Quinta entrega de las colaboraciones del proyecto "Iniciación y formación en redacción". En esta ocasión John Bueno nos comparte su experiencia sobre el reto que le habíamos propuesto de utilizar el rap como recurso didáctico en el aula.
Agradecemos a www.ecuadoruniversitario.com la difusión de este artículo y la apuesta decidida y comprometida por la juventud ecuatoriana.
John Bueno |
Debo
confesar que me sucedió algo muy insólito como estudiante en una universidad del Ecuador.
Un día común y corriente mi profesor José Manuel Castellano, docente que impartía la
materia de “Investigación acción participativa”, que caminaba por el campus universitario
me encontró sentado en el césped rapeando informalmente. Se paró ante mí y me lanzó un reto: escribir una letra sobre
los fundamentos de la asignatura.
Esa petición
me dejó por un momento sin palabras. Me preguntaba internamente si yo sería
capaz de hacerlo. Sin embargo, acepté su propuesta después de una extensa
conversación donde me explicó cuál sería el tema y el objetivo. Y me puse a
trabajar en la letra con la finalidad de trasladar a mis compañeros de aulas
las claves principales de la materia.
El tema de
la canción, “Investigación acción”, debía exponer con claridad su evolución
historiográfica, autores, fundamentos teóricos y los propósitos que persiguen esa
modalidad investigativa. Conté para ello con el apoyo de mi profesor, que me facilitó
materiales y me ayudó a profundizar personalmente en el tema, que me sirvió primero
como aprendizaje individual y después como aprendizaje colectivo.
Antes de dormir reflexionaba sobre las frases podía utilizar para que la
canción no fuera aburrida, pensaba sobre la base que podía emplear para
interpretar la letra y un sinfín de interrogantes que surgían de la nada.
Empecé a escribir y analizar hasta concluir la composición.
La primera
vez que la interpreté completa fue solo ante un espejo. Luego al día siguiente
la canté en el aula, donde recibí una gran sorpresa que jamás hubiera esperado,
ni imaginado. A mis compañeros les agradó, mi profesor estaba totalmente satisfecho
con el trabajo realizado y me pidió, además, que la cantará en la
presentación de uno de sus libros en la biblioteca universitaria. Ese día llegó. Y yo ya estaba más convencido de que lograría cumplir mi objetivo con mi letra.
Y así fue. Todo el auditorio aplaudía y gritaba de la emoción. Nunca antes
había sentido algo igual. Docentes y estudiantes me felicitaban y alababan mi trabajo.
Luego, que
todo eso pasó, decidí que, como futuro docente, debía utilizar ese recurso como
una estrategia: que hermoso sería aprender escuchando una canción, que bonito
sería aprender sintiendo cada frase de una canción y que bonito sería aprender
sintiendo el ritmo de una canción.
Esta
experiencia me ha enseñado, además, que este género musical, el rap, no sólo sirve
para expresar sentimientos sino también conocimientos. No sólo se debe cantar en
escenarios, en discotecas, en festividades sino que también se debe cantar en el
aula de clases, en la escuela, en la universidad y en los congresos.
Nosotros
como futuros docentes tenemos la responsabilidad de hacer que nuestros
estudiantes se motiven, que vean la educación como algo divertido y, sobre todo,
hacer cosas que desprendan amor hacia nuestra profesión. Esta experiencia me dejó un gran
mensaje: las mejores estrategias pedagógicas son las habilidades del docente.
Gracias profe Castellano no sólo por ese aprendizaje sino también por utilizar
y mostrar esa experiencia cada semestre a los nuevos compañeros que se inician
con usted y a los que motiva con nuevas acciones y estrategias.
Para
acceder al vídeo pinchar el siguiente enlace:
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