Dr. José M. Castellano Gil (PhD)
Programa Prometeo - SENESCYT
"Dedicado muy especialmente a todos los compañeros que desempeñan sus labores en los archivos del cantón Machala y al cuerpo directivo de esos centros documentales por su constante batalla en la preservación, conservación y en la esmerada atención que dispensan a investigadores y usuarios. Ellos son los verdaderos baluartes del Patrimonio Documental machaleño a pesar de contar con escasos medios y recursos".
Estas breves líneas pretenden describir de forma muy somera la situación actual del Patrimonio Documental del cantón Machala con el único propósito de sensibilizar a los responsables directos, es decir a las instituciones Públicas, ante un "problema objetivo" para que adopten las medidas oportunas respecto a una adecuada conservación y recuperación del legado documental, con la finalidad de salvaguardarlo en las mejores condiciones posibles y transferirlo con garantías a las generaciones futuras como un elemento referencial de nuestro origen y evolución como pueblo.
El
actual panorama archivístico en el cantón Machala, y por ende en la Provincia
de El Oro, es extremadamente precario y alarmante. Esta afirmación no es
gratuita sino que se evidencia de forma contundente en la inexistencia de
fondos en sus dependencias. Machala, desde ese punto de vista, puede ser
considerado como un municipio con una frágil memoria documental. Es verdad, que
en estos momentos, la ciudad dispone de dos instituciones con espacios abiertos
a disposición pública denominados como "archivos". Pero no es menos
cierto que se caracterizan por un paupérrimo patrimonio documental. Esta
valoración, fundamentada en el chequeo que hemos realizado a los distintos
centros, también se puede constatar en la información recogida por el Instituto
Nacional de Patrimonio Cultural(INPC) en sus fichas correspondientes al
Patrimonio Documental de Machala. Los motivos de esta inquietante situación son
diversos y complejos, unos pueden ser comprensibles pero la mayoría de ellos
son sencillamente injustificables. Pero eso, es otra historia.
El Archivo
Histórico Municipal de Machala creado de forma oficial en 2007,
aunque en funcionamiento desde el 2002 bajo la dirección del Soc. Galo Salcedo,
está completamente desnudo y desmantelado. En la actualidad este centro tan
sólo dispone de una colección del Diario El Nacional que va desde 1965 a 2000, algunos
libros de consulta y un dossier de artículos de prensa sobre diversos aspectos
históricos. No obstante, tenemos constancia que el Municipio cuenta con un
pequeño fondo documental, custodiado por el secretario de la Corporación, que
está sin inventariar, sin catalogar, sin acceso al público y en unas condiciones
inadecuadas para su conservación. Ante esta situación sería muy recomendable
que ese material fuera trasladado al Archivo Municipal para que se inicien las
tareas consustanciales y propias de estos centros.
El
reciente Archivo Histórico Provincial de
la Casa de la Cultura de El Oro, creado el 12 de mayo de 2010, dispone
simplemente de un fondo principal integrado por una colección de El Diario
Nacional que va desde 1965-2012 y un soporte fotográfico digital, escaneado de
publicaciones y revistas, que se acerca al millar de ilustraciones. Asimismo en
sus dependencias está depositado una pequeña parte del Salón Documental
Histórico del Consejo Provincial, conformado en su inmensa mayoría por recortes
de prensa y un repertorio bibliográfico compuesto por 212 volúmenes de carácter
muy generalista.
El Gobierno
Provincial Autónomo de El Oro sencillamente no dispone de
archivo de uso público, algo realmente incomprensible. Y tampoco cuenta,
siquiera, con un archivo central administrativo. No dispone de personal y,
evidentemente, tampoco de reglamento interno. En su sede actual se custodia
exclusivamente documentación posterior a 2009, que está dividida o estructurada
por departamentos. Su fondo anterior se encuentra depositado en su antiguo
edificio y desconocemos absolutamente su sistema organizativo y estado de
conservación. Junto a ello, debemos señalar, también, el infortunio que supuso
la disgregación de los fondos que en su momento integraron el Salón Documental
Histórico del Consejo Provincial, a principios de la década de los ochenta de
la pasada centuria. Ese fondo fue creado, y expuesto al público, bajo la
prefectura de Mario Minuche Murillo y durante la presidencia de Luis Serrano se
firma un convenio con el Banco Central de Ecuador, mediante el cual esa entidad
financiera se hacía cargo de la Biblioteca José Ugarte Molina (Puerto Bolívar),
del Salón Histórico Documental y del antiguo edificio de la Gobernación, cuya
planta baja fue acondicionada como sala de exposición permanente. Sin embargo,
durante la prefectura de Franco Romero Loayza (1988-1992) este convenio fue
revocado y los fondos repartidos entre la Casa de la Cultura, el Gobierno
Provincial y otros fueron a parar a manos desconocidas. Igual suerte deparó a
muchos de los objetos y documentos que integraron los dos intentos por
consolidar unos centros museísticos en el Municipio. Ese material, difuminado y
esparcido por quién sabe dónde, tuvo como final un destino oculto y clandestino.
El Archivo de la
Gobernación de la Provincia de El Oro tampoco cuenta
con archivo para uso del público. No dispone de personal, ni de reglamentación
interna. El fondo que custodia se reduce exclusivamente a documentación
posterior a 1998 y se encuentra en un cuarto con unas condiciones realmente
lamentables. La documentación anterior, es decir desde su época de creación
hasta finales de la década de los años noventa de la pasada centuria, que
estaba depositada en su anterior edificio, sufrió las consecuencias de una
inundación que azotó a la ciudad y su legado se perdió para siempre.
Los fondos
documentales del Archivo Central de la Universidad Técnica de Machala
tampoco están a disposición pública y sólo tienen una finalidad meramente
administrativa. No cuenta con personal, ni reglamento. Tampoco están
inventariados, ni catalogados. Los documentos del Archivo Central de la UTMACH,
proveniente de la gestión rectoral, se encuentran encuadernados en su inmensa
mayoría en un espacio reducido que presenta unas condiciones de conservación impropias.
En cambio, la situación de los archivos de las distintas facultades varía
sustancialmente: en unos, que cuentan con personal, los fondos están ubicados
en estanterías con cierta lógica primaria pero sin criterios archivísticos y en
otros predomina el concepto básico de almacenamiento y amontonamiento. En
cualquier caso, ninguno de ellos reúnen los espacios y características
esenciales para su clasificación y conservación. Evidentemente no están
inventariados, ni catalogados y, en el mejor de los casos, están simplemente agrupados
por años. En este sentido, sugerimos la creación de un verdadero "Archivo
Central" universitario donde confluya toda la documentación generada por
esta institución académica una vez haya finalizado la vida administrativa de
los expedientes.
Para
completar esta rápida visión sería interesante incorporar el conocimiento y estado
actual de otros centros (como el archivo Catedralicio, los parroquiales, el del
Colegio 9 de Octubre y los del Registro de la Propiedad, notarias, delegaciones
provinciales y otras tantas instituciones como centros educativos, hospitales,
etc.), cuya realidad desconocemos pero es más que probable que estén en plena
sintonía con esa descripción general que hemos realizado.
Este
panorama desolador, entre otras cuestiones, hace prácticamente inviable una
mínima tarea de reconstrucción del proceso histórico del Municipio en un
período tan cercano como es gran parte del siglo XX. Y no hablemos de las
insalvables dificultades que nos encontraríamos a la hora de abordar un estudio sobre las
centurias precedentes. Esta es la dura y triste realidad
archivística-documental del cantón Machala y de la Provincia de El Oro. Y desde
esta perspectiva hacemos un llamamiento urgente a las principales autoridades
de las distintas instituciones para que activen medidas inmediatas que subsanen
esta penosa y delicada situación. Estas acciones podrían ir encaminadas en las
siguientes direcciones: primero, dotar de personal cualificado que organice sus
fondos a través de los procesos sistemáticos de inventarización y catalogación;
segundo, aplicar medidas oportunas para su correcta conservación; tercero, poner
a disposición publica sus fondos; cuatro, incentivar políticas, campañas y
acciones de recuperación documental entre la ciudadanía; quinto, fomentar su
difusión a través de ediciones y publicaciones; y sexto, celebrar cursos de
capacitación y especialización profesional.
Asimismo,
de forma paralela y complementaria, consideramos imprescindible la creación de
un “Archivo de Fuentes Orales José
Madero”(*), cuyo principal objetivo consista en rescatar
la memoria histórica a través de las fuentes orales con la idea de contribuir a
la reconstrucción histórica de la Provincia de El Oro ante las enormes
carencias documentales existentes. Este centro archivístico debería orientar e
implementar sus iniciativas a fomentar la preservación colectiva del patrimonio
histórico cultural; a planificar y desarrollar proyectos de investigación; a rescatar
testimonios orales mediante sistema de grabación audiovisual; a ofrecer sus
servicios a investigadores y público en general; a incentivar campañas de
promoción sobre la importancia de los testimonios o fuentes orales en la
comunidad educativa y en el conjunto de la sociedad; a realizar congresos,
jornadas, seminarios, talleres y eventos similares; a establecer vínculos de
colaboración con centros similares e instituciones para el desarrollo de
proyectos; integrar a un sector de la comunidad –los ciudadanos de la tercera
edad– como actores indispensables de un proyecto de rescate de la historia
local; y concienciar a la sociedad de la necesidad de revalorizar la historia
local y los elementos identitarios.
(*)
Nos atrevemos a proponer la denominación de este centro archivístico “José
Madero” por ser una destacada personalidad machaleña que hasta el momento no ha
tenido un reconocimiento público a la destacada labor realiza en el cantón
Machala y muy especialmente como promotor entre otras cuestiones la
construcción del Colegio 9 de Octubre.
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