Por BXSG, 1
agosto 2020
Del Aplauso al “Like”, así se hace arte en tiempos de pandemia
Escenarios
cerrados, cambio agenda, proyectos postergados y pérdidas económicas altos, es
parte de la realidad que enfrentan los artistas y gestores culturales.
Aleyda Quevedo poeta, periodista, editora, ensayista, curadora artística y gestora cultural, revela cómo está la situación de los actores culturales en tiempos de COVID-19. |
De los aplausos a los
me gusta o “like”. De los auditorios a la pantalla del ordenador o dispositivo
móvil. La escena artística da un giro en los tiempos de aislamiento y
distanciamiento social. El encierro obliga a poner llave en las puertas de los
escenarios para el arte y de seguro que, pos pandemia, serán las últimas en
abrirse, pero eso está por verse.Las pérdidas en el
sector cultural son muy altas, desde los procesos de creación, el desarrollo de
la agenda diseñada para el 2020, hasta las pérdidas económicas, que de eso los
actores culturales y artistas mejor no quieren hablar.
¿Cuál es el panorama
del desarrollo artística en tiempos de convenio? Conversamos con Aleyda Quevedo
Rojas. Ella es poeta, periodista, editora, ensayista,
curadora artística y gestora cultural.
Ha publicado 10 libros de poesía dentro y fuera del
país. En 2017 la Casa de la Cultura Ecuatoriana publicó su poesía reunida en
554 páginas con el nombre: “Cierta manera de la luz sobre el cuerpo”. En abril
2020 la CCE liberó dicha antología en formato digital, disponible en: https://cutt.ly/uyeRiAQ
Dicta talleres de motivación y estímulo a la
lectura, y trabaja como editora, comunicadora, consultora de comunicación,
educación superior en artes y políticas sociales. Desarrolla una amplia agenda
como asesora, curadora y promotora cultural.
¿Cómo
le afectó el cierre de escenarios y espacios de acción cultural una vez que
entró en vigencia la emergencia sanitaria por la pandemia del COVID-19?
La pandemia ha
develado con mucha fuerza la desigualdad descomunal que sufre el mundo y
especialmente nuestra región y nuestro país. Los pocos espacios de interacción
cultural del país y de Quito, especialmente, los dedicados a la literatura y a
la poesía se cerraron y esto implicó no solo cambios de agendas y postergación
de proyectos, sino también, afectación de ingresos. En mi caso se cancelaron
dos lecturas de poesía en Quito pagadas, un viaje de trabajo para dictar dos
talleres de escritura creativa por invitación del Festival Internacional de
Poesía de Medellín, así como la cancelación de un taller de lectura y dos
recitales previstos para Galápagos por invitación de una red de actores
culturales de San Cristóbal; adicionalmente, suspendí y se postergó un viaje a
Monterrey para realizar varias lecturas de poesía con horarios, y un viaje más
previsto desde hace un año para el Festival Internacional de Poesía de Pereira,
Colombia. Todo esto a nivel de mi agenda de los 6 primeros meses del año. En
cuanto a proyectos de la editorial que llevo adelante Ediciones de la Línea Imaginaria, tuvimos que volver virtual un
Coloquio Internacional que tiene como centro la difusión de la poesía del gran
escritor César Dávila Andrade y el que se sumen voces poéticas de distintos
matices, lugares y generaciones.
¿Cómo
surge la idea de desarrollar propuestas
que pueden presentarse a través de la conexión por internet?
Un banner electrónico
anunció el segundo Coloquio Daviliano. “El Fakir Confinado”. Abrazados por la poesía de Cesar Dávila Andrade, que se desarrolló el 29 y 30 de julio de 2020. |
En 2018 nosotros
hicimos ya el primer libro del Coloquio Daviliano en formato electrónico, pero
también lo hicimos impreso, con el objetivo de llegar a un diverso y más amplio
circuito de lectores y de canales de lectores. Los dos soportes tanto el
impreso como el electrónico nos permitieron encontrar nuevos y diversos tipos
de lectores. Este 2020 la pandemia nos obligó a plantear la realización de un
segundo libro, únicamente en formato electrónico, estamos justamente ahora
diseñando el ebook y esperamos que circule en la plataforma de la revista
electrónica VallejoandCompany. Pero el evento Coloquio Daviliano ha tenido que
plantearse estrictamente en tierras virtuales. Este 29 y 30 de julio tendremos
dos lecturas virtuales de poesía y ensayo, no solo con reflexiones en torno a
la vida y obra de Dávila Andrade, sino también debates y reflexiones en torno a
estos tiempos duros, oscuros e inéditos que ha provocado la pandemia del
Covid-19. Hemos aprovechado al máximo las plataformas como Zoom y desde luego
las redes sociales que serán los canales por donde se transmitirán las dos
noches de lecturas de poesía. Hemos previsto para cada noche un tiempo de dos
horas por noche con las voces de 16 poetas invitados de 7 países donde se habla
castellano; hemos limitado la invitación a poetas de otras lenguas porque esto
implicaba más recursos como el contar con traductores y más tiempo en la web.
Mantener enganchada a la gente en línea es un reto siempre complejo.
¿Qué
dificultades presentó el pasar de escenarios físicos a escenarios virtuales?
Creo que la
dificultad más importante ha sido el no contar con ningún apoyo financiero por
parte de las pocas instituciones culturales que tiene el país, primero por la
crisis económica generalizada, segundo porque cuesta el doble de trabajo
empujar el carro de la cultura y las artes en tiempos de pandemia, en tiempos
“normales” ya era difícil, ahora lo es muchísimo más, y las instituciones están
quebradas; y tampoco han entendido que lo virtual también debe pagarse y
financiarse. De otro lado, es complejo producir eventos y acciones culturales,
así como productos culturales sin recursos, todo ha sido autogestión,
colaboraciones artísticas internacionales y mucho entusiasmo, así como mucho
compromiso con la poesía. Es lamentable no poder reconocer honorarios a cada
uno de los poetas participantes que además, de leer y debatir de modo virtual,
han escrito ensayos y poemas para el libro digital, es decir, hay todo un
trabajo que no es posible pagar por las condiciones extraordinarias de este año
de pandemia mundial.
¿Cómo
fue el estudio de las plataformas digitales más versátiles para el desarrollo
de la actividad cultural?
Este Coloquio
Daviliano en su segunda edición julio 2020, está organizado por tres actores: Ediciones de la Línea Imaginaria que es
el sello editorial independiente que llevamos adelante los poetas Edwin Madrid
y Aleyda Quevedo y trabajamos desde Quito; la revista electrónica VallejoandCompany que trabaja desde
Lima y Barcelona y tiene como cabeza a su editor y diseñador el escritor Mario
Pera; y desde luego, el aporte invalorable y crucial del Noticiero de Poesía que se hace en Monterrey, México y que la
llevan adelante los poetas José Eugenio Sánchez y José Antonio Pérez Robleda,
ellos son quienes manejan la plataforma web que usaremos para la transmisión de
los recitales de poesía y con quienes hemos perfilado todo el concepto gráfico
y estético de todo el evento y del libro. Hemos usado una estrategia de
colaboraciones artísticas, de sumar talentos y esfuerzos, además, de la suma de
recursos propios para lograr un evento de alta calidad que implica no solamente
las lecturas de poesía en vivo, sino también un libro electrónico que
permanecerá y ampliará, así como fomentará la lectura de poesía y el conocimiento
de la obra del escritor César Dávila Andrade en otras latitudes, latitudes tan
amplias como lo permita la red…
¿Cuáles
de estas plataformas usted aplica para sus acciones: webinar por Zoom, Facebook
live, conciertos en línea, recitales, transmisiones en vivo por Instagram, otras?
La transmisión por
Zoom hacia el canal de YouTube del Noticiero
de Poesía, y luego aparecer en las páginas de Facebook Live de los 16
poetas que participan en los recitales. El libro electrónico estará disponible
a partir del 7 de agosto 2020 en la página web de la revista VallejoandCompany de modo gratuito y
libre.
¿Qué
implica crear una obra o propuesta para presentarse en un escenario virtual?
Adaptarse a los retos
que impone la virtualidad, lo esencial es ajustar bien los tiempos, dinamizar
el guión, las presentaciones o apariciones de los poetas también exigen otra
dinámica, lo cual es un reto mayor porque cada uno está en su casa en su
espacio, es decir, el tema escénico es uno de los más complejos de manejar,
pero el reto es justamente que la palabra y su resonancia arda por encima de
esa fría, distante y gélida virtualidad. En cuanto al ebook, como comenté
antes, desde 2018 nosotros comenzamos a trabajar en formato de libros
electrónicos y hemos ido desarrollando diseños de libros muy amigables, ágiles
y con ilustraciones que no causan ruido a la poesía o al ensayo literario que
son los que nos interesan poner en la web.
¿Cómo
es el acercamiento al público y la respuesta de ellos?
Para las dos noches
de las lecturas de poesía/recitales en vivo hemos abierto un chat para la
interacción entre el público y los poetas. Esperamos contar con miles de
personas conectadas a las diversas páginas de FB, YouTube e Instagram, que
serán las redes que usaremos. Previamente, exactamente desde hace un mes hemos
desarrollado una campaña de comunicación para crear expectativa y lo hemos
hecho vía redes sociales con baner y promos.
¿Hay
que tomar en cuenta el tiempo, la oferta, la situación de las audiencias?
El tiempo es el mayor
enemigo en la red, el riesgo es que las audiencias se desenganchen y se
desconecten. No hay garantía de que estén conectados las dos horas que durarán
los recitales.
¿El
arte por plataformas puede ser un acercamiento, pero también un alejamiento?
Las capturas de
pantalla son el testimonio de los encuentros virtuales, de los escenarios cibernéticos en los cuales se desarrolla la actividad artística y cultural. |
¿Hay
una transformación en la creación, digo una obra para un escenario real y a lo
mejor la misma para ser vista por una pantalla sin el contexto que eso implica?
En el caso de las artes literarias, creo que
una escribe un libro con el mismo rigor y el mismo apasionamiento, sin pensar
en el formato, es decir, no interesa si el libro será impreso o si será un
ebook. En la literatura lo que cuenta es la calidad y no tanto el formato. Cada
día consumimos más libros electrónicos y los devoramos en las pantallas de
nuestro teléfono, laptop, tablet o computador de la mesa del escritorio. Cada
día nos vamos a la cama con un libro en los brazos que luego de leer por dos o
tres horas termina entre nuestras piernas revuelto con las sábanas y cobijas.
El ardor creativo es el mismo, más allá del formato y de la virtualidad. Lo que
sí cambia creo yo es el modo de leer poesía en vivo, en los recitales de
poesía, porque creo que el poeta sí se enfrenta a una barrera al leer de modo
virtual; la experiencia de leer en vivo ante un escenario repleto de personas
en un parque o en un teatro o en una sala de conciertos, es otro cosa.
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