domingo, 12 de abril de 2020

ECUADORUNIVERSITARIO, entre todos lo mataron y él solito se murió

Dr. José Manuel Castellano Gil (PhD)

Mi admiración y respeto a Wilson Zapata Bustamante


Dicen que el infierno está lleno de mal agradecidos. Sin embargo, parece que ese porcentaje es infinitamente superior en esta mundana vida plagada de viles villanos. Un proyecto ejemplar, como EcuadorUniversitario, que se había consolidado en estos últimos ocho años como una activa plataforma, que recogía con esmerada generosidad la dinámica interuniversitaria del país y que cubría la propia gestión mediática de instituciones (SENESCYT, CACES, CES, MINEDUC, entre otras), se vea ahora en el trance de desaparecer por prácticas vampirezcas y parasitarias, para dejar al país huérfano del único medio que abordaba en profundidad y daba transcendencia a una actividad clave de futuro. Esto resulta incomprensible a todas luces, al tiempo, que delata, cuanto menos, modos y procedimientos sin fondo, ni esencia alguna.
EcuadorUniversitario ha cumplido desde sus orígenes una misión estratégica de interconexión universitaria y social, que esos reinos de taifas, encerrados en sus insignificantes grandezas y con una miopía insultante, han sido incapaces de proporcionar el mínimo respaldo necesario a este proyecto integrador, que ha prestado un servicio incalculable a la patria, a la ciudadanía, al mundo universitario y a la educación. Una postura esa, difícil de digerir e imposible de explicar, que deja entrever ausencia de gestión, de capacidades, además, de no saber, ni estar a la altura de los tiempos y donde no son de recibo las huecas promesas, ni las poses discursivas de salón frente a una iniciativa innovadora y modélica.
Se va EcuadorUniversitario y deja un inmenso vacío imposible de cubrir pero llegado a este desafortunado desenlace hay que destacar y agradecer el duro empeño y la encomiable labor desplegada por su Director, Wilson Zapata Bustamante, todo un caballero y profesional de la comunicación, que desde un compromiso individual, desde un servicio social honesto y ético, ajeno a cualquier fin lucrativo, y bajo la soledad más absoluta ha sabido sacar adelante, no sin muchas dificultades y obstáculos, un proyecto que, en cualquier sociedad sensata, sería merecedor, sin duda, de loables elogios y diversos reconocimientos pero que en este Ecuador, por desgracia, solo ha cosechado una preocupante indiferencia y recia desidia, que habla, por sí sólo, de una realidad inmutable e impasible hacia el mundo universitario, hacia el desarrollo formativo, profesional y científico del país. Está claro que así, por estos derroteros no vamos a ninguna parte.
Esperamos que alguna institución cultural, del país o del exterior, le brinde la ayuda necesaria a Ecuador Universitario para que continúe con la suficiente fuerza de presencia preservando los valores logrados y la divulgación de aquellos que apuntan su importancia vital.

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