jueves, 8 de septiembre de 2022

Al hijo que nunca tuve

 

Te esperé para que me enseñaras el mundo

desde una mirada diferente

en busca de un nuevo renacer

pero nunca te encontré.

 

Te busqué entre las multitudes,

en mil caras diferentes,

cautivas del día a día,

y al final llegaste sin tenerte.

 

Aposté por los hijos de todos,

como si fueran de mi propia costilla,

con el anhelo de sepultar el pasado,

para dar luz a un nuevo ciclo.

 

Estamos a tiempo de emprender esa travesía

que nos concierne a todos,

a pesar de los innumerables fracasos cosechados,

todavía estamos a tiempo de reencontrarnos.

 

No será fácil pero sí será posible,

tan solo despojémonos de la oscuridad, rompamos nuestras cadenas,

arrojemos egoísmos, avaricias e indiferencias

para revestirnos de humanidad sincera.

 

El futuro nos espera.


José Manuel Castellano
Cuenca (Ecuador) septiembre 2022

1 comentario:

  1. Muy hermoso por la profunda experiencia de alguien que aprendió a dar vida y darse por completo hasta desaparecer para que el futuro sea fecundo y abundante. Felicitaciones a su autor, muy versado en la poesía y la escritura académica. Un gran gran abrazo José Manuel Castellano.

    ResponderEliminar