jueves, 3 de diciembre de 2020

¡¡¡CUÁNTOS EMBAUCADORES, CUÁNTA BASURA!!!

A Pierre Bourdieu y a Juan Montalvo 

Me siento fracasado en mi calidad de sujeto social pero no me rendiré nunca, moriré con las botas puestas, fiel a la coherencia entre el pragmatismo de mis acciones junto a la lealtad a mis ideas, a mis palabras y principios, de frente siempre de frente a los abusos y a la injusticia. Desilusión tras desilusión pero con la esperanza por bandera que marca el camino, alejado de esos embaucadores, esos que engañan con palabras para alcanzar sus fines antisociales, sus intereses domésticos o  revestirse en prestigios estéticos desnudos; que dicen una cosa y hacen todo lo contrario; que nos roban los derechos y las libertades en nocturnidad; que esparcen en el ambiente mucha, mucha basura; que contaminan conciencias todavía no formadas; que responden como buen siervo a su amo; y agudizan la ignorancia y la confusión en las masas como medio de control; además, del empleo y uso de la violencia. Para esa gentuza todo es válido, todo justifica su ansia de dominación.

Me siento fracasado desde el ejercicio profesional, que es entendido por quien suscribe como un acto de compromiso social, al detectar que esos valores que impregnan los programas de estudios en el escenario global-planetario son meros cantos de sirenas, una superficial capa de barniz aplicada sobre una madera social podrida, pero resistiré el embate de los tiempos con honestidad y dignidad ante esos mercenarios de paja. Por un lado, están esos operadores desalmados con ambiciones desmedidas -bajo caras y poses de santos y santísimos- que forjan, bajo transferencia replicante, monstruos a imagen y semejanza, que frustran todo avance social y condenan a la esclavitud de pensamiento único a nuestros jóvenes, para que en un futuro cercano pasen a ingresar en la desarmada legión de sumisos. Y por otro, están los tontos útiles y las marionetas facilitadoras que, de forma directa o indirecta, se rinden bajo la comodidad, se venden sin precio alguno y participan activamente en un juego sucio dentro de filas de rancios bandos, como contribución a la consolidación y preservación del status quo del grupo dominante. En cualquier caso, esa clasificación es más amplia y diversa. Sin duda, los hay con vocación, dedicación y compromiso, pero también los que abrazan la pasividad, la indiferencia y la obediencia ciega, que cumplen estrictamente toda orden -por muy disparatada que esa sea- para evitar conflictos y problemas, y un largo etcétera.

Se mire por donde se mire, esta es, desgraciadamente, una sociedad globalizada construida a través de la mentira, de la manipulación y el saqueo en todos sus niveles en nombre de la democracia y de la libertad de pensamiento, que no encuentra respuesta social alguna. Mientras tanto seguiremos siendo cómplices directos de esa nefasta realidad.

¡Hasta cuando esa pasividad estoica e indolente!

José Manuel Castellano
Cuenca (Ecuador) diciembre 2020

4 comentarios:

  1. El origen de la inseguridad ciudadana está precisamente en el sistema, falta de solidaridad y oportunidades, es muy cierto que nada es justo, pero nosotros podemos ser el gran cambio que exista y ser personas justas y responsables. Ser el ejemplo para las demás personas.

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  2. Concuerdo totalmente con el texto ya que en nuestro mundo globalizado todos buscan sus intereses propios sin medir las consecuencias para los demás y nadie busca el bien común.

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  3. Es verdad vivimos en una sociedad donde debemos acogernos a lo que nos digan y no nos dan facultad de poder ser, solamente a estar dispuestos a lo que venga en donde no hay igualdad para todos, donde los que tienen poder salen favorecidos para así mismos y se sienten superiores a los demás cuando el único interés social debería ser el surgir como sociedad con derechos & igualdad para todos y todas.

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