¿Se imagina usted un mundo donde la IA sea capaz de hacer casi todo lo que los humanos podemos hacer, e incluso más y mejor? ¿Un mundo donde la IA pueda conducir coches, diagnosticar enfermedades, componer música, escribir libros, crear arte y tomar decisiones? ¿Un mundo donde la IA pueda influir en la economía, la política, la cultura y la sociedad de una manera nunca vista antes? Este mundo no es una fantasía de ciencia ficción, sino una realidad cada vez más cercana. La IA es una tecnología que está transformando el mundo a un ritmo acelerado, y que tiene implicaciones profundas para el futuro de la humanidad.
Según los distintos estudios realizados sobre percepción social de la IA, la ciudadanía global todavía no es muy consciente de las grandes transformaciones que nos esperan en los próximos años. Por ese motivo, esta octava entrega de la serie “La IA, la puerta de entrada a una nueva etapa histórica”, se centra en las transformaciones derivadas por esta cuarta revolución tecnológica que traerán aparejadas una serie de cambios significativos en el modelo económico y productivo, con nuevas formas de organización económica que afectarán a las relaciones sociales, introducirá una nueva concepción ideológica y organización política, acentuará los desequilibrios mundiales, una reestructuración de los actuales grupos hegemónicos y, por consiguiente, un nuevo orden internacional y un nuevo periodo histórico.
Bing. (2023). Escenario futurista de la IA y el nuevo orden internacional.[imagen generada por IA]. |
¿La
IA puede provocar un cambio en el modelo económico y productivo?
Según el informe del McKinsey Global Institute de 2018, “Notas desde la frontera de la IA: Modelando el impacto
de la IA en la economía mundial”, la IA tiene un gran potencial para contribuir significativamente
a aumentar la actividad económica global, pero también podría ampliar las
brechas entre países, empresas y trabajadores. El informe estima que la IA
podría alcanzar el equivalente a 13 billones de dólares anuales al PIB mundial
para 2030, lo que supondría un aumento del 1,2% anual. Este impacto se debería
principalmente a la sustitución del trabajo humano por la automatización y al
aumento de la innovación en productos y servicios. Sin embargo, el informe
también advierte que la adopción y absorción de la IA podría ser desigual entre
los distintos sectores, regiones y países, lo que podría generar desafíos
sociales y económicos. El informe se basa en el comportamiento de las empresas
y la dinámica de varios sectores para desarrollar una visión de cómo adoptar y
absorber las tecnologías de IA. También tiene en cuenta las posibles
interrupciones que los países, las empresas y los trabajadores podrían
experimentar durante su fase de transición a la IA. El análisis examina cómo se
distribuirán las ganancias y pérdidas económicas entre las empresas, los
empleados y los países, y cómo esta distribución podría obstaculizar la captura
de los beneficios de la IA. Además, el estudio examina la dinámica de la IA
para una amplia gama de países, agrupados en grupos con características
similares, con el objetivo de proporcionar una visión más global.
Un documento posterior de 2019, “Economic
impacts of artificial intelligence (AI)” autoría de Marcin Szczepański y dirigido a los diputados
del Parlamento Europeo, planteaba que la IA podría aumentar la eficiencia con
la que se hacen las cosas y mejorar enormemente el proceso de toma de
decisiones al analizar grandes cantidades de datos. También puede generar la
creación de nuevos productos y servicios, mercados e industrias, aumentando así
la demanda del consumidor y generando nuevas fuentes de ingresos.
Sin embargo, también puede tener un efecto altamente disruptivo en la economía y en la sociedad. Algunos advierten que podría llevar a la creación de superempresas, centros de riqueza y conocimiento, que podrían tener efectos perjudiciales en la economía en general. También puede ampliar la brecha entre los países desarrollados y en vías de desarrollo, y aumentar la necesidad de trabajadores con ciertas habilidades mientras que otros perderían su espacio; esta última tendencia podría tener consecuencias de gran alcance para el mercado laboral. Sin duda, la IA tiene el potencial de cambiar el modelo económico y productivo. Los expertos creen que la IA podría generar nuevos empleos, aumentar la eficiencia y la productividad, y crear nuevos productos y servicios. Sin embargo, también existen algunos riesgos asociados con la IA, como la pérdida de empleos, la desigualdad y la concentración de poder en manos de unas pocas empresas.
Sí, la IA tiene el potencial para cambiar el modelo económico y productivo.
¿La IA puede provocar un cambio en las relaciones sociales?
Un estudio de 2021, “La inteligencia artificial en la comunicación impacta
en el lenguaje y las relaciones sociales”, analizó las consecuencias sociales de una de las aplicaciones más comunes
de la IA: las sugerencias de respuesta algorítmica. Los resultados mostraron
que el uso de respuestas algorítmicas aumenta la eficiencia de la comunicación
y el uso del lenguaje emocional positivo, pero también puede cambiar la
producción del lenguaje de los usuarios y ser visto negativamente.
Otros artículos como “La última década y el futuro del impacto de la IA en
la sociedad” de Joanna J. Bryson y “Avances en inteligencia artificial y su impacto en la
sociedad” de Pedro Enrique Ruiz Baquero también
abordan el impacto de la IA en las relaciones sociales. Estos artículos
documentan los cambios sociales y económicos propiciados por el uso de la IA y
analizan cómo puede afectar a la sociedad y al comportamiento humano y aportan una visión más amplia y profunda
del tema, al considerar diferentes perspectivas, contextos y escenarios.
Así, el artículo de Joanna J. Bryson documenta los cambios
sociales y económicos propiciados por el uso de la IA, en particular, pero no
exclusivamente, en la década transcurrida desde la aparición de los teléfonos
inteligentes (2007), que contribuyen de manera sustancial a los macrodatos y,
por tanto, a la eficacia del aprendizaje de las máquinas. Mientras que el
artículo de Pedro Enrique Ruiz Baquero aborda el análisis que se viene haciendo
desde diferentes perspectivas sobre la incidencia de la IA en la sociedad y en
el mismo comportamiento del ser humano, incluso llegando a plantear el posible
surgimiento de una “moral artificial”.
Sí, la IA puede cambiar las relaciones sociales.
¿La IA puede provocar un cambio ideológico?
Según un artículo de WIRED, “La IA es una ideología, no una tecnología”, la IA es mejor entendida como una
ideología política y social en lugar de un conjunto de algoritmos. En su
núcleo, la “inteligencia artificial” es una creencia peligrosa que no reconoce
la capacidad de los humanos.
La IA también puede influir en la forma en que las personas
piensan sobre la religión y la espiritualidad. Según el artículo publicado en
SpringerLink, “Bendecidos por el algoritmo” son indicativos del impacto de las
narrativas teístas de IA: modos de pensar sobre la IA de manera implícitamente
religiosa, que le atribuyen características o funciones propias de una
divinidad. Estas narrativas pueden expresarse a través de metáforas, analogías,
símbolos o lenguajes que evocan conceptos religiosos o espirituales. Por
ejemplo, algunos usuarios de Twitter mencionan ser “bendecidos por el
algoritmo” cuando reciben recomendaciones personalizadas o una mayor
visibilidad en la plataforma. Estas expresiones sugieren una actitud de
gratitud, admiración o reverencia hacia la IA, así como una percepción de la IA
como una entidad benevolente, omnipotente y omnisciente. Unas narrativas que asumen
que la ciencia y la tecnología son incompatibles con la religión y la
espiritualidad, y que la racionalidad y el empirismo son los únicos modos
válidos de conocimiento. Sin embargo, esas narrativas teístas de IA muestran
que la ciencia y la tecnología pueden generar nuevas formas de creencia,
adoración o trascendencia, que no se basan necesariamente en dogmas o
instituciones religiosas tradicionales. Estas formas pueden ser más flexibles, híbridas
o individuales, y pueden reflejar las necesidades, valores y aspiraciones de
los usuarios de la IA.
Sí, la IA puede tener un impacto en la ideología y en la forma en que las personas piensan sobre el mundo.
¿La IA puede provocar un cambio en el sistema democrático y generar una
nueva forma de organización política?
Según un informe de la Universidad de Oxford, “Cómo la IA está dando forma al futuro de la política”, la IA está teniendo un impacto en la
sociedad a medida que la tecnología automatizada ha evolucionado y se ha vuelto
más capaz, ha revolucionado la forma en que vivimos, interactuamos e incluso
votamos, afectando a la sociedad desde las alturas del gobierno hasta los
comportamientos cotidianos.
La IA, como ha puesto de manifiesto Quentin R. Wittrock en su
artículo “El impacto político de la IA”, puede desempeñar un papel más destacado
en las campañas políticas, ayudando a dirigirse a los votantes, elaborar
mensajes persuasivos y relacionarse a través de chatbots impulsados por IA.
Esto podría mejorar la eficiencia y efectividad de los partidos políticos. Además,
la IA permite un público determinado, lo cual es crucial en las campañas
políticas. Los candidatos no quieren desperdiciar dinero en aquellos que ya
apoyan su campaña. Más bien, quieren
dirigirse a los votantes indecisos que decidirán la elección real o suprimir el
voto de aquellos que apoyan a sus adversarios, como ha
señalado Darrel M. West en “Cómo la IA transformará las elecciones de 2024”.
Pero la IA también puede dañar la política y la democracia, a
través de difusión de noticias
falsas, desinformación y sesgo algorítmico, como ha señalado Lanisha
Butterfield en su artículo “Cómo la IA está dando forma al futuro de la política”. También hay preocupaciones sobre cómo
la IA puede cambiar el equilibrio de poder entre los gobiernos y los ciudadanos.
Un estudio de la AAAI, realizado por Pablo Aragón, Yana Volkovich,
David Laniado y Andreas Kaltenbrunner, “Cuando un movimiento se convierte en partido: Evaluación
computacional de nuevas formas de organización política en las redes sociales”, analiza cómo las redes se han convertido en un mecanismo clave
para la organización de movimientos de base. Así, en las elecciones al
Ayuntamiento de Barcelona en 2015, Barcelona en Comú, un partido emergente de
base, fue el más votado. Esta candidatura fue ideada por activistas
involucrados en el movimiento español 15M para convertir la indignación
ciudadana en cambio político. Este estudio es relevante para nuestro tema
porque muestra una nueva forma de organización política basada en las redes
sociales y en la participación ciudadana, que se diferencia de los partidos
tradicionales que suelen tener una estructura jerárquica y centralizada. Ese
estudio también plantea la cuestión de cómo la IA puede facilitar o dificultar
este tipo de iniciativas políticas, y cómo puede afectar a la representación y
la legitimidad de los actores políticos.
Según un informe de Heinrich Böll Stiftung. “Inteligencia artificial: Cómo afecta a la democracia”, la IA puede incidir en la esfera
pública democrática, en las campañas electorales y en la toma de decisiones
automatizada en los servicios públicos. Por ejemplo, la IA puede utilizarse
para difundir desinformación y noticias falsas, lo que puede afectar a la
opinión pública y al resultado de las elecciones. También puede emplearse para
dirigirse a los votantes y elaborar mensajes persuasivos durante las campañas
electorales.
Sin embargo, también hay inquietudes sobre cómo la IA puede
afectar a las instituciones democráticas. Por ejemplo, puede existir
dificultades en la transparencia y la rendición de cuentas en la toma de
decisiones automatizada, además, de cambiar el equilibrio de poder entre los
gobiernos y los ciudadanos.
Sí, la IA puede cambiar el sistema democrático y generar una nueva forma de organización política.
¿La IA puede acentuar los desequilibrios mundiales?
Según un informe del McKinsey Global Institute, la IA tiene un
gran potencial para contribuir a la actividad económica global, pero también, como ya hemos visto, podría ampliar las brechas entre países,
empresas y trabajadores. Algunos ejemplos son los siguientes:
- La IA podría
afectar a la distribución de la riqueza entre los países, favoreciendo a
los que tienen más recursos, infraestructura y talento para desarrollar y
aplicar la IA. Según el informe, China y Estados Unidos podrían capturar
el 60% del impacto económico potencial de la IA para 2030, mientras que
África subsahariana solo capturaría el 2%.
- La IA
podría afectar a la distribución del conocimiento entre las empresas,
creando una brecha entre las que tienen acceso a los datos y las
capacidades necesarias para aprovechar la IA y las que no. Según el
informe, las empresas líderes en IA podrían aumentar sus ingresos en un
122% para 2030, mientras que las rezagadas podrían perder un 23%.
- La IA
podría afectar a la distribución del poder entre los trabajadores, creando
una polarización entre los que tienen habilidades complementarias o
superiores a la IA y los que tienen habilidades sustituibles o inferiores
a la IA. Según el informe, los trabajadores con habilidades de alto nivel
podrían aumentar su participación en el empleo en un 19% para 2030,
mientras que los trabajadores con habilidades de bajo nivel podrían
reducir su participación en un 15%.
Estos ejemplos muestran que la IA puede tener un
impacto significativo en la parcela socioeconómica, pero también puede generar
desigualdades.
Un estudio del Fondo Monetario Internacional (FMI), “Cómo la inteligencia artificial podría ampliar la brecha entre las naciones ricas y pobres”, también encontró que las nuevas tecnologías como la IA, el aprendizaje automático, la robótica, el big data y las redes podrían tener un impacto importante en las economías subdesarrolladas o en vías de desarrollo y aumentar la brecha entre los países ricos y pobres al desplazar más inversión hacia las economías avanzadas donde la automatización ya está establecida. Esto podría tener consecuencias negativas para los empleos en esos territorios periféricos al amenazar con reemplazar en lugar de complementar su creciente fuerza laboral.
Sí, la IA puede acentuar los desequilibrios.
¿La IA puede provocar un cambio en los actuales grupos hegemónicos?
Según el informe del McKinsey Global Institute, ya mencionado con anterioridad, la IA podría contribuir significativamente a la actividad económica global, pero también podría ampliar las brechas entre países, empresas y trabajadores, reforzando la brecha digital actual. Los líderes en la adopción de IA (principalmente en países desarrollados) podrían aumentar su ventaja sobre los países subdesarrollados o en vías de desarrollo.
Sí, la IA tiene el potencial de cambiar los grupos hegemónicos actuales.
¿La IA puede provocar un cambio de hegemonía internacional?
Según un informe del Instituto de Investigación Hitachi, “Struggle
for AI Hegemony through Competition and Cooperation by U.S., China, and the EU
and its Impact on Industry”, la IA está intensificando la cooperación y
la competencia internacional para desarrollar reglas de IA. Los gobiernos de
los países y regiones están trabajando para construir consenso en los campos de
los principios sociales y éticos, que son áreas en las que las diferencias
entre países y regiones pueden ser difíciles de identificar. Estos incluyen los
conceptos de responsabilidad, transparencia, seguridad y protección de la
privacidad como necesarios en el desarrollo y utilización de la IA.
Sin embargo, debajo de esa superficie, ven el desarrollo y uso de la
IA como un factor clave para fortalecer su propia competitividad industrial y
seguridad nacional, y compiten en obtener hegemonía en la IA incorporando
perspectivas que les son ventajosas en las reglas. Por lo tanto, la IA puede
tener un impacto en el equilibrio de poder entre los países y regiones.
En ese sentido, según el artículo del AI Ethics Journal, “Escapando de la hegemonía cosmética occidental: la importancia de la diversidad cultural en la evaluación ética de la inteligencia artificial”, la ética se convoca para regular el desarrollo y uso de los sistemas de IA, pero también para promover intereses creados. La ética se usa como una forma de establecer estándares, principios y normas que guíen el comportamiento de los desarrolladores, usuarios y reguladores de la IA. Sin embargo, la ética también se usa como una forma de legitimar o justificar las prácticas o políticas de IA de algunos países o empresas que buscan obtener una ventaja competitiva o estratégica en el campo de la IA. Por ejemplo, algunos países pueden usar la ética como una forma de proyectar una imagen positiva o atractiva de su modelo de IA, o como una forma de imponer sus valores o intereses a otros países. Algunas empresas pueden usar la ética como una forma de evitar o eludir la responsabilidad o la rendición de cuentas por los posibles daños o riesgos que su IA pueda causar, o como una forma de atraer o retener a los clientes o inversores. Esos usos de la ética pueden tener consecuencias negativas para la diversidad, la inclusión y la justicia en el ámbito de la IA.
Los beneficios potenciales asociados con la IA son tales que muchos actores, públicos y privados, han entrado en una carrera por el dominio de la IA. Corriendo a nivel internacional, estos corredores están mucho menos preocupados por las consideraciones éticas que por los resultados estratégicos de la IA.
Sí, la IA puede provocar un cambio en la hegemonía internacional.
¿La IA puede provocar un cambio en el actual orden internacional?
La IA puede afectar la economía global, la seguridad, el comercio,
la política y la justicia. En cuanto a la economía global, como recoge el
artículo “Notas desde la frontera de la IA: Modelando el impacto
de la IA en la economía mundial”, la IA puede aumentar la productividad y el crecimiento
económico, pero también puede aumentar la desigualdad y cambiar las dinámicas
de poder entre países y empresas.
En cuanto a la seguridad global, la IA puede introducir nuevas
vulnerabilidades y producir resultados peligrosos, como la automatización de
ciberataques y campañas de desinformación.
En cuanto al comercio internacional, como destaca Joshua P.
Meltzer, “El impacto de la inteligencia artificial en el
comercio internacional”,
la IA puede reducir las barreras al comercio y mejorar el acceso a los datos
para entrenar sistemas de IA.
En cuanto a la política global, la IA puede afectar las relaciones
geopolíticas y ser un tema en la agenda diplomática (https://www.diplomacy.edu/topics/ai-and-diplomacy).
En cuanto a la justicia global, hay preocupaciones éticas sobre el
uso de la IA, como el sesgo y la discriminación, y se han desarrollado marcos
éticos globales para abordar estos problemas (https://www.unesco.org/en/artificial-intelligence/recommendation-ethics).
Sí, la IA puede cambiar muchos aspectos del orden internacional actual.
Conclusión
Podemos decir que la IA es una tecnología que está cambiando el mundo a un ritmo acelerado, y que tiene implicaciones profundas para el futuro de la humanidad. La IA puede tener un impacto en el modelo económico y productivo, en las relaciones sociales, en la ideología, en el sistema democrático, en la organización política, en los grupos hegemónicos y en el orden internacional. La IA puede tener efectos disruptivos en la estructura social contemporánea. Por lo tanto, es necesario abordar estos cambios con una visión crítica que tenga en cuenta la diversidad, la inclusión y la justicia. La IA no es solo una tecnología, sino una ideología, una política y una nueva etapa histórica. Debemos preguntarnos qué tipo de mundo queremos construir con ella, pero para ello debemos estar informados y documentados.
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