martes, 30 de noviembre de 2021

“Itinerarios de lectura y escritura en la Zona 3 ecuatoriana”

Por: José Manuel Castellano

Esta obra, cuya autoría que corresponde a Genoveva Ponce Naranjo, Liuvan Herrera Carpio e Ivonne Ponce Naranjo y ha sido publicada por la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina (CES-AL), tiene como punto de partida la necesidad de llevar a cabo un estudio de pertinencia, al objeto de valorar la viabilidad de ofertar un Programa de Maestría en Pedagogía sobre lectura y escritura en la Universidad Nacional de Chimborazo. 

En primer lugar, como conocedor directo de esta temática en el ámbito nacional ecuatoriano, debemos felicitar y agradecer, tanto a los autores como a la propia Universidad, por esta necesaria e imprescindible iniciativa, dada las graves carencias existentes en Ecuador en todos los ámbitos formativos, incluido el universitario, y cuya afectación alcanza a todos los actores del proceso educativo.

Sin duda, la puesta en marcha de una maestría sobre lectura y escritura supone un avance en ese intento por mitigar y erradicar una realidad existente pero también debemos apuntar, a pesar de esta loable acción, que es insuficiente si no se logra introducir cambios significativos en las mallas curriculares en todas las etapas formativas, que permitiera dar un cambio radical a la situación actual.

En ese sentido, debemos señalar con total claridad que los distintos gobiernos de turno en Ecuador poco se han interesado por conocer la realidad lectora del país, como se traduce en la inexistencia de datos, cifras y estadísticas a lo largo de su historia.

Se hace preciso resaltar que la búsqueda de indicadores lectores cuenta, desde la segunda mitad del siglo XX, con una amplia trayectoria a nivel mundial impulsada inicialmente por la industria editorial y desarrollada posteriormente, en la década de los ochenta de la pasada centuria, por instituciones gubernamentales y organismos internacionales.

En el caso concreto de América Latina puede considerarse como punto de partida el nacimiento de la OEI en 1949 y el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (CERLAC) en 1971. Un acontecimiento importante fue, sin duda, la “Reunión regional sobre el estado actual y estrategias de desarrollo de la biblioteca pública en América Latina y el Caribe” en 1982, patrocinado por UNESCO, cuyo informe final concluía en la ausencia o carencia de indicadores.

Un gran paso se daba en 2011 a través de la propuesta realizada desde la CERLAC sobre la necesidad de establecer un modelo metodológico unificado de indicadores, con la finalidad de analizar los comportamientos lectores en la región y evaluar las políticas públicas de fomento a la lectura. Asimismo dentro del contexto nacional en la región destacan las primeras encuestas realizadas por el Ministerio de Educación de Argentina en 2001, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes de México (CONACULTA) en conjunto con la Universidad Nacional Autónoma de México en 2004; la Cámara del libro de Colombia en 2006, el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes de Chile (CNCA) en 2007, entre otras.

Sin embargo, todavía hoy en 2021 Ecuador es uno de los pocos países de la región Latinoamericana que carece de indicadores culturales. Los únicos datos disponible se debe a la CERLAC en 2012 que fue reproducido por el Instituto Nacional de Estadística de Ecuador, una encuesta realizada en cinco ámbitos urbanos (Quito, Guayaquil, Cuenca, Machala y Ambato), que señalaba que cada ecuatoriano leía medio libro al año. Posteriormente debemos mencionar dos trabajos centrados en hábitos y prácticas culturales que contemplaban un amplio módulo específico sobre lectura, llevado a cabo por la OEI en 2013, sobre 16 países latinoamericanos; y el que realizamos nosotros sobre el cantón de Machala en 2014.

Y más recientemente la encuesta parcial (Quito, Guayaquil, Cuenca, Machala y Ambato) sobre hábitos de lectura realizada en 2017 por el INEC, a los que debemos añadir los distintos datos obtenidos por las pruebas PISA y el arranque en septiembre de este año de la aplicación de la primera “Encuesta de Hábitos Lectores, Prácticas y Consumos Culturales” a aplicar en 23 provincias del Ecuador, con la excepción de Galápagos, de la que esperamos se haya incluido un módulo específico de variables diversas sobre libros y lectores. Groso modo este es el estado actual sobre indicadores culturales y lectores en la sociedad ecuatoriana.

Asimismo en estas últimas décadas del siglo XXI ese interés por crear indicadores sobre hábitos lectores se ha trasladado al contexto educativo y se cuenta con diversas publicaciones al respecto en la Región Latinoamericana. No obstante, el panorama que presenta Ecuador se encuentra todavía en una fase embrionaria en esta temática, aunque debemos destacar las aportaciones como las de López, Granja y Santa Cruz (2015), García, Macías y Cusme (2016), López (2018)  y las de Castellano (2019).
 
De modo que Ecuador no cuenta hasta la actualidad de un diagnóstico general sobre prácticas y hábitos culturales y tan solo dispone de unos datos muy parciales con respecto a lectura. Datos que ayudarían primero a conocer nuestra realidad para después reflexionar y actuar.

A ello, debemos agregar que en 2017 se implementaba, como proyecto prioritario el Plan Nacional de Lectura José de la Cuadra, adscrito al Ministerio de Cultura y Patrimonio, en un plano teórico, para contrarrestar las carencias que hemos descrito anteriormente. Por otro lado, se hace necesario resaltar que todavía son muy escasos los estudios relacionados con la escritura. Por el contrario, los distintos gobiernos han llevado a cabo una serie de campañas promocionales a favor de la lectura pero sin lograr resultados positivos, pues la situación no solo se ha mantenido sin cambios sino que se ha agudizado sustancialmente. Asimismo, se hace imprescindible conocer en profundidad el alcance y resultados de esas campañas al objeto de valorar, analizar y detectar qué factores o elementos pudieran estar detrás de esas acciones: qué lecturas se plantean, que círculos están cercanos al poder, etc. Pues a vista de cóndor, pudiera parecer que esas campañas responden más a acciones promocionales de una red de determinados autores, de círculos endogámicos o intereses editoriales o simplemente acciones mediáticas-publicitarias oficialistas, adornadas de una leve capa de barniz cosmético y con sus fuegos de artificios, más que una idea por iniciar a nuestros jóvenes y a la sociedad ecuatoriana en general a los procesos de lectura.

Pero el problema real no es solo el paupérrimo porcentaje de lectores que presenta Ecuador, que evidentemente lo es, y muy preocupante, sino muy especialmente las bajas ratios de comprensión lectora existentes entre nuestros estudiantes, que pone en evidencia el rotundo fracaso de las políticas educativas aplicadas.

Esta consideración que planteamos no es el producto de una simple opinión personal de quien les habla, sino la conclusión a la que hemos llegado a través de diversos estudios que hemos realizado en Ecuador desde el 2013 hasta la actualidad, tanto en el ámbito social, como fue en el cantón Machala; como en dos centros universitarios del Austro ecuatoriano; en dos Unidades Educativas de Educación Básica y Bachillerato, una de carácter jurídico fiscomisional y otra privada, del Azuay y Cañar respectivamente; como en tres Institutos Tecnológicos de Cañar, que vienen a confirmar una persistencia en el tiempo de esa problemática crítica.

Esto, de modo general, nos lleva a plantear dos aspectos: uno, los precarios índices lectores en la sociedad ecuatoriana, incluido el ámbito universitario, con todo lo que implica y conlleva; y, dos, que no es suficiente con obtener una cifra de lectores a través de encuestas (que en muchas ocasiones esconden a falsos lectores) sino la necesidad de realizar estudios más específicos relacionados con la comprensión lectora y la capacidad a la hora de ejercitar la escritura, dos temas, que solapan una realidad aún más crítica y alarmante, como hemos detectado en otras de nuestras publicaciones. En síntesis, no es suficiente con saber leer sino en comprender lo que se lee. Y ese es otro gran problema que está muy generalizado. 

Este libro, que cuenta con una amplia información estadística, se organiza en cinco capítulos:

El primero, pertinencia de un programa de posgrado centrado en itinerarios de lectura y escritura, donde se aborda la problemática internacional, nacional, zonal y local que atiende el programa; Lectura y escritura como destrezas universales; problemáticas generales sobre lectura y escritura; reflexión a escala latinoamericana; y la problemática a nivel ecuatoriano.

El segundo, tendencias de desarrollo local y regional incluidas en el campo de actuación profesional, se detiene en analizar las tensiones críticas en la Zona 3: Cotopaxi, Pastaza, Tungurahua y el Chimborazo ante los desafíos pedagógicos de la lectura y la escritura.

El tercero, diagnóstico y análisis territorial, ofrece un análisis situacional, cuestiones generales, situación actual de la Zona por sector, índices y datos estadísticos, instrumento de planificación donde se enmarca la problemática; estrategias de contribución de los futuros profesionales a la solución de las necesidades y problemáticas identificadas; y un análisis de la demanda estudiantil y ocupacional: funciones y roles de los escenarios laborales en los que actuarán los futuros profesionales.

El cuarto capítulo se encarga de la demanda y empleabilidad en Cotopaxi, Pastaza, Tungurahua y Chimborazo.

Y el último, un análisis de los sobre paneles de discusión y cruce de información sobre la propuesta

En definitiva, un texto muy oportuno para poner sobre la mesa un tema clave y fundamental en el ámbito educativo y social, que nos debe llevar a conocer la realidad sobre esta temática para reflexionar y especialmente para actuar. Al menos, este es un primer paso de cambio, a través de la creación de una maestría en la Zona 3. Al tiempo, que este libro es una excusa perfecta para ir más allá de este estudio de pertinencia, de los datos, descripciones y explicaciones relevantes, en la estructuración de este proyecto que está enfocado en un territorio determinado, para adentrarnos en el trasfondo real de la situación lectora en Ecuador y en sus distintos niveles académicos. Por tanto, una iniciativa que acogemos con mucho entusiasmo, bajo la idea de que alumbren nuevos estudios que profundicen de forma específica y monográfica en todo el país.

De modo que extendemos nuestra felicitación a Genoveva Ponce Naranjo, Liuvan Herrera Carpio e Ivonne Ponce Naranjo, como a la propia Universidad Nacional de Chimborazo por esta decidida y necesaria apuesta por la lectura y la escritura.

Vídeo del acto de presentación del libro ITINERARIOS DE LECTURA Y ESCRITURA EN LA ZONA 3 ECUATORIANA

Autoría de Genoveva Ponce Naranjo, Liuvan Herrera Carpio e Ivonne Ponce Naranjo

Descargar: ITINERARIOS DE LECTURA Y ESCRITURA EN LA ZONA 3 ECUATORIANA


La Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina (CES-AL) tiene el placer de poner a disposición de la ciudadanía mundial en acceso abierto el libro "ITINERARIOS DE LECTURA Y ESCRITURA  EN LA ZONA 3 ECUATORIANA" de los autores Genoveva Ponce Naranjo, Liuvan Herrera Carpio e Ivonne Ponce Naranjo.

sábado, 27 de noviembre de 2021

I JORNADA MUJERES ACADÉMICAS DE LA PROVINCIA DE CAÑAR (ECUADOR)


La Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina (CES-AL), tras la exitosa "Jornada de Mujeres Científicas Azuayas", anuncia la celebración de la I Jornada de Mujeres Académicas de la provincia de Cañar (Ecuador), que tendrá lugar del 6 al 10 de diciembre a las 19:00 h.

Un evento, coordinado por María Eugenia Torres y Alexandra Espinoza (bajo la moderación de Jenny Padilla, Jessenia López, Janneth Auqui, Laura Romero y Alexandra Espinoza), donde participarán un elenco de mujeres representativas que compartirán su experiencia de vida formativa y profesional, con la finalidad de revalorizar el destacado papel desarrollado por la mujer cañarense en estas últimas décadas y contribuir a su difusión, al objeto de avanzar en los procesos de igualdad de oportunidades entre género en todos los aspectos de la vida social, académica y profesional.

Homenaje a ERICK JARA MATUTE

Martes 30 de noviembre a las 19:00 h.

Actuación especial de la pianista colombiana Jackeline Gutiérrez y del cantautor canario Luis Almeida

Junto a un selecto grupo de docentes-investigadores y estudiantes de universidades de Ecuador, Colombia, Chile, República Dominica, EE.UU. y España


La Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina (CES-AL) tiene el placer de invitarle a la magna sesión del martes 30 de noviembre a las 19:00 h., a través de la plataforma Zoom y retrasmitida en directo por Facebook Live, donde se tributará un ACTO-HOMENAJE a ERICK JARA MATUTE.

Este reconocimiento contará, además de las actuaciones estelares la pianista colombiana Jackeline Gutiérrez y el cantautor canario Luis Almeida, con la presencia un amplio y selecto grupo de docentes e investigadores de distintos centros de Enseñanza Superior de Ecuador (Universidad del Azuay, Universidad de Cuenca, Universidad Católica de Cuenca, Universidad Técnica de Machala, Universidad Simón Bolívar, Universidad Internacional del Ecuador, Universidad Central del Ecuador, Universidad Nacional de Chimborazo y la Universidad Nacional de Educación), así como de prestigiosos y reconocidos académicos de Colombia, Chile, República Dominicana, EE.UU. y España, junto a la participación de los miembros de CES-AL. 

Agradecemos su inestimable presencia.

ENLACES:

https://cedia.zoom.us/j/88301698090

https://www.facebook.com/Editorial-Centro-de-Estudio-Sociales-de-Am%C3%A9rica-Latina-

Descargar: MUJERES CIENTÍFICAS AZUAYAS. TESTIMONIOS

 DESCARGAR

La Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina (CES-AL) tiene el placer de poner a disposición de la ciudadanía mundial en acceso abierto el libro “Mujeres Científicas Azuayas. Testimonios” de autoría de Ana Cecilia Salazar, Dora Arízaga Guzmán, María del Cisne Aguirre Ullauri, Nancy Minga Ochoa, Cecilia Palacios Ochoa, Janneth Méndez, María Elena Zurita, Lorena Escudero, María Elena Cazar Ramírez, Diana Cordero Mendieta, Rosana Moscoso Vintimilla,  Fabiola Palacios y Kamila Torres con prólogo de José Manuel Castellano.

viernes, 26 de noviembre de 2021

Este viernes 26 de noviembre se presenta el libro MUJERES CIENTÍFICAS AZUAYAS

 Por: Ecuador Universitario

La Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina (CES-AL), expresa su Director, doctor José Manuel Castellano Gil PhD., comprometida y convencida en la necesidad de aportar acciones que conlleven a revalorizar y consolidar el significativo desempeño de la mujer en todos sus ámbitos, ha promovido la celebración de la I Jornada de Mujeres Científicas Azuayas (Ecuador), celebrada entre el 22 al 26 de noviembre, al objeto de reconocer, potenciar y difundir el papel de la mujer en el campo académico, científico y profesional durante estas últimas décadas con una clara orientación de concienciación social de igualdad entre género.

Con esa idea, agrega, CES-AL ha invitado a un grupo de mujeres representativas y destacadas en su labor dentro de las tres grandes áreas del conocimiento (Ciencias Sociales, Ciencias Experimentales y Ciencias de la Salud) y bajo un carácter intergeneracional (mujeres jóvenes en su etapa inicial de profesionalización; mujeres consolidadas en su ámbito laboral; y mujeres referentes en sus distintas disciplinas), con una doble finalidad: a) compartir y socializar sus visiones y testimonios para acercarnos a conocer el papel y la experiencia de vida de este grupo de mujeres azuayas en su campo formativo y profesional; y b) contribuir, con ello, a un cambio de paradigma en la todavía existente discriminación de género. 

Este viernes 26 de noviembre a las 19:00 h. tendrá lugar la quinta y última sesión de esta Jornada, con la participación de la artista visual Janneth Méndez y la arquitecta Cisne Aguirre, y como cierre y colofón a este evento, organizado por la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina, se presentará el libro «Mujeres Científicas Azuayas. Testimonios», a cargo del Dr. José Manuel Castellano. 

Este libro, “Mujeres científicas azuayas”, según el Director de CES-AL-, autor del prólogo,  es el resultado del mencionado encuentro que tiene como pretensión que estas catorce narraciones testimoniales, centradas en dos aspectos (formativo y profesional), sirvan de referencia social en la adopción de nuevas formas de relación y consolidación real de una igualdad de derechos y oportunidades entre género. 

Por último,  dice, se hace imprescindible mostrar nuestra gratitud y reconocimiento a este grupo de mujeres (Diana Cordero, arqueóloga; Dora Arízaga, arquitecta; Elena Zurita, médico; Kamila Torres, antropóloga; María Elena Cazar, biotecnóloga; Cristina Toral, odontóloga; Lorena Escudero, filósofa; Cecilia Palacios, bioquímica; Rosana Moscoso, médico; Ana Cecilia Salazar, psicóloga; Nancy Minga, agrónoma; Janneth Méndez, artista visual; Cisne Aguirre, arquitecta; y Fabiola Palacios, fonoaudióloga-logopeda), por su generosidad, valentía y sus enseñanzas.

MUJERES CIENTÍFICAS AZUAYAS

Hoy viernes 26 de noviembre a las 19:00 h. tendrá lugar la quinta y última sesión de esta Jornada, con la participación de la artista visual Janneth Méndez y la arquitecta Cisne Aguirre, y como cierre y colofón a este evento, organizado por la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina, se presentará el libro "Mujeres Científicas Azuayas. Testimonios", a cargo del Dr. José Manuel Castellano.

jueves, 25 de noviembre de 2021

Vivir sin miedo

Reproducimos este artículo, con motivo que hoy 25 de noviembre es el Día Internacional de la erradicación de la violencia contra la Mujer, que fue publicado el 4 de diciembre de 2020, 

Por: José Manuel Castellano

Viviana (“Vivir”) Monserrat Quintana Rodríguez es la compositora y cantante mexicana de “Canción sin miedo”, autora de una letra que ha traspasado fronteras con diversas versiones en distintos países. Esta es una interpretación que denuncia la ola de femicidios, violaciones, abusos y maltratos que ha padecido la mujer a lo largo de la historia y que todavía hoy tiene una incidencia brutal y criminal en nuestra sociedad.

Los índices de femicidios, violaciones y maltratos hacia la mujer en Ecuador y en Cuenca son terriblemente alarmantes. Según los datos de la Fundación Aldea, 748 mujeres fueron asesinadas en Ecuador entre 2014 hasta marzo de 2020 y en este último año hasta principios de octubre ya van 93 casos de asesinatos por motivo de género, con un promedio de un feminicidio cada tres días. El dato con respecto a la ciudad de Cuenca es al menos de 5 asesinatos en este año. A ello, se debe sumar la desconocida pero altísima cifra de abusos, violaciones y maltratos que no están incorporados en las estadísticas.

En estos días un grupo de voces de mujeres ecuatorianas (Tamara Arizaga, Vanessa Freire, Angie Astudillo, Angie Terreros, Mariuxi Vélez, Mabe Arizaga Altamirano, Mari Duque, Verónica Tola, Denisse Andrea Narvaez y Doménica Brito) han replicado ese grito de justicia y de compromiso social, a través de una hermosa producción artística-musical, cuyo mensaje debe ser incorporado por todos los miembros de la sociedad ecuatoriana para pedir, no por favor como se recoge en la letra de esta canción, sino exigir desde la obligación radical la adopción de normativas duras y estrictas, que no sólo condenen a esos criminales sino también reclamar responsabilidad por pasividad de aquellos responsables directos, por vejar sus obligaciones en garantizar los derechos individuales a la integridad de las mujeres, adolescentes y niñas. Ojalá que este canto se convierta en un himno de sensibilización global que lleve a un cambio de actitud social radical de forma definitiva.

No podemos olvidar a las mujeres muertas a manos de esos salvajes, pero tampoco debemos olvidar a las mujeres vivas, que siguen sufriendo vejaciones y son maltratadas en silencio, puertas adentro, como tampoco la discriminación que sufren cada día en todos los ámbitos sociales y profesionales de esta estructura machista e hipócrita.

¡YA ESTÁ BIEN! No podemos seguir siendo cómplices, ni permitir más actos de barbarie. Hay que cortarlos definitivamente ya y desde su raíz.

Cristian Avecillas, un hacedor polifacético

 Por: José Manuel Castellano

“Si todavía hay un lugar donde los hombres sin dios
podemos encontrarnos con los dioses es en el poema.
Si todavía hay un lugar donde los hombres sin país
podemos encontrarnos un país es en el poema.
Si todavía hay un lugar donde los hombres sin amor
podemos encontrarnos un amor es en el poema”.
 (Cristian Avecillas).


Cristian Avecillas, Premio Nacional de Poesía 2008, nacía en un contexto familiar que, con sus estímulos y adversidades, le abrió las puertas al mundo de la creatividad para convertirse con el tiempo en un inquieto hacedor polifacético: poeta, cantautor, dramaturgo e investigador. Parcelas que ha cultivado desde un ideario independiente y que ha fraguado en una seña identitaria propia y distintiva. A pesar de su juventud, sus recuerdos –según nos comenta– están bastante “pintarrajeados”, pues mira al niño que fue con la mirada del hombre que es hoy.

El teatro

A sus cuatro o cinco años, junto a su hermana, iniciaba sus primeros pinitos en el singular escenario doméstico, con la presentación de sketch ante su familia y amistades. Desde entonces su pasión por las tablas ha sido una constante en su vida y fue miembro fundador del Grupo Teatromiento, con la cual ha recorrido la geografía ecuatoriana y latinoamericana, bajo una concepción en la que “no hacen pero hacen humor, no hacen drama pero hacen drama”. Intentan ir más allá, ofrecer un teatro de conciencia, comprometido con la realidad y con el auditorio.

La música

Todavía hoy mantiene viva en su memoria la influencia ejercida por su primer profesor, Tirso Gómez, en la Escuela Borja 3 (Quito), de origen colombiano que representó a su país en el Festival de la OTI en la década del 70 de la pasada centuria, y fue quién recomendó a sus padres que le inscribiera en el Conservatorio Nacional de Música, cuando tenía cinco años, donde estudió violín y guitarra. Componer canciones –según nos comenta Cristian– es lo más natural en su vida.

La poesía

Cristian no recuerda con claridad sus primeros textos, a los que califica de “vaporosos”, pero sí un episodio que marcó un antes y un después en su faceta literaria. A sus doce años le gustaba una niña, compañera de aula de su hermana, a quien le escribiría un poema amoroso, en verso vertical, y al margen su madre cómplice había dibujado una rosa. Sin embargo, el poema no fue aceptado y regresó nuevamente a sus manos con la decepción entre las yemas de sus dedos. No obstante, ese fracaso se convirtió en el punto de partida para iniciarse en el mundo poético. A partir de ese momento empezó a cartearse con las compañeras de su hermana y otras chicas. Más tarde, a sus diecisiete años escribía cartas de amor por encargo de sus compañeros, además, de responsabilizarse en registrar en un diario todos los acontecimientos de su aula. Desde ese momento, ya se consideraba oficialmente un escritor y nacía su sueño de estudiar literatura en la universidad. Su producción poética es esencialmente reflexiva y está convencido que las nuevas generaciones necesitan que le digan que la verdadera lucha no es una lucha política, sino una lucha para terminar con la política; ir más allá de la política a la poesía, recurriendo al romanticismo, con técnicas simbolistas y modernistas.

La investigación

Cristian Avecilla, primogénito de tres hermanos, convivió con la fortuna y la desdicha que su hermano menor,  Omar, padecía de autismo severo. Esa inquietud, sobre su forma de vivir y el lenguaje, le llevó a indagar y a publicar su primer libro, bajo el título “Silencio”, a sus diecinueve años. Fue un intento de aproximarse a entender esa mistérica forma de comunicarse de Omar, que cerebralmente todavía hoy tiene ocho meses de edad y no utiliza el lenguaje, pero hace entender lo que necesita (alimentarse, recibir cariño, dormir, complacer ciertos deseos de distracción y amar; es muy necesitado pero proveedor de emociones absolutamente extraordinarias).

Cristian también se inició en el mundo de la comunicación dirigiendo la Revista Cultural de Radio El Telégrafo CAMINARTE, que llegó a emitirse durante tres años (1999 a 2002). Poco después publicaría la Enciclopedia Colección Edmundo Ribadeneira, uno de los personajes más destacados de la cultura ecuatoriana, que fue rector de la Universidad Central del Ecuador y Presidente de la Casa de la Cultura Ecuatoriana Benjamín Carrión (1979 a 1988). Esta colección está integrada por cuatro volúmenes: Estudio biográfico de Edmundo Ribadeneira”; “Concierto de voces para una biografía” –que recoge una serie de entrevistas a distintas personalidades del mundo de la cultura, como Jorge Enrique Adoum, Eliécer Cárdenas, Jorge Dávila, entre otros–; “Diccionario de Edmundo Ribadeneira”; y una recopilación de ensayos, “El Cajón Postergado”.

En definitiva, Cristian Avecillas es un poeta que compone canciones, un poeta que hace teatro y un músico que hace investigación y periodismo cultural. Un poeta en el sentido griego, hermético y bardo, soñador y rebelde, que se convierte en individuo a través de la música e intenta analizar el contexto histórico actual y futuro. “Hasta la poesía siempre”.

Prólogo al libro MUJERES CIENTÍFICAS AZUAYAS. TESTIMONIOS

 Por: José Manuel Castellano

La mujer ha ejercido, sin duda alguna, una labor clave a lo largo de la historia. Sin embargo, su condición de dependencia jurídica con respecto al hombre y la absoluta discriminación, a la que ha sido sometida en todos los aspectos de la vida social, le ha llevado a enfrentar una lucha constante por el reconocimiento de sus derechos.

La acción reivindicativa de la mujer a lo largo del tiempo se ha caracterizado por un ritmo lento que atraviesa una amplia franja temporal. Esa legítima búsqueda de acceso a los espacios sociales ha obligado a la mujer hacer frente a la rígida estructura patriarcal dominante en todo momento, bajo visiones y planteamientos que deben ser interpretados en su propia contextualización sociohistórica.

Una batalla que, independientemente de sus actuaciones y objetivos planteados en cada etapa, ha tenido un punto de referencia común: la activa y relevante participación social de la mujer. En ese camino recorrido la mujer ha sabido de mostrar su enorme capacidad de perseverancia, superación y su plena convicción en la materialización de sus aspiraciones: desde el reconocimiento jurídico a su ingreso en los centros educativos, a su entrada al mundo laboral, académico, cultural y político. Ese proceso no puede entenderse sin la labor, en unos casos, de las acciones individuales que han servido como referencia modélica y, en otros, de forma colectiva, canalizada a través de las organizaciones feministas, por su empuje y presión social e institucional en la introducción de nuevas normativas legales.

Los primeros antecedentes de acciones colectivas de reivindicación de la mujer tienen su origen en la propia ausencia de contenidos referidos a los derechos de igualdad y género entre los ejes fundamentados sobre Libertad, Igualdad y Fraternidad propugnados por la Revolución Francesa (1789). Se iniciaba así, una larga batalla por la emancipación de la mujer y la igualdad de derechos en todos los ámbitos (derecho al voto, a la propiedad privada, a la educación, a ejercer cargos públicos, etc.).

Un siglo después, en 1911, tenía lugar en los EE.UU. la primera celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, aunque no sería hasta 1972 cuando la ONU aprobara la declaración del Día Internacional de la Mujer, a celebrase el 8 de marzo de 1975, como reconocimiento a su lucha histórica. De esta forma se consolidaba una voluntad institucional de construir una sociedad plural e igualitaria entre géneros, a través de regulaciones y exigencias normativas propias y de adhesión a las internacionales. Esa evolución ha sido muy desigual en el tiempo y entre los territorios, aunque en 1948 la ONU reconocía el sufragio femenino. A pesar de ello, durante el siglo XIX, XX y en estas primeras décadas del XXI, la situación de la mujer se caracterizaba por unas duras restricciones en el desempeño de sus actividades sociales, laborales y por una desigualdad política y educacional.

Uno de los grandes temas de batalla planteado por la mujer en los albores de la contemporaneidad estuvo asociado al sufragio. Se debe recordar que, hasta hace muy poco tiempo, la mujer carecía de capacidad y reconocimiento jurídico y, por tanto, su actuación como ciudadana se encontraba restringida, sometida y dependiente de una potestad que recaía directamente en sus padres o esposos.

El movimiento sufragista, por tanto, introducía un cuestionamiento del carácter representativo de los gobiernos en manos del hombre y, por consiguiente, las mujeres activaron una intensa lucha cívica en contra de su exclusión representativa. De forma paralela, y como consecuencia del cambio en las estructuras socioeconómicas, junto al derecho al voto, se incorporaban nuevas demandas, como el acceso a la educación, al trabajo y la abolición de la doble moral sexual, etc. Así en el espacio latinoamericano, como veremos más adelante, el reconocimiento del derecho de la mujer a ejercer el voto tiene rostro y nombre de mujer ecuatoriana: Matilde Hidalgo de Procel. Desde esas conquistas las mujeres diseñaron acciones de presión dirigidas a la transformación de las estructuras del poder, con la finalidad de alcanzar su presencia en los espacios públicos y suprimir las fronteras impuestas entre lo público y privado. En ese contexto el sistema organizativo de la mujer, a través de los movimientos sociales y los colectivos feministas ecuatorianos entre los siglos XIX al XXI, han contribuido de forma decisiva a su visibilización en el ámbito social de sus demandas y a la incorporación de parte de sus anhelos y aspiraciones en los textos constitucionales, promulgación de leyes y políticas de inclusión. En ese sentido es de obligada referencia y responsabilidad mencionar al menos a las principales organizaciones que han prestado un alto servicio a la ciudadanía ecuatoriana, como la Sociedad Feminista Luz de Pichincha (1922), Alianza Femenina Ecuatoriana (1939), Asociación Femenina Universitaria (1944), La Unión Nacional de Mujeres del Ecuador (1960) y el Movimiento Feminista Ecuatoriano (1995).

El siglo XXI supuso una consolidación interna y externa para los colectivos feministas, que se reflejaba en una activa participación de programas y acciones. Su peso social se plasmaba en la Constitución de 1998, respecto a la demanda de paridad, en una época en que la integración de la mujer en el mercado laboral se incrementaba, aunque todavía con una escasa representación social en el mundo político y en el mundo universitario. Posteriormente con el proceso constituyente de 2007 y en la Constitución de 2008 se incorporaba una parte de esas aspiraciones en temas de equidad y de no violencia. No obstante, el panorama actual es poco halagüeño, pues la violencia de género ofrece unos índices excesivamente elevados (6 de cada 10 mujeres en Ecuador son víctimas de cualquier tipo de violencia).

La participación histórica de la mujer en el mundo económico también ha sido decisiva, pues ha combinado tanto sus actividades domésticas con las faenas agrarias en las zonas rurales, como con las propias desempeñadas en los centros urbanos. Ese acceso masivo de las mujeres al mercado de trabajo ha traído consigo uno de los cambios más significativos experimentado por la sociedad en las últimas décadas, representando un alto porcentaje en la población económicamente activa; aunque cuentan con enormes desventajas y obstáculos, como se revela por la existencia de una tasa de participación laboral inferior al hombre, el bajo índice en puestos ejecutivos, una remuneración menor, un nivel de jornada inferior, etc.

Actualmente la incorporación de la mujer al sistema educativo y universitario han permitido una mejora importante en el mundo laboral, copado hasta hace poco por el hombre, que ha cambiado sustancialmente la realidad pasada. En ese sentido, se debe recordar que a lo largo del siglo XIX, sólo los sectores privilegiados de la sociedad tenían acceso a la educación. Esa situación era aún más crítica para las mujeres y su proceso formativo estaba dirigido al desempeño del cuidado del hogar, el matrimonio, la procreación o para la vida religiosa. Por tanto, no sería hasta la pasada centuria cuando se inicia un proyecto de incorporación de la mujer a la educación, aunque bajo el rol de la mentalidad de la época, donde los centros de enseñanza estaban reservados al hombre. La incorporación de la mujer a las distintas etapas formativas fue un proceso lento, como limitado fue su acceso a la universidad hasta bien entrado el siglo XX. No obstante, las dificultades encontradas en ese camino nunca fueron un obstáculo para que mujeres valerosas emprendieran en todo momento histórico una intensa labor de concienciación colectiva que ha trazado una sólida estela para las generaciones venideras. Es así que en el contexto ecuatoriano se cuenta con una nómina de pro-mujeres que han marcado hitos de especial relevancia en distintos espacios públicos, ampliaron nuevos horizontes a la invisibilidad secular y se enfrentaron abiertamente a los paradigmas dominantes establecidos.

De este modo, no podemos dejar de referenciar a un elenco de ecuatorianas, cuya aportación fue clave en la conformación cultural e identitaria en los diferentes campos sociales, políticos, profesionales y en el mundo de las ideas. Así la ambateña Ana de Peralta (c. siglo XVIII), nacida en Huachi, es un símbolo del feminismo ecuatoriano por su rebeldía frente a las disposiciones coloniales españolas, al encabezar una protesta contra la Cédula Real de 1752, que prohibía a las mujeres mestizas usar vestimentas indígenas o españolas. Además, es considerada como promotora del primer movimiento de mujeres en la Real Audiencia de Quito que luchó por la libertad y los derechos de la mujer.

Manuela Cañizares y Álvarez (1769-1809) y Manuela Sáenz Aizpuru (1795-1856) son dos referencias claves y precursoras de la participación de la mujer en el movimiento emancipador de Latinoamérica, cuyos comportamientos fueron cuestionados y marginados por la sociedad del momento por trasgredir el rol que se adjudicaba a la mujer en esa época pero que, afortunadamente, han sido rescatadas por la Historia en estas últimas décadas. En ese plano de libertadora-revolucionaria, junto a su compromiso feminista e intelectual, se encuentra con nombre propio Manuela de la Santa Cruz y Espejo (1753-1829), a las que algunos recurren a valorar su figura simplemente por ser hermana de Eugenio Espejo, rebajando su papel de mujer, además, de ser una de las precursoras de la enfermería en Ecuador.

Otro icono del movimiento feminista ecuatoriano fue Marieta de Veintimilla (1855-1907), destacada pensadora y escritora, sobrina del general Ignacio de Veintimilla, que llegó a desempeñar funciones de décimo primera Dama de la nación y encargada del poder Supremo en ausencia de su tío. Apodada “la Generalita” participó en los movimientos armados de 1882 contra los conservadores. Junto a ello, no debemos obviar la heroicidad de un conjunto de mujeres activistas insurgentes, las denominadas “guarichas”. Una gran mayoría de ellas anónimas que no han sido registradas suficientemente por la historia, aunque se cuenta con algunas referencias, como es el caso, entre otras, de Dominga Vinueza; Nicolasa Jurado; Inés María Jiménez; Gertrudis Esparza; y Rosa Robalino.

A finales del siglo XIX sobresale la presencia de mujeres en la lucha revolucionaria dentro de las filas liberales en 1895, que desempeñaron tareas logísticas, propagandísticas y hasta financieras. Entre otras muchas, debemos señalar a María Matilde Gamarra de Hidalgo; Dolores Usubillaga; Juliana Pizarro; Maclovia Lavayen de Borja; Carmen Grimaldo de Valverde; Joaquina Galarza de Larrea; Felicia Solano de Vizuete; Leticia Montenegro de Durango; Dolores Vela de Veintimilla; Tránsito Villagómez; Filomena Chávez de Duque; Sofía Moreira de Sabando; Delfina Torres de Concha; Rosa Villafuerte de Castillo; Cruz Lucía Infante; Delia Montero Maridueña, etc.

La orense Zoila Ugarte de Landívar (1864-1969) fue una de las pioneras en el ámbito de la defensa del sufragio femenino, además, de escritora y primera mujer en ejercer el periodismo en Ecuador, junto a Hipatia Cárdenas de Bustamante (1889-1972). Fue la primera directora y redactora del periódico político La Prensa en 1911, fundadora de la revista La Mujer en 1905 y directora de la Biblioteca Nacional. En el ámbito del activismo participó en la creación de la Sociedad Feminista Luz del Pichincha (1922) y del Centro Feminista Anticlerical (1930), agrupación que luchó por la defensa del derecho al voto femenino tras su aprobación en 1929, ante el surgimiento de grupos conservadores.

La lojana Matilde Hidalgo de Procel (1889-1974) es otra de las figuras emblemáticas. Fue la primera mujer en reclamar e inscribir se para ejercer su derecho al voto, cuando era solo un derecho concedido a los hombres. Su voto fue el primer sufragio femenino en América Latina. Fue la primera mujer en Ecuador en doctorarse en Medicina y la primera en ocupar un cargo político por elección popular en la administración pública en Loja, aunque relegada a la calidad de suplente, que llevó a miles de mujeres a rebelarse bajo el grito: “¡Queremos una voz femenina que sepa defender nuestros derechos, pospuestos injustamente por sociedades constituidas bajo la prepotencia viril!”. En el ámbito cultural y social, fue vicepresidenta de la Casa de la Cultura Ecuatoriana y presidenta de la Cruz Roja, ambas en El Oro.

Otra referencia del feminismo del siglo XX fue la imbabureña Tránsito Amaguaña (1909-2009), un símbolo de la resistencia indígena y activista comunitaria en la reclamación de tierras y derechos laborales. Tras su participación en la huelga agrícola de 1931 le arrebataron su vivienda y pasó a la clandestinidad durante quince años. Más tarde fundaría la Federación Ecuatoriana de Indios e impulsaría la creación de escuelas bilingües (castellano y kichwa) y tras su vinculación al Partido Comunista fue acusada de tráfico de armas y encarcelada en prisión. Fue una de las fundadoras de la Federación Ecuatoriana de Indios y representante de los indígenas del Ecuador en la Unión Soviética y en Cuba, que le llevó, tras su regreso a Ecuador, a su ingreso en el Penal García Moreno de Quito. En 2003 el Gobierno ecuatoriano la galardonaba con el Premio Nacional Eugenio Espejo.

Otra figura del feminismo ecuatoriano con una intensa labor indigenista fue Dolores Cacuango Quilo (1881-1971), nacida en Cayambe y pionera en la defensa de los derechos indígenas y del campesinado. Desde joven impulsó las escuelas bilingües y fundó la primera en 1946 y participó en la creación de la primera organización indígena (Fundación Ecuatoriana de Indios). También colaboró en la apertura de escuelas sindicales en Cayambe. Tampoco podemos dejar de señalar a otras insignes del siglo XX, como Rosaura Emelia Galarza Heyman; Isabel Donoso; Mercedes González de Moscoso; Josefina Veintemilla; y Dolores Sucre.

En el mundo laboral se crearon organizaciones que defendían las reivindicaciones de la mujer obrera en Guayaquil. Así en 1918, María de Allieri y Clara Potes de Freile crearon el Centro Aurora y editaron una publicación feminista pionera de los derechos de las mujeres, “La Mujer Ecuatoriana”, que contó con el apoyo de la Confederación de Obreros del Guayas.

En el escenario político sobresale la cañareja Nela Martínez (1912-2004), que en su juventud ingresaría en la filas del Partido Comunista de Ecuador y que llegó a convertirse en una de las líderes más carismáticas de su época y primera mujer diputada. Participó en la revolución La Gloriosa (1944), que derrocó al dictador Carlos Arroyo del Río, y alcanzó la presidencia del Gobierno durante unos días, aunque su nombramiento nunca fue oficial. Nela Martínez participó en la creación y liderazgo de diversas organizaciones, como Unión Revolucionaria de Mujeres Ecuatorianas y Alianza Femenina Ecuatoriana. Fue diputada suplente en la Asamblea Constituyente de 1945 y se convirtió en la primera mujer en ejercer esa función en el país. Es coautora, junto a Gallegos Lara, de la novela Los Guandos y recientemente se ha editado otra obra suya titulada “Yo siempre he sido Nela Martínez”.

En el mundo educativo y académico nos encontramos con Rosa Cabeza de Vaca que, nacida a finales del siglo XIX, fue la primera mujer en matricularse en el Colegio Mejía en 1903 y primera mujer en graduarse en el mencionado establecimiento educativo; a María Zúñiga (1890-1979), que tras alcanzar el logro de integrar a la mujer a la secundaria fue la primera mujer graduada como médico; a insignes educadoras liberales como Rita Lecumberri Robles; Lucinda Toledo; Mercedes Elena Noboa Saá; y María Luisa Cevallos. Todas ellas primeras egresadas del Normal de señoritas que inauguró Alfaro en 1901; a Dolores J. Torres que fundó una escuela en su casa y formó la Liga de Maestros del Azuay (1922); y a Piedad Peña Herrera de Costales (1929-1994), catedrática universitaria dedicada al estudio de la antropología, etnología e historia y coautora del libro Historia Social del Ecuador, obra considerada un clásico de la Etnología ecuatoriana. Tampoco podemos obviar a Hermelinda Urvina (1905-2008), ambateña que fue la primera mujer ecuatoriana y latinoamericana en obtener en EE.UU. la licencia de piloto aviador en 1932, además, de participar en la creación de la compañía norteamericana Ninety Niners conformada por mujeres pilotos.

Cerramos estas breves pinceladas mencionando, entre otras muchas mujeres, a Lupe Rosalía Arteaga Serrano (n. 1956), comunicadora, escritora y política que fue la primera vicepresidenta y presidenta del Ecuador entre el 9 al 11 de febrero de 1997, tras la destitución de Abdalá Bucaram; a Teresa Guadalupe Larriva González (1956-2007) primera mujer y primer civil en ser Ministra de Defensa en Ecuador, cuyo nombramiento generó un rechazo entre los sectores conservadores por el simple hecho de ser mujer; a María Fernanda Tamayo (n. 1964) e Ivonne Daza (n. 1965), las primeras generales de la Policía Nacional del Ecuador y a la primera rectora ecuatoriana Florinella Muñoz.

En definitiva, las transformaciones sociales en el ámbito internacional, el reconocimiento a sus derechos plenos como ciudadanas a través de la facultad de ser electoras o elegibles, su incorporación al mundo educativo, su incursión al mercado laboral tanto público como privado y a los espacios de poder, ha resultado un proceso reciente, lento y vinculado a la adhesión y compromisos del escenario mundial, con respecto a la igualdad y reconocimiento de la mujer. Un devenir que ha dado un giro importante hacia la todavía inconclusa emancipación de las mujeres. En estas últimas décadas, los cambios sociales experimentados y el establecimiento de los sistemas democráticos en Latinoamérica abrían una nueva época para la mujer en general.

En conclusión, la lenta introducción de cambios y reformas normativas han creado, sin duda, unas mejores condiciones en el plano de igualdad entre género, aunque estos instrumentos no terminan por erradicar definitivamente las prácticas discriminatorias y vejatorias en los distintos ámbitos y tampoco se ha traducido en un cambio de mentalidad generalizado en la sociedad actual, que se manifiesta en la persistencia de rasgos y comportamientos en diversos contextos sociales, laborales e institucionales.

Ante esta realidad, la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina (CES-AL), comprometida y convencida en la necesidad de aportar acciones que conlleven a revalorizar y consolidar el significativo desempeño de la mujer en todos sus ámbitos, ha promovido la celebración de la I Jornada de Mujeres Científicas Azuayas (Ecuador), celebrada entre el 22 al 26 de noviembre, al objeto de reconocer, potenciar y difundir el papel de la mujer en el campo académico, científico y profesional durante estas últimas décadas con una clara orientación de concienciación social de igualdad entre género.

Con esa idea, CES-AL ha invitado a un grupo de mujeres representativas y destacadas en su labor dentro de las tres grandes áreas del conocimiento (Ciencias Sociales, Ciencias Experimentales y Ciencias de la Salud) y bajo un carácter intergeneracional (mujeres jóvenes en su etapa inicial de profesionalización; mujeres consolidadas en su ámbito laboral; y mujeres referentes en sus distintas disciplinas), con una doble finalidad: a) compartir y socializar sus visiones y testimonios para acercarnos a conocer el papel y la experiencia de vida de este grupo de mujeres azuayas en su campo formativo y profesional; y b) contribuir, con ello, a un cambio de paradigma en la todavía existente discriminación de género.

Este libro, “Mujeres científicas azuayas”, es el resultado del mencionado encuentro que tiene como pretensión que estas catorce narraciones testimoniales, centradas en dos aspectos (formativo y profesional), sirvan de referencia social en la adopción de nuevas formas de relación y consolidación real de una igualdad de derechos y oportunidades entre género.

Por último, se hace imprescindible mostrar nuestra gratitud y reconocimiento a este grupo de mujeres (Diana Cordero, arqueóloga; Dora Arízaga, arquitecta; Elena Zurita, médico; Kamila Torres, antropóloga; María Elena Cazar, biotecnóloga; Cristina Toral, odontóloga; Lorena Escudero, filósofa; Cecilia Palacios, bioquímica; Rosana Moscoso, médico; Ana Cecilia Salazar, psicóloga; Nancy Minga, agrónoma; Janneth Méndez, artista visual; Cisne Aguirre, arquitecta; y Fabiola Palacios, fonoaudióloga-logopeda), por su generosidad, valentía y sus enseñanzas.

MUJERES CIENTÍFICAS AZUAYAS, tercera sesión

 Intervenciones de la profesora universitaria Lorena Escudero, la bioquímica Cecilia Palacios y la médico Rosana Moscoso

La I Jornada de MUJERES CIENTÍFICAS AZUAYAS, que se desarrolla desde el 22 al 26 de noviembre, es organizada por la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina (CES-AL).

miércoles, 24 de noviembre de 2021

Tribuna Internacional LA CLAVE

Les compartimos algunos de los contenidos de La Tribuna Internacional LA CLAVE, a los que tendrán acceso a partir de mañana jueves 25 de noviembre.

MUJERES CIENTÍFICAS AZUAYAS, segunda sesión

Intervenciones de la antropóloga Kamila Torres, la biotecnóloga María Elena Cazar y la odontóloga Cristina Toral

La I Jornada de MUJERES CIENTÍFICAS AZUAYAS, que se desarrolla desde el 22 al 26 de noviembre, es organizada por la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina (CES-AL).

martes, 23 de noviembre de 2021

Este jueves 25 de noviembre, un nuevo número de LA CLAVE

 Una Tribuna Internacional dirigida exclusivamente a una minoría

https://www.laclavecuenca.com/

MUJERES CIENTÍFICAS AZUAYAS, primera sesión

 Intervenciones de Diana Cordero (arqueóloga), Dora Arízaga (arquitecta) y Elena Zurita (médico).


La I Jornada de MUJERES CIENTÍFICAS AZUAYAS, que se desarrolla desde el 22 al 26 de noviembre, es organizada por la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina (CES-AL).

lunes, 22 de noviembre de 2021

Presentación del libro: “MUJERES CIENTÍFICAS AZUAYAS. Testimonios"

Viernes 26 de noviembre a las 19:00 h.

Presentación del libro: “Itinerarios de lectura y escritura en la Zona 3 ecuatoriana"

Lunes 29 de noviembre a las 19:00 h. 

La Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina (CES-AL) tiene el placer de invitarle al lanzamiento del libro “Itinerarios de lectura y escritura en la Zona 3 ecuatoriana: Estudio de pertinencia" de los autores Genoveva Ponce Naranjo, Liuvan Herrera Carpio e Ivonne Ponce Naranjo, con prólogo de Yolanda Falconí Uriarte.

El acto de presentación, moderado por Yessenia López, correrá a cargo del Dr. José Manuel Castellano y tendrá lugar el próximo lunes 29 de noviembre a las 19:00 h. (Ecuador), a través de la plataforma Zoom y retrasmitido en directo por Facebook.

https://cedia.zoom.us/j/83081932684 

https://www.facebook.com/Editorial-Centro-de-Estudio-Sociales-de-Am%C3%A9rica-Latina-546684769380270 

sábado, 20 de noviembre de 2021

El lunes 22 de noviembre arranca la primera sesión de la Jornada MUJERES CIENTÍFICAS AZUAYAS

El próximo lunes 22 de noviembre se inicia la I Jornada de Mujeres Científicas Azuayas con la participación de la arqueóloga Diana Cordero, la arquitecta Dora Arízaga y la Dra. Elena Zurita, que se desarrollará a lo largo de toda semana hasta el viernes 26 de noviembre a las 19:00, a través de Zoom y Facebook Live, bajo la moderación de Mirian Criollo y Michelle Balarezo.

Enlace para la sesión del lunes 22 de noviembre a las 19:00 h.

https://cedia.zoom.us/j/81700841536

https://www.facebook.com/Editorial-Centro-de-Estudio-Sociales-de-Am%C3%A9rica-Latina-546684769380270

El martes 23 de noviembre segunda sesión Jornada MUJERES CIENTÍFICAS AZUAYAS

El próximo martes 23 de noviembre se desarrollará la segunda sesión la I Jornada de Mujeres Científicas Azuayas con la participación de la Antropóloga Kamila Torres, la Biotecnóloga María Elena Caza y la Odontóloga Cristina Toral a las 19:00, a través de Zoom y Facebook Live, bajo la moderación de Mirian Criollo y Michelle Balarezo.

El miércoles 24 de noviembre tercera sesión Jornada MUJERES CIENTÍFICAS AZUAYAS


El próximo miércoles 24 de noviembre se desarrollará la segunda sesión la I Jornada de Mujeres Científicas Azuayas con la participación de la profesora universitaria Lorena Escudero, la bioquímica Cecilia Palacios y la médico Rosana Moscoso a las 19:00, a través de Zoom y Facebook Live, bajo la moderación de Mirian Criollo y Michelle Balarezo.

Enlace para la sesión del miércoles 24 de noviembre a las 19:00 h.

https://cedia.zoom.us/j/85237034246

https://www.facebook.com/Editorial-Centro-de-Estudio-Sociales-de-Am%C3%A9rica-Latina-546684769380270 


El jueves 25 de noviembre cuarta sesión Jornada MUJERES CIENTÍFICAS AZUAYAS

 

El próximo jueves 25 de noviembre se desarrollará la segunda sesión la I Jornada de Mujeres Científicas Azuayas con la participación de la psicóloga Ana Cecilia Zalazar, la agrónoma Nancy Minga y la fonoaudióloga/logopeda Fabiola Palacios a las 19:00, a través de Zoom y Facebook Live, bajo la moderación de Mirian Criollo y Michelle Balarezo.

El viernes 26 de noviembre quinta sesión Jornada MUJERES CIENTÍFICAS AZUAYAS

 

El próximo viernes 26 de noviembre se desarrollará la segunda sesión la I Jornada de Mujeres Científicas Azuayas con la participación de la artista visual Janneth Méndez, la arquitecta Cisne Aguirre y la fisioterapeuta María del Rosario Vásquez a las 19:00, a través de Zoom y Facebook Live, bajo la moderación de Mirian Criollo y Michelle Balarezo.


Vídeo presentación del libro "ANIMAL PATÉTICO" de Manuel F. Álvarez

 

Descargar: ANIMAL PATÉTICO de Manuel F. Álvarez Galeano

DESCARGAR

La Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina (CES-AL) tiene el placer de poner a disposición de la ciudadanía mundial en acceso abierto el libro “Animal patético” de Manuel F. Álvarez Galeano, con prólogo de Lenin Paladines Paredes.

viernes, 19 de noviembre de 2021

Los placeres de la vida: humanismo y cultura

Hay algo mejor que compartir una tertulia y un café de altura junto a un gran amigo, como es, en este caso, con el poeta cuencano-universal Eugenio Crespo.

La Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina se destaca

Editorial de Ecuador Universitario

La Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina  (CES-AL), joven editorial cuencana nacida en noviembre de  2018 y que tiene como principal fundamento compartir y democratizar el conocimiento, se ha consolidado en el mundo editorial bajo un sistema de acceso abierto, cuyas publicaciones pueden ser descargadas por los lectores sin ningún tipo de costo. Es un espacio alternativo para difundir el pensamiento, para que quienes no cuentan con los recursos económicos puedan difundir sus productos editoriales.

En apenas tres años ha logrado publicar 91 libros en la Colección Ciencias Sociales  y en la Colección Taller Literario. Se ha caracterizado por ser una tribuna de libertad  de expresión y pensamiento, apartada de toda bandería política. Trajo en sí el germen de una conciencia literaria. Creó una nueva manera de expresarse que refleja un modo de ser nuevo. 

De forma paralela a la publicación de libros, la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina desempeña también un conjunto de acciones culturales dirigida a la comunidad a través de mesas redondas, conferencias, recitales poéticos y musicales, convocatorias de concursos literarios de ámbito nacional e internacional y en 2020 instauró los Premios CES-AL con la finalidad de reconocer la contribución científica-académica, la trayectoria profesional en el ámbito literario y potenciar la labor de los jóvenes en distintas disciplinas y manifestaciones culturales. 

Los Premios CES-AL tienen como representación material una estatuilla, la Guacamaya, diseñada y elaborada por el artesano Segundo Gallegos, que contiene una concepción simbólica identitaria vinculada a las propias raíces originarias, que intenta fortalecer los cimientos de la interculturalidad. 

CES-AL  ha brindado a todos su casa  para volcar las múltiples manifestaciones del espíritu humano. Ha logrado, al mismo tiempo, coordinar esfuerzos que han dado su fruto en obras  de trabajo colectivo. Se ha convertido en un servicio de interés colectivo, con funciones eminentemente sociales  dirigidas al desarrollo integral del individuo y de la colectividad. 

Ha logrado  traer el pueblo al arte, acercándolo a las inquietudes estéticas y culturales. Su labor y producción en época de pandemia ha sido extraordinaria. 

Ecuador Universitario saluda y felicita el  trabajo triunfante de CES-AL, de José Manuel Castellano, su Director, un historiador canario afincado en Ecuador, primero, como miembro investigador del Programa Prometeo y, posteriormente, como profesor en varias universidades ecuatorianas, una labor docente universitaria caracterizada por iniciar e impulsar la investigación entre sus alumnos, que participan activamente en diversos proyectos y cuentan con publicaciones en revistas de alto impacto. Su trayectoria profesional y su intensa dedicación al estudio de la historia ecuatoriana le han llevado a formar parte de la Academia Nacional de Historia del Ecuador. 

Ecuador Universitario también felicita a todos los integrantes de  su equipo de valiosos docentes e intelectuales y de  jóvenes estudiantes universitarios del Austro que participan decididamente en la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina, un proyecto cultural exitoso. 

Porque confiamos profundamente en las posibilidades creadoras del hombre, confiamos con justificado optimismo, en que el futuro de la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina será luminoso, Siempre ha de aspirarse a que las semillas sean fecundas en cualquier campo de la tierra. Pensamos que CES-AL es como una semilla sembrada entre nosotros.

Fuente: http://ecuadoruniversitario.com/opinion/la-editorial-centro-de-estudios-sociales-de-america-latina-ces-al-cumple-tres-anos-de-exitosa-labor-cultural/