jueves, 21 de julio de 2022

Epílogo al libro “Crónicas desde Ecuador (III)”

 Por: Dr. Adalberto Fernández Sotelo, PhD

Editor Jefe de Chakiñan, Revista de Ciencias Sociales y Humanidades. Universidad Nacional de Chimborazo (Ecuador)


Crónicas desde Ecuador III constituye un fiel testimonio del trabajo efectuado por su autor y por la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina (CES-AL) en el período junio de 2021-junio de 2022; representado por reseñas, prólogos y presentaciones de libros, semblanzas, entrevistas, pedidos de apoyo solidario para aliviar el padecimiento de enfermos, descripción de procesos de investigación científica, análisis crítico de obras audiovisuales, mensajes de apoyo a iniciativas editoriales, promoción de congresos, reflexiones, recuerdos e insatisfacciones y análisis crítico sobre eventos y acontecimientos sociales; así como también poemas, reconocimientos a la gestión de otros, elaboración de artículos de opinión y mensajes, muchos de ellos escritos, tal y como se espera de un excelente educador, en clave de celebración y reconocimiento a estudiantes -hoy convertidos en pródigos autores- para promover su crecimiento profesional y humano.

La obra posee un significativo componente de erudición, pero también refleja una mirada social y humana desde la perspectiva individual del autor como sujeto histórico. Su condición de escritor comprometido con su tiempo le provee la responsabilidad de divulgar la ciencia e impulsar nuevas reflexiones sobre la sociedad, cotidianidad, necesidad del mejoramiento humano y la virtud. De muchas maneras Crónicas desde Ecuador III responde a lo que Diego Salamea Carpio formula en su libro: La Mafia y el Crimen Organizado asedian la Universidad… una visión desde el otro lado de la luna, como: UN marco reflexivo y llamado a convertirnos en actores y no en espectadores en una sociedad.

Como consecuencia no es casual que la lectura, así como el análisis, tanto del texto como de los videos que componen el libro, resulten interesantes en unos casos, polémicos y reflexivos en otros, pero siempre atractivos, con emanaciones de frescura e inmediatez, no solo por la actualidad de los temas abordados, sino porque ha sido escrito con un estilo impecable, que además, tiene la capacidad de “atrapar al lector”.

En el contenido se advierte sobre la “burrocratización y la burrocracia” y su efecto contaminante y aniquilador en el sistema educativo, la cultura y los procesos creativos en detrimento del bienestar ciudadano y las soluciones a los problemas individuales y de la sociedad en que vivimos. Se llama la atención, además, sobre la corrupción, la violencia de género, los paraísos fiscales, las estafas monetarias con propuestas “expeciales” para obtener dinero fácil y altos intereses sobre la inversión.

Se alerta, y como muestra de coincidencia absoluta reproduzco lo expresado por el autor, sobre el peligro de absolutizar el empleo de las propuestas digitales con una pretendida esencia de renovación pedagógica, sustentadas en una visión, frívola y trivial, de muy corto alcance, sobre el impacto y repercusión venideros del gran Imperio de las Nuevas Tecnologías, que empuja a la educación hacia una fase de radicalización, encaminada a intensificar una formación digital enlatada y sustentada en una relación de dependencia externa, cuyas repercusiones se traducirán en un duro reajuste laboral del personal docente (especie en fase de extinción); en un estricto control sobre contenidos, aprendizajes y actividades; al tiempo, que reorientarán sus gastos e inversiones a la adquisición de paquetes de software educativos y soportes hardware, junto a una constante práctica de renovación de equipos, que conllevará un incremento aún mayor de la actual mercantilización del proceso educativo, acentuando así desequilibrios y discriminaciones en los países dependientes y periféricos y en los sectores más vulnerables.

En el ámbito educacional, también llama a la reflexión sobre los precarios índices lectores en la sociedad ecuatoriana y los bajos ratios de comprensión lectora existentes entre nuestros estudiantes, incluyendo el contexto universitario, lo que pone en evidencia el rotundo fracaso de las políticas educativas aplicadas y la capacidad ¿o será más apropiado escribir incapacidad?, a la hora de ejercitar la escritura, lo que parafraseando lo expresado por el autor en “Popurrí de garabatos sueltos”, conduce a preguntar ¿en el futuro hablaremos de educación o avlaremos de heducasiom?

Otra vertiente a tener en cuenta refleja los valores humanos del autor, su solidaridad con los desposeídos, con los más humildes, su sensibilidad ante el dolor, ante los padecimientos y la pérdida de seres queridos propios y ajenos, su intolerancia ante la mediocridad, las malas costumbres y el engaño, el apoyo irrestricto y reconocimiento al esfuerzo, resultados y trabajo de otros, tan necesario siempre y lamentablemente tan escaso en la actualidad. En la obra se cumple lo expresado por José Martí: no se ha de escribir para hacer muestras de sí, y abanicar como el pavón la enorme cola; sino para el bien del prójimo, y poner fuera de los labios, como un depósito que se entrega, lo que la naturaleza ha puesto del lado adentro de ellos.

Como investigador experimentado y laureado, familiarizado con la ruta cualitativa y la descripción de la realidad en contextos naturales, no puede ser casualidad el hecho de que esta obra semeja y constituye un exponente muy ilustrativo y didáctico, que confieso utilizaré como ejemplo en mis clases, de materialización de la Técnica de Historia de Vida, contada por su protagonista y validada por la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina (CES-AL) y los textos que han sido publicados en la plataforma digital la “Tribuna Internacional La Clave” y algunos en “Ecuador Universitario”.

En síntesis, el texto evidencia la insaciable voluntad de su autor, José Manuel Castellano Gil, para describir, crear, innovar, descubrir, unida a la necesidad de reflejar desde su perspectiva lo que sucede a su alrededor. Al mismo tiempo, y esta es quizás la mayor virtud que atesora, significa una muestra de su infinita confianza en las futuras generaciones y de su apuesta por el accionar comprometido, en la lucha por un mundo mejor.

Los materiales y argumentos aquí expuestos ameritan su lectura e independientemente de las creencias y puntos de vista personales o precisamente porque todos tenemos derecho a pensar diferente, vale la pena reflexionar al respecto de lo expresado en estas crónicas y de nuestro comportamiento cotidiano.

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