viernes, 13 de noviembre de 2020

TRAVESÍAS URBANAS

Por: Brigitte Tatiana Nope Saavedra 

Brigitte Tatiana Nope Saavedra
Aún recuerdo con gran cariño nuestro primer encuentro en la Universidad Javeriana cuando iniciábamos la Maestría, cuando compartíamos tardes leyendo y analizando obras literarias porque teníamos alguna presentación en clase o porque debíamos escribir un ensayo. Tú en medio de tus sueños por alcanzar el doctorado en Literatura, desempeñando el rol de madre, literata y fiel amiga.

Hoy, puedo decir como siempre que mi admiración por ti crece enormemente. Has logrado uno de tus sueños a pesar de los percances que has enfrentado a lo largo de tu viaje. Me alegra saber que tu pasión te ha conducido a nuevos horizontes en el camino de la escritura. Para mí, es un privilegio acompañarte hoy en el lanzamiento de tu Poemario.

Tus sueños ahora se encuentran en una morada que quizá años atrás no te imaginabas. Lo cierto es que cada una de las experiencias vividas nos ha permitido convertirnos en esa mezcla de lo que somos ahora: “un poco de ayer, un poco de hoy y un poco del mañana”.

Leer cada uno de los poemas que escribiste me ha permitido viajar a ese pasado furtivo que encontramos en algunas obras literarias. Leer tus poemas me permite visualizar esa realidad que a veces queremos esconder… esa tristeza, esa angustia, ese dolor que muchas veces atravesamos y padecemos en silencio.

Gracias a tus poemas, esas voces que parecían inertes a causa de la guerra, de la violencia, el abuso de poder y el maltrato hoy cobran vida, hoy hablan acerca de su pena, de su desafío para mejorar el camino que nos queda por construir en nuestra Colombia.

Y, así como tú lo expresas en el poema que titulas: “Crisálidas en flor”, hoy, tus versos nos invitan a no olvidar esa guerra, a reconstruir nuestro pasado, dejando una huella en la historia, en nuestra literatura, en nuestro ser. Tus versos provocan en nosotros esa metamorfosis que tanto anhelas y describes en tu poema.

Empiezas tu obra TRAVESÌAS URBANAS con el poema “Y tú, ¿dónde estabas?” quizá con el mismo interrogante que todos en un momento nos hacemos al observar nuestro alrededor y ver tantos matices grises y negros que inundan lo verde y lo azul. Quizá buscando respuestas a una multiplicidad de interrogantes que jamás podremos responder.

El poema “Culebrero y una canción” me transportó a mi ciudad, al sistema público de transporte de mi Bogotá, al amor, a la miseria, a la lástima, a las meditaciones profundas de quienes tomamos este servicio y viajamos de un lugar a otro con la esperanza de encontrarnos y como tú muy bien lo expresas en tu poema “Templanza”, hace referencia a esa radiografía del ser humano, a ese “nosotros” que se contonea entre el sinsabor de lo que le rodea y la necesidad de construir una nueva esperanza.

El aparte titulado: “Peregrinos del conflicto” nos convierte en protagonistas de cada historia que develas, en poetas en vela, en caminantes que buscan un horizonte cargado de “Libaciones cotidianas” como tú muy bien los expresas en este apartado.

Cuando haces referencia: A Pastora… en tu poema “Reconstrucción”, me imagino cuántas voces se han quebrantado, cuántas vidas se han quedado en el pasado de nuestra historia, cuántas madres hay como Pastora. Ahora, soy testigo que gracias a tus letras, esas voces sin nombre revivirán por siempre en nuestro presente.

Y, qué decir de los “Poemas de niños” (para adultos) que hacen referencia a esa inocencia olvidada, a aquellos niños que deben afrontar desventuras que ni siquiera ellos mismos esperaban. No cabe duda que tu estilo de vivir la poesía te compromete a ti como escritora y nos compromete a nosotros como lectores, a hablar de ellos, a estar alertas, a estar en desacuerdo con el horror de una guerra desmesurada. Tú, mi querida Jacqui, pones en nuestras manos esos “Sueños de invierno”, esa “Premonición” que se oculta tras la mirada de Harold o Paula Juliana. 

Es a través de sus testimonios que se puede conocer la consternación del alma, la tragedia de la vida, la agonía, el abandono y la desazón del ser humano. Son ellos quienes conquistan nuestro silencio, son ellos quienes piden clemencia ante su destino. Y, son ellos quienes en lugar de contemplar la gracia de la vida son protagonistas de ese paisaje incierto infestado de hambre, letargo y violencia.

Mi querida Jacqui, leí cada uno de tus poemas como si me dejara dirigir a cada plaza, a cada calle, a cada casa, a cada habitante que ha sido testigo del recuerdo que habita en las palabras. Tus “Elucubraciones nocturnales” no sólo son tuyas, son de todos y de nadie.

Por esa razón, tus “Susurros” y “Delirium” nos logran impactar el alma. Comprendo tu sentir y me duele tanta metáfora al límite del abismo. Tanto conflicto y descomposición social que nos ha sumergido en escombros y hacia una enajenación sin esperanza. Agradezco que tú mi querida Jacqui hayas encontrado las palabras para resurgir de la nada esa luz que muchos necesitaban.

Mí querida Jacqui: Destaco las historias invisibles que denuncias, demarcas a un país que agoniza en silencio, que está lleno de ambigüedades, fallas y contradicciones. Se percibe un grito profundo en cada poema, en cada imagen, en cada símbolo que se registra en tu Poemario. Gracias a tu estilo de escritura pintas en tu obra los rincones más escondidos de una ciudad lesionada, la enfermedad que desborda el río Cauca como si aquellas voces enterradas denotaran todos esos sueños rotos y ese futuro incierto del que tanto hablas en tus “Decrescendos Emocionales”.

Aunque además encuentro en esta última parte de tu Poemario no el final de tu obra sino una invitación a un nuevo comienzo, a un nuevo amanecer tal como lo enuncias en tu poema “Ecuación” como si al aludir a Arcadia en tu poema “Crisálidas en flor” evocaras en nosotros esa placidez y armonía que sólo se logra a partir de una eclosión.

Mi querida Jacqui, en realidad, me siento muy halagada de tener el honor de comentar tu obra. No pongo en duda que detrás de cada poema está escrita parte de tu vida. En TRAVESÌAS URBANAS, no solamente se arropa tu sentir y se desdobla tu lucha incesante por permear espacios cargados de conflicto, dolor y conmiseración sino también se revela tu pasión por hacer remembranza de lo desfigurado.


BRIGITTE TATIANA NOPE SAAVEDRA nace en Bogotá (Colombia) y combina su pasión con la enseñanza y la escritura de cuentos, poemas, ensayos personales y literarios.  Profesional en el área de “Español y Literatura”, egresada de la Universidad Pedagógica Nacional, con Diplomado en Pedagogía y Lúdica de la Universidad Politécnico de Medellín y Magister en Literatura de la Pontificia Universidad Javeriana. Experta en el diseño de talleres de comprensión lectora y producción escrita. Ha participado en la redacción y creación de cartillas virtuales correspondientes a los grados segundo y cuarto de primaria en Mantis Editores (2010) y en la redacción y diseño de pruebas Saber desde los grados primero a once en la Editorial Pearson (2012), a su vez en la redacción y diseño de talleres de comprensión de lectura en los grados octavo a noveno en la Editorial Libros y Libros del mismo año. Ha sido asesora en investigaciones particulares y académicas de estudiantes pertenecientes a colegios IB y universitarios. Fue directora y gestora de un proyecto personal llamado “Aprende Jugando” en el año 2003. Actualmente, trabaja en el Colombo American School ubicado en la ciudad de Bogotá

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