Me inquieta un asunto que quiero poner a reflexión de los lectores a partir del siguiente cuestionamiento: ¿Hasta dónde se hubiera llegado bajo un comportamiento limitado de bajo perfil en el proceso evolutivo sociohistórico en su conjunto, desde las luchas reivindicativas por los derechos sociales hasta el avance en el mundo de las ideas, de la ciencia, la cultura y la tecnología?
Realmente no sabría precisar con
exactitud, aunque probablemente nos hubiésemos extinguido, sin alcanzar el
grado de parentesco con los primates, el homo habilis o sapiens, y, por tanto, tendríamos que practicar
en estos momentos y con carácter retroactivo un acto genocida brutal. Borrar toda
huella de Jesús de Nazaret, Siddharta
y Mahoma; desterrar a Sócrates, Platón y Aristóteles; quemar en la hoguera
inquisitorial a Galileo, Pascal, Kant, Spinoza, Descartes, Newton, Pasteur, Tesla, Einstein y Hawking; crucificar
a Marx, Miranda, Bolívar y Mujica; apedrear hasta la muerte a Fleming, Mendel y Jenner;
condenar a cadena perpetua a Cervantes, Shakespeare, García Lorca, Pablo Neruda
y García Márquez; asesinar a Gandhi, Rigoberta Menchú, Arafat y Mandela; dinamitar por los aíres las obras de Miguel Ángel,
Leonardo da Vinci, Rembrandt, van Gogh,
Picasso y Kandinski; seguir martirizando y
torturando a través del brutal femicidio y continuar
ejercitando el abuso y el maltrato; sentenciando a muerte a todo acto de
libertad, bienestar y progreso.
Supongo que
usted lector, en su calidad de padre o madre, no le exige a su hijo que sea un
ser mediocre, que mantenga un perfil bajo para que sea adecuadamente explotado
y dominado. Usted, con total seguridad, espera lo mejor de sus hijos y que sus
aportes ayuden a construir una sociedad avanzada. Usted seguro que no educa a
sus hijos para que sean esclavizados, para que abusen de ellos, para que sean
indignos, para que otros jueguen y destruyan su vida.
Si todos pensáramos
así, porque se adopta una mediocridad aplastante e insultante que usurpa las
estructuras de poder, ya sean institucional, científico, educativo,
universitario, profesional, mediático o social, que instauran un orden de
incapacidad, de involución, de ausencia de libertad, de pensamiento y de progreso
social.
¿Por qué nos
conformamos en vivir en una oscura y sucia caverna social que premia a sus
individuos por su bajo perfil, a imagen y semejanza de sus dirigentes? ¿Por qué
edificamos una sociedad vertical, sumisa y dependiente en todos sus órdenes? No
le pidamos a nuestros hijos lo que nosotros somos incapaces de realizar. Empecemos
con nuestro ejemplo para apuntalar una mejor realidad, que nuestros descendientes
deberán continuar en esa lucha. Seamos nobles y valientes a la hora de destronar
a esos incapaces, mediocres, engañadores y buhoneros que se esconden y se refugian
cobardemente en un poder autocrático, sin el cual nadie, ni nada son.
Intentemos esforzarnos en dar el mayor potencial posible y seamos lo más dignos
y éticos que se pueda en nuestro quehacer diario, aunque cada quien elige su
camino.
José Manuel Castellano Gil
Muy bien dicho amigo. Quienes no nos conformamos ni somos sumisos ante las imposiciones y arbitrariedades lo pagamos caro, pero prefiero eso a la humillación y conformismo. Recibe un abrazo
ResponderEliminarPorque me negué a adptar ese cobarde perfil tuve que marcharme de Ecuador
ResponderEliminarExcelente amigo. Estamos del caos ..espero al orden en algún momento....
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