Por Chema Tante
Publiqué hace poco,
Ángel Bolívar, un artículo tuyo, que
me llegó de la mano de José Manuel Castellano. Para quien no lo sepa, José
Manuel Castellano es un firguense lagunero, historiador, doctor y académico,
que honra a Canarias participando en el noble esfuerzo de la Universidad
ecuatoriana por formar docentes para la democracia.
Democracia. Cómo me
recuerda tu nombre, Ángel Bolívar, la vocación democrática de las repúblicas
latinoamericanas que se sacudieron la dependencia hace dos siglos. Justamente
ahora, otro pueblo, que habla otro idioma, está intentando liberarse de la
misma sujeción para también poder decidir por sí mismo su destino.
No creas, Ángel
Bolívar, que publiqué tu artículo por ser amigo de José Manuel, que lo soy. Lo
hice porque estoy convencido de que, con tus palabras, tu teclado destiló
la verdad. Todas las profesiones, todos los oficios, tienen la misma dignidad y
se necesitan igualmente para la sociedad. Pero no hay actividad humana que
tenga la trascendencia de futuro que tiene la docencia. De lo que hacen
maestras y maestros y el profesorado de secundaria y de la Universidad, depende
lo que serán los pueblos.
Esto lo sabía muy bien
la felonía franquista que atropelló la democracia en el estado español en el
segundo tercio del siglo pasado. Por eso las maestras y los maestros; las
profesoras y los profesores tuvieron un tan doloroso protagonismo en la
represión en la que tanta gente fue arrojada de sus puestos de trabajo y
sufrió vejaciones, exilios, torturas y prisión, cuando no se les asesinó,
directamente. Es lo mismo que hicieron Hitler y Mussolini, perseguir la
enseñanza libre. Como después es lo mismo que imitaron las dictaduras
latinoamericanas que, tú lo sabes bien Ángel Bolívar, aplicaron especial saña
en el acoso a las y los docentes. Y es también lo mismo que está haciendo,
quizá no tan sangrientamente, pero con la misma eficacia y maldad, el
neoliberalismo, que favorece la enseñanza privada y recorta presupuestos y
coloca obstáculos para el acceso a la educación pública. Por eso vemos estos
días como el centralismo español pone su mirada sobre la escuela pública
catalana. Es que sabe que allí, en la escuela, cristaliza la identidad y
la cultura de ese pueblo.
Porque el fascismo, la
derecha, el neoliberalismo, que son tres caras del mismo monstruo, quieren
reservar la formación para las clases afortunadas. Porque tienen muy claro que
un pueblo culto y consciente de lo que es, siempre se resistirá a la
sumisión; que las trabajadoras y los trabajadores con conocimiento, siempre
serán más difíciles de explotar.
Por eso hay que darte
las gracias a tí, Ángel Bolívar por tu artículo: Y hay que darles las gracias a
las y los jóvenes que, como tú, asumen el insigne compromiso de formar a la
gente para la libertad.
A tí, a ustedes,
gracias.
Salud y República
Chema Tante
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