El "Taller de Escritura" se complace en socializar el artículo de Karina Gualpa, "Forjando un futuro", donde plantea la educación como un compromiso colectivo que aspira a formar ciudadanos libres en la construcción de una sociedad mejor.
* * *
Forjando
un futuro
Karina GuallpaKarina Gualpa |
Los deseos
de los padres generalmente se orientan a que sus hijos sean personas exitosas e
importantes, por tal motivo prefieren que sean médicos, abogados, arquitectos, ingenieros,
etc., es decir, profesiones que les garanticen una vida económicamente estable.
No obstante, olvidan aspectos relevantes en su formación intrapersonal, porque no
sólo tienen la responsabilidad de asesorar una profesión sino el compromiso de
formar seres críticos y pensantes.
La familia
constituye el núcleo básico de la sociedad y, por tanto, su entorno debe ayudar
a consolidar un conjunto de enseñanzas que permitan ver la realidad desde
enfoques críticos, que giren y repercutan en su día a día y que contribuya a un
desarrollo emocional, transmisor de valores y creencias que fortalezca su
herencia cultural, social, familiar y que permita actuar equitativamente en su comunidad
apoyando los ideales del grupo.
De modo
que se hace imprescindible potenciar en nuestros jóvenes capacidades para
afrontar retos, aprovechar oportunidades y actuar con compromiso en una
sociedad que cada día avanza a pasos agigantados, con transformaciones
tecnológicas, nuevos modos de comunicación y diferentes formas de pensar y
actuar. Un ritmo social que puede restringir o impulsar las expectativas de
desarrollo personal y profesional en nuestros jóvenes. Evidentemente esta
responsabilidad de formar a las nuevas generaciones trasciende más allá del
entorno familiar y es de vital importancia una relación y conexión con otros
ámbitos que faciliten lograr tales objetivos.
El entorno
escolar es otro eslabón, ya que el sistema educativo forja en los estudiantes capacidades
de aprender a aprender, aprender a ser, aprender a hacer, aprender a conocer,
aprender a interactuar, que junto al desarrollo de competencias teóricas y
prácticas, potencian autonomía y corresponsabilidad, sin duda, instrumentos que
permiten una decisión de sus actos como parte de su enriquecimiento moral y social.
El entorno
familiar y el mundo educativo cumplen funciones diferentes, aunque son complementarias,
pues entrelazan enseñanzas para incorporar a un nuevo ser humano a la sociedad:
un ciudadano que aporte a la transformación. Es así, que todas esas enseñanzas
transmitidas deben incentivar a los niños a cumplir sus sueños, metas y objetivos,
con bases en la responsabilidad, independencia y respeto mutuo.
Trabajar
para alcanzar tales propósitos representa una ardua labor que recae en muchas manos
y, por ello, es necesario repensar las acciones que realizamos para poder
trasmitirlas a quienes en un futuro cercano, tendrán la capacidad de organizar
y decidir. Los cambios comienzan por reconocer nuestra realidad y actuar frente
a los retos que se nos presentan en cada momento, sin dejar de analizar, repensar
e intervenir en la construcción de una sociedad mejor en todos sus aspectos.
Fuente: www.ecuadoruniversitario.com
Excelente artículo, en el que expone con argumentos claros y veraces la realidad, algunas necesidades, varias aspiraciones fruto de su visión de educadora en formación. Es necesario primero educar emocionalmente a niño, al joven, sobre esos cimientos levantar los pilares firmes del código de valores los que a su ves permitirán el desarrolló académico que formen profesionales que valgan 1 por éticos, + un 0 por inteligentes = 10 + otro 0 por ciudadanos cívicos = 100 + otro cero por cada valor con conciencia que si pierden el 1 no valen nada los ceros (parafraseando al gran matemático persa Al Juarismi) . Felicitaciones Karina me siento orgulloso de haber caminado junto en su proceso de formación colegial.
ResponderEliminar