de explicar desde un punto de vista foráneo la complejidad de Ecuador, la necesidad de tiempo para hacerlo en relativa profundidad así como un innumerable listado de actividades a realizar que nadie se puede perder.

¿Cómo fue adaptado el libro ante la emergencia mundial que estamos viviendo?
Cuando empezó el Covid-19 empezamos a verlo -según nos decían los medios generalistas en Ecuador- por el retrovisor. Es decir, “era cosa de chinos”. Nada más lejos de la realidad. China es un país inmejorable con una potencia investigadora sin precedentes. Solo hay que mirar el escudo de la mejor universidad de ingeniería. Cinco personas remando en una barca a la vez… algo impensable en otras latitudes. A partir de ahí y con perplejidad nuestras actividades derivadas del libro se fueron reduciendo al igual que aumentando las reuniones virtuales. No se pudo realizar el lanzamiento en la universidad y tampoco pudo haber acompañamiento diplomático. Mucha de la información concentrada en el mismo a pesar de haberse publicado, desde el mismo minuto uno que la OMS decretó la pandemia ha dejado de tener vigencia al ser en muchos casos imposible de cumplir.

¿Podría mencionar brevemente tres características de las principales ciudades de Ecuador?
Ambato: Adaptabilidad. Llueve venden paraguas, hay concierto, venden el cd del concierto… no hay tiempo para lamentaciones.
Ibarra: Solidaridad. Ecuador es tremendamente solidario. Nadie se muere de hambre. Hay pobreza (al igual que en otras latitudes) pero la gente es digna y aun todavía con valores sobre todo ante los más necesitados. Aunque parezca mentira Europa, en Ecuador, está idealizada. En la actualidad es un constructo de países sobre regulados en ocasiones carente de valores asentados en el individualismo y el consumismo continuo.
Quito: todo el mundo tiene derecho a pasear, a dignificar a la familia y a tener momentos de esparcimiento. La gente es feliz chupando un helado o comiendo choclos. La felicidad es efímera y en Quito hay muchos pequeños rincones donde encontrarla.

¿Qué relación existe entre las redes académicas y la migración de jóvenes universitarios españoles a Ecuador? ¿Qué opinión tienen académicos e investigadores de su instancia en este país?
La migración española ha valorado positivamente los procesos migratorios en Ecuador, principalmente hasta el año 2018. Ahí empezó la decadencia académica en base al investigador multifunción. Es decir, válido para publicar artículos en las mejores revistas del mundo, para asistir a capacitaciones explicando lo que “es internet” así con un incremento sustancial en las clases de docencia hoy día prácticamente incompatibles con la investigación. Es en ese contexto donde se crea inicialmente -y de manera informal- la Red de Científicos en Ecuador. En base a un intercambio de necesidades constantes y aventuras burocráticas sin precedentes.
La opinión de los investigadores e investigadoras extranjeros en Ecuador es prácticamente unánime. Ecuador ha estado en la vanguardia de la educación en relación a los países de su entorno durante una década y hoy día ha dejado de serlo. Se han precarizado las relaciones laborales para los investigadores en base a un denominador común: la producción de artículos científicos en muchos casos sin medios para realizar esta tarea con efectividad y la temporalidad de los contratos. Más allá de eso derivado de las malas políticas públicas y de una mal entendida autonomía universitaria, la relación con muchas investigadoras e investigadores ecuatorianos es excelente y de máximo nivel. Véase los proyectos en marcha en Ikiam o en Yachay. Otros no han podido resistir los recortes o la falta de insumos.

¿Cómo concibe la vida laboral en Ecuador desde el ámbito educativo?
En la actualidad, en nuestra red, alrededor del 85% piensa dejar el país principalmente por la búsqueda de mayor estabilidad laboral y calidad de vida. La ciencia y la universidad son procesos que para llegar a buen puerto se deben promocionar muchas condiciones, buenos alumnos y medios para ellos (en gran cantidad de los mismos no tienen computadora y/o internet), intercambios de docentes, proyectos de investigación y medidas de control en los mismos. Alrededor del 90% de los miembros de la red nunca han recibido financiación para sus proyectos académicos. Y sobre todo tiempo para generar confianza en las empresas, instituciones y comunidades. En la actualidad hay pocos medios y la paciencia escasea.

¿Qué puede contarnos a cerca de la red de científicos?
La Red de Científicos es un constructo que ha pasado por varias etapas, así como lo ha hecho el propio país. Desde la ilusión por crear y compartir, a la decepción y el desempleo actual para buena parte de sus miembros. En la actualidad se comparten más imágenes de fotos de vuelos de repatriación a Europa que de proyectos y ofertas de empleo. Aun con eso, la relación en general es constante. Vía WhatsApp, vía Twitter, con reuniones de parte del grupo cada tres o cuatro meses y con una quedada anual o cena de navidad. La verdad es el sentimiento de gratitud es grande. La gente va y viene. No hay tiempo para pensar, no hay tiempo para lamentarse. A pesar de eso siempre hay un “qué pena, quizás podríamos haber hecho más…”.

¿Qué consejos le gustaría dar a los académicos que pretendan arribar a Ecuador?
Ecuador es una buena experiencia. Sobre todo en determinadas áreas relacionadas con la biodiversidad, historia y patrimonio, sector indígena… Es un país muy seguro, cordial y lleno de planes relacionados con la naturaleza. A nivel personal es necesario tener el contrato atado y bien atado, las palabras se las lleva el viento y estando cerca de la Cordillera de los Andes, el viento sopla muy fuerte.

Para finalizar ¿Cómo promover la investigación científica desde el ámbito universitario?
La práctica totalidad de los investigadores de la red conservan lazos con sus universidades de origen y en muchos casos, estos se han ampliado a otras redes de investigación en otros países. La investigación científica, más allá de medios. Es cuestión de confianza. La confianza se crea y se destruye. La estabilidad de las investigadoras e investigadores, así como el desarrollo de políticas públicas a largo plazo junto con directrices universitarias accesibles, son elementos de vital importancia para poder investigar. Desde cualquier parte del mundo se puede ir a la luna, pero para eso se deben dar muchas condiciones empezando por la ilusión en hacer cosas interesantes y no solo publicar artículos o tener un buen sueldo de decano…terminando por remar todos juntos. En Ecuador se hicieron cosas formidables a partir del año 2008, hoy ese tren lo capitanea Portugal, Corea del Sur, Costa Rica, Malasia, Uruguay o Chile.

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