Ante de iniciar, estas breves e
inconclusas reflexiones y con la clara finalidad de evitar posibles
interpretaciones erróneas, queremos dejar constancia de nuestra rotunda oposición
a todo acto de violencia y abuso, con o sin armas.
La Asamblea Nacional del Ecuador aprobaba recientemente por una mayoría abrumadora de todos los grupos políticos (Unión por la Esperanza, Partido Social Cristiano, Pachakutik, Izquierda Democrática, Bancada Acuerdo Nacional e independientes) la Ley de tenencia y porte de armas en Ecuador. Tan solo cuatro asambleístas se abstuvieron en la votación, tres del bloque Pachakutik y una ex-integrante del grupo anteriormente mencionado. Mientras que los dieciséis representantes populares restantes simplemente no asistieron a esa sesión plenaria.
Resultados de la
votación
Total de asambleísta |
137 |
Asambleístas presente |
121 |
Asambleístas ausentes |
16 |
Votos a favor |
117 |
Votos en contra |
0 |
Votos en blanco |
0 |
Abstenciones |
4 |
Este
es un primer dato altamente llamativo, pues todos los partidos políticos (TODOS),
en función a su orientación de voto, manifestaron su plena adhesión a la
aprobación del proyecto de Ley. En cambio, la reacción de la sociedad
ecuatoriana se ha caracterizado por un posicionamiento fragmentado y dividido
al respecto. De modo que, una segunda conclusión evidencia un radical desencuentro
entre el mundo político y social.
Un
tercer posicionamiento viene dado por una serie de declaraciones institucionales
de rechazo, que catalogamos de estéticas, estáticas, mediáticas y meramente
testimoniales, sustentadas en principios generalistas, por parte de los órganos
rectores de los centros universitarios del país ante esa aprobación, que nos
genera dos efectos contradictorios: Uno positivo, en el sentido de que somos firmes
partidarios del papel fundamental que debe jugar las universidades, como
centros de apoyo, asesoramiento y compromiso social en la toma de decición y
acción ante los acontecimientos políticos, económicos, sociales, culturales,
educativos que marcan las pautas de destino del país. Y otro negativo, por el
escaso protagonismo y aporte que hasta el momento ha evidenciado la universidad
ecuatoriana, caracterizada por la desidia, la endogamia, enclaustrada en su propia
torre de marfil y que vive de espalda a la sociedad y al mundo político en
asuntos de interés general e incluso en temáticas propias y esenciales, cuyas
afectaciones podrían traer cambios significativos en su propia estructura
interna de poder y un retroceso en los derechos sociales adquiridos, como ha sido
el reciente intento frustrado, por ahora, de reformar la Ley Orgánica de
Educación Superior (LOES) y que ha puesto de relieve una inexplicable inanición
e impasividad desde las universidades con una respuesta tibia y excesivamente tardía,
concretada exclusivamente en meras declaraciones de rechazo.
En
síntesis, la combinación de esos tres componentes enunciados, hablan por sí solos,
y nos lleva a plantear una conclusión general: la desarticulación sangrante de
la sociedad ecuatoriana actual, como consecuencia, entre otros elementos, de
estrategias grupales y acciones mediáticas dirigidas a levantar densas tormentas
de humo, que desvían la atención ciudadana
sobre los principales problemas reales de la situación nacional que, a nuestro
juicio, se encuentra en una encrucijada dramática y sin salida.
Desde esa perspectiva -probablemente equivocada por nuestra parte- consideramos que el tema central no es la nueva regulación de tenencia y porte de armas recientemente aprobada -que, desde luego, es un asunto crucial, que puede incrementar aún más los altos índices de conflictividad e inseguridad ciudadana en un territorio dominado por el narcotráfico- sino que es una consecuencia y repercusión complementaria de la situación caótica que vive Ecuador en estos momentos.
En efecto,la libre tenencia de armas no acabará con los problemas sociales y con la violencia que encontramos en el país,sino que hará de Ecuador una nación guerrillera,donde los índices de muertes aumentarían día tras día rompiendo aún más a la sociedad.
ResponderEliminarEs preocupante ver cómo Ecuador se acerca a Estados Unidos, donde más muertes se producen por armas de fuego. Terrible.
ResponderEliminar