A George Floyd
Este sistema nos roba, incluso, hasta el aire. Apenas podemos respirar.
La cruel imagen del homicidio -dictaminado en el informe forense oficial- de GEORGE FLOYD, ejecutado por un miembro de
la fuerza policial, en connivencia cómplice y pasiva de otros tres agentes.
Este suceso trasciende más allá de la dolorosa, injusta y criminal muerte de
una persona inocente.
Esa imagen es una síntesis de la agonía de una sociedad que vive y
sufre en sus propias carnes el abuso indiscriminado de una autoridad mal
entendida. Su actor principal, Dereck Chauvin, viene a representar al poder
despótico que cuenta con la colaboración y el consentimiento despiadado del
resto de los elementos de esa estructura, que está integrada en este caso por
los demás agentes policiales y donde también tiene cabida esos actores
secundarios, es decir, la mirada indiferente e indolente de la ciudadanía, como
meros espectadores.
Otra
imagen que no tiene desperdicio alguno es esa reciente fotografía de un tal
Donald Trump, a las puertas de la iglesia de Saint John, con una Biblia en sus
sucias garras. Esta escena me recuerda a esa radical y extravagante fundamentación
ultracolonialista de una tal Jeanine Añez: "¡Qué año nuevo aymara, ni lucero
del alba!! Satánicos ¡A Dios nadie lo reemplaza!”, dixit. Ésta expresentadora
de TV, cara pública y marioneta de los que entre bambalinas orquestaron el
reciente episodio golpista en Bolivia, también se atrevió a ensuciar la Biblia
con sus obscenas zarpas.
¡Vaya
tiempos históricos, estos, que nos ha tocado vivir! Representantes sociales que,
surgidos del voto ciudadano, engañan, mienten, roban y asesinan, directa o
indirectamente, o aquellos otros que usurpan la voluntad popular para entrar en
escena y mantener un equilibrio mundial retrógrado.
Esta
nueva etapa trae consigo un paso atrás brutal en todos los derechos sociales ganados
a lo largo de las últimas centurias. Esta es una democracia maquillada que
busca, en estos momentos de crisis pandémica, un giro radical hacia posturas
autoritarias, avaladas por un modelo económico que fomenta la especulación, la
desigualdad, la pobreza global y que tiene como santo y seña una concepción racista
y xenófoba.
Me
aterra, además, las imprudentes acciones y declaraciones de un mandatario que detenta
tanto poder, aunque superado por una arrogancia e ignorancia infinita, como ha
puesto en evidencia en múltiples ocasiones. Catalogar la reivindicación social
de un derecho como un acto de "terrorismo
doméstico”, además, de movilizar al Ejército para reprimir las justas
protestas sociales y autoproclamarse como "Soy
vuestro presidente de la ley y el orden", creo que habla por sí solo
de su ideario antisocial. Sólo quedaría que ordenara a sus agentes represivos
rociar con gas mostaza a la ciudadanía. Espero que la acción social norteamericana
desaloje de la presidencia a este indecoroso individuo que amenaza a toda la
Humanidad.
Lloro
por tu muerte, George Floyd, descansa en paz, y también levanto mi
voz por ti, a pesar de que mi piel tenga una pigmentación diferente, soy tu
hermano.
José Manuel Castellano
Cuenca (Ecuador) a 2 de junio de 2020
Querido amigo, hay varias formas de vivir, pero también existen varias formas de morir, la descrita deja entrever la injusticia social que campea por el mundo, considero que es necesario dignificar la condición humana a través de la reivindicación de la justicia y de las decisiones asumidas por los organismos de poder de cada estado, creo que ha llegado la hora de que las normas, leyes, decretos y otros inventos más, sean hechos pensando en todos y no solo para beneficiar al 30% de la población y perjudicar al 70% restante.
ResponderEliminarTodo lo ocurrido resulta simplemente indignante y decepcionante.
ResponderEliminar¡Excelentes palabras!
Excelente reflexion,que nos hace pensar el gran poder autoritario y indignante que algunos gobiernos lo hacen contra su pueblo, esas injusticias que cada vez se vive y se escucha, sin darse cuenta el dolor, ira, sed de justicia que hay por el mumdo. Estamos viviendo un tiempo que nos cambio la vida que se tiene que resaltar la solidaridad y no el robo y corrupcuon. Basta ya.
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