Una sociedad tramposa
construye, sin duda, un país sin futuro. Hace algún tiempo esbozamos esa
temática en un artículo intitulado “Copia,
coima y otras corruptelillas académicas”. Y todo parece indicar que va a
peor la mejoría, pues nada ha cambiado. Todo sigue empeorando de una forma
galopante. Una práctica excesivamente extendida desde la escuela, que tiene su continuidad
en la universidad, en el ejercicio profesional y en las propias instituciones
bajo el lema: “copia y no te preguntes a quién”. La creatividad y la originalidad
han muerto ¡Viva el plagio! ¡Fusile a libre discreción cuántas ideas ajenas puedas!
Reconozco que tengo
la muy fea costumbre de conversar frecuentemente con muchos jóvenes,
estudiantes de todas las etapas educativas, desde Educación Básica,
Bachillerato y Educación Superior, y la inmensa mayoría me confirman la
existencia de esas malas artes, a la que no escapan algunos “supuestos
académicos” y “aparentes profesionales”. Ese mal arte de copiar supone
un atentado criminal contra diversos valores esenciales (honestidad,
sacrificio, esfuerzo, trabajo...).
Debo confesar también
que no soy un ciego creyente en las casualidades y que la duda metódica es
sustancial en mi quehacer y accionar.
La pasada noche del 3 de abril de este 2023 recaló en mi WhatsApp un mensaje que contenía el programa
cultural promovido por la Dirección General de Cultura, Recreación y Conocimiento
de la Alcaldía de Cuenca (Ecuador), que lleva por título “ABRIL ARTES MIL”.
¡Oh, qué casualidad! ¡Oh,
qué coincidencia! Curiosamente porque un
eslogan muy similar fue acuñado semanas atrás por la Editorial Centro de
Estudios Sociales de América Latina (CES-AL): “ABRIL LIBROS MIL”.
Una casualidad, una coincidencia o ninguna de las dos. “That is the question”. Realmente, la verdad la desconocemos. De todos modos, aquí queda expuesta nuestra duda. Por cierto, que no es la primera, ni la única coincidencia que hemos vivido y, con total seguridad, tampoco será la última. En cualquier caso, estamos plenamente convencidos que una sociedad que copia no es un pueblo libre, ni culto.
Una opinión muy necesaria dirigida a esa parte de la sociedad que busca "calcar" las expresiones culturales genuinas sobre el papel del facilitismo cultural y al "ahorro" de pensar . Muy bien por este artículo con elocuciones al soliloquio más famoso de las obras de Shakespeare y al apreciado Descartes
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