El ex Seminario de San Luis, en la Cuenca Patrimonial del Austro ecuatoriano, se ha convertido en mi segunda casa y en un excepcional espacio de trabajo. Mientras cargaba la batería de mi laptop y usaba el celular, para seguir leyendo algunos materiales pendientes, recibí la inesperada y grata visita de un grupo de alumnas que desde la distancia alzaban sus manos saludándome. Un encuentro casual rebosante de alegrías. Momentos como este, nos recarga de nuevas energías para continuar nuestro empeño en apoyar decidida y ciegamente a nuestra juventud.
Éstas son las recompensas que generan el trabajo hecho con esmero y cariño.
ResponderEliminarFELICIDADES!!!