jueves, 8 de diciembre de 2022

"Nada hemos hecho, nos queda todo por hacer y mucho por aprender"

A Mateo S. Silva Buestán, "un mirlo blanco".

Hace un año tuve el inmenso privilegio de prologar el primer libro de este joven amigo, aunque intelectualmente maduro, con el que hemos compartido aprendizajes y conocimientos de ida y vuelta durante varios años. Ahora doce meses después nos volvemos a reencontrar en esta ventana virtual para anunciar su segunda obra, “RAREZAS. Variopintos relatos y confusos versos”, cuyo prefacio viene firmado por un sesudo investigador y serio académico de altos vuelos en el área de la Psicología y de las Ciencias Sociales, que paralelamente cultiva con esmera exquisitez y maestría distintos géneros literarios, junto a unas columnas de opinión que están impregnadas de profusa erudición.

Por tanto, mi doble gratitud a Pedro Martínez Suárez por aceptar y prologar con ese talento y elegancia este compendio de profundas e interesantes reflexiones de Mateo Sebastián Silva Buestán, que vienen aderezadas con relatos, cuentos cortos y poemas en los que el autor comparte sus conflictos internos frente a esta realidad incalificable, con la intención de trasladar al lector ese necesario debate para provocar un caos mental, que active un despertar de nuevas miradas.

Nuevas miradas que nos liberen de adoctrinamientos y alienaciones, al menos desde el plano del pensamiento. Por ello, el autor no es parte integrante de esa masa descerebrada, de esa sociedad de humanos robotizados y se atreve a enfrentarse abiertamente con estos textos a esos especímenes adictos al poder y a su corte de lacayos, que ocupan distintas parcelas y niveles, con la pretensión de imponer relaciones de verticalidad, sumisión y mediocridad. Mateo desde su estrecha trinchera, tan solo, enarbola a los cuatro vientos la bandera del libre pensamiento, a pesar de las tentaciones, las cortapisas, las emboscadas y las bombas lapas.

Desde un plano estrictamente personal, debo confesar el orgullo de haber caminado junto a este “Mirlo Blanco”, a quien admiro ciegamente a pesar de su juventud y que tiene, no un futuro prometedor, sino un presente extraordinariamente brillante y excepcional. Mis mejores parabienes para ti, querido amigo, y ten siempre muy presente ese mensaje que, tanto a ti como al resto de nuestros compañeros, les reitero constantemente hasta la saciedad, “nada hemos hecho, nos queda todo por hacer y mucho por aprender”.

José Manuel Castellano
Cuenca (Ecuador) diciembre 2022

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