viernes, 25 de diciembre de 2020

SOCIEDAD HIPÓCRITA

La verdad es que uno se queda perplejo ante esta sociedad farsante que globaliza. Resulta que la flemática cultura anglosajona, con un alto componente histórico racista, clasista y de superioridad étnica, que ha ejercido un sometimiento colonial, esclavista y explotador en el pasado como en la actualidad, viene ahora a dar clases de valores éticos, sin desprenderse de su imposición y visión eurocéntrica.

Recientemente la Asociación de Fútbol Inglés (FA) acaba de abrir expediente sancionador al futbolista Cavani, integrante del Manchester United y de origen uruguayo, por una supuesta actitud racista al enviar un mensaje de agradecimiento, a través de Instagram, a un amigo que encabezaba con un “Gracias negrito”.

Al parecer esa expresión ha generado una conmoción social en esa “isla”, que se cree continente y centro del mundo. Sin embargo, la Academia Argentina de Letras ha salido al paso para darle un buen repaso, al indicar que esa expresión, tal y como recoge el Diccionario de la Lengua de la Argentina, tiene una acepción coloquial de confianza y afectividad, además, de acusar a esa Asociación futbolista de racismo cultural y etnocentrismo.

Por el contrario, esa sociedad de ese Reino Unido no se indigna, ni se avergüenza por ser el segundo país exportador de armas a nivel mundial, después de EE.UU., con un volumen total anual de 14 mil millones de dólares (que viene a representar casi la mitad del presupuesto del gobierno ecuatoriano y una cuarta parte del dinero que se asigna a Educación en este país andino). Material armamentístico que va destinado principalmente a países donde no están garantizados precisamente los Derechos Humanos y cuyas armas quitan la vida (matan vilmente) a millares de inocentes ciudadanos, incluidos, niños y niñas. ASESINOS. Y esa España socialista y "podemista" tampoco se queda atrás, pues es el séptimo país en el ranking mundial de venta de armas, al menos, en su modalidad legal.

Este tema da para mucho, pero tampoco es cuestión de desperdiciar mi preciado tiempo en cuestiones evidentes, ante los cuales la ciudadanía mundial prefiere cerrar sus ojos y tapar sus oídos. Pero para concluir, reto a los lectores inquietos a que indaguen, en esas sociedades caracterizadas por una alta presencia de diversidad étnica, el porcentaje actual de representantes políticos cuya piel no sea blanca como la leche, tanto en el Reino Unido en su Cámara de los Comunes o en la Cámara de Lores, como en el Parlamento o en el Senado español. HIPÓCRITAS. SINVERGÜENZAS.

José Manuel Castellano
Cuenca (Ecuador) diciembre 2020

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