Este
ensayo, Gestión cultural alterativa,
propuesto por Ramiro Caiza, un activista cultural que cuenta con una amplia y
dilatada trayectoria en este campo -tanto
desde una acción de compromiso individual (poeta, ensayista y gestor cultural) como
en su ejercicio institucional, (miembro fundador y presidente de la Casa de la
Cultura Ecuatoriana del cantón Mejía, provincia de Pichincha; de la Casa de la
Cultura Ecuatoriana Núcleo de Barcelona en España; y gestor cultural en la Casa
Matriz de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión)- pone sobre la mesa del debate social una serie de elementos
claves.
Debemos
resaltar, en primer lugar, que la acuñación de esa licencia literaria recogida en
su título, “alterativa”, no sólo
busca atrapar la atención del lector a partir de un posicionamiento claro y directo
para estimular una confrontación dialéctica sino que encierra fundamentalmente
un re-planteamiento, re-consideración y re-conceptualización de un término,
como es la cultura, desde la acción comunitaria y local.
La cultura es, sin duda alguna, un
concepto complejo y, desde luego, nada neutral que está en constante
transformación epistemológica, con procesos de adaptación y readaptación a lo
largo del tiempo y con dinámicas propias en cada territorio. Cada período
histórico, cada sociedad, cada área de conocimiento, cada investigador, cada
gestor, cada individuo, etc., tiene su modo de ver, entender y hacer cultura.
Sus múltiples acepciones, por tanto, condicionan los análisis e
interpretaciones, la forma de ver el mundo, de sentirlo, de entenderlo, de
definirlo y de proyectarlo.
La cultura dominante es un reflejo del
sistema productivo y sus relaciones sociales derivadas, traducidas en determinados
comportamientos, hábitos, expresiones y manifestaciones. Pero la cultura, al
mismo tiempo, puede ser interpretada como un instrumento de transformación social
colectiva liberadora frente a la oficialidad, al institucionalismo y como una herramienta de contrapeso
a los comportamientos estáticos y replicantes, es decir, un acto de rebeldía
frente a los grupos de poder, que pretenden imponer una cultura única y uniformada.
La
cultura hegemónica -visiones y miradas generacionales e
intergeneracionales, pasadas y presente- es un
movimiento dinámico, construida y de-construida por los sectores dominantes y
oficialistas en cada momento junto a la diversidad de acciones surgidas desde
otros segmentos sociales, populares, étnicos y territoriales, que en su acción defensiva
identitaria intentan recuperar y reconstruir una serie de signos y símbolos que
se encuentran, como siempre ha sucedido, en pugna constante y que en el
presente histórico obedecen a los procesos globalizadores, dibujados por espacios
centrales y periféricos, es decir, por áreas geográficas dominadoras y por territorios
dependientes y dominados.
A
ese cuadro sociocultural general hay que añadir otros aspectos singulares en
nuestra región latinoamericana, donde intervienen y entran en juego
cosmovisiones entre el mundo originario (indígena) con las resultantes de las
diversas variables del proceso colonizador y sus incidencias aculturativas (pervivencia
y sincretismo), la recomposición de una sociedad mestiza diversa, integrada por
otras culturas y etnias (como es el caso de los afroecuatorianos o sociedades
orientales), junto a la actual presión globalizadora en su más amplia
concepción: desde los trasvases migratorios, a la revolución tecnológica y a la
configuración hegemónica internacional, plasmadas en un sistema
económico-financiero y su engranaje en el escenario ideológico mundial.
En
fin, no podemos concebir, ni entender a la cultura desde una perspectiva aislada,
independiente o unidireccional sino que juega un rol dinámico, redefinido en
cada momento y en cada territorio entre dominadores y dominados, que conviven de
forma permanente en confrontación, con mayor o menor intensidad, en sus manifestaciones
y cosmovisiones.
En
definitiva, el tratamiento que se aborda en las páginas que siguen a estas
líneas no tiene como intención cerrar el círculo conceptual y el propio
accionar de los movimientos culturales sino que esta visión que se presenta tiene
como propósito invitar a una profunda reflexión, análisis y debate sobre la configuración
social e ideológica que, en suma, define y re-diseña el marco cultural entre la
mayoría minoritaria y las minorías mayoritarias.
Dr.
José Manuel Castellano Gil
(*) Este texto corresponde al prólogo del libro "Gestión cultural alterativa" de Ramiro Caiza, coeditado recientemente por la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina y el colectivo Mejía Cultura Siglo XXI (Machachi-Pichincha). Cuenca, 2020.
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