sábado, 28 de marzo de 2020

Entrevista a MANUEL FERRER MUÑOZ, autor de la obra "ASÍ NOS CONTARON LA HISTORIA DE ESMERALDAS"

Por Mariela Barrera


Dr. Manuel Ferrer Muñoz (PhD)
La Editorial Rayky y la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina acaban de coeditar el libro “Así nos contaron la Historia de Esmeraldas” del historiador español Dr.  Manuel Ferrer Muñoz (PhD), que cuenta con una amplia trayectoria investigadora, miembro del Programa Prometeo; ha ejercido la docencia en distintas universidades ecuatoriana y es autor de 24 libros, 30 capítulos de libros, 96 artículos y 50 ponencias en Congresos.

¿A que hace referencia el título “Así nos contaron la historia de Esmeraldas”?
El libro se ocupa de la enseñanza de la historia de la Provincia Verde, y muestra cómo se manipula esa disciplina al servicio de los intereses de quienes en cada época administran las políticas nacionales y editoriales. En el caso de Esmeraldas hay, además, escasa profesionalidad en los enfoques con que se ha contemplado su pasado, y una preocupante limitación de fuentes primarias, muchas de las cuales han desaparecido, bien porque hayan sido objeto de saqueo, bien por la incuria de quienes tienen la responsabilidad de su resguardo, bien porque han sido puestos en venta de modo fraudulento.
¿Cuál es el propósito de este libro?
Se intenta llevar a cabo una aproximación, siquiera sea provisional, al análisis de los enfoques ideológicos y metodológicos que han presidido los trabajos historiográficos centrados en Esmeraldas. Este libro pretende romper lanzas por la profesionalización de la investigación histórica, y promover una visión más cercana y menos distorsionada de Esmeraldas en los libros de texto a través de los cuales se acercan nuestros niños al conocimiento de la historia nacional.
¿Cómo esta obra enriquece y fortalece la identidad e historia del Ecuador?
Queremos mostrar los prejuicios que han condicionado la imagen de Esmeraldas en el contexto nacional. Formulamos una crítica a la tradicional historia de héroes que relega al anonimato a las mujeres y a la gente corriente. Buscamos rescatar la historia cotidiana y el valor de los detalles pequeños. Nos importa mucho proponer un auténtico esfuerzo de respeto al pluralismo y al reconocimiento de los grupos étnicos que han dado a Ecuador su ser nacional. Nos proponemos, en fin, romper con visiones esencialistas del pasado que rehúyen el presente y se recrean en la contemplación de un pasado mitificado, intencionalmente depurado de cuanto pueda arrojar sombras sobre un panorama idílico. No es verdad que cualquier tiempo pasado haya sido mejor que el contemporáneo.
¿Cómo se concibe a la provincia de Esmeraldas desde una perspectiva geográfica y arqueológica?
El lugar periférico que ocupa Esmeraldas en Ecuador, confinante con Colombia, implica la configuración de un espacio que debería ser de mutuo enriquecimiento, por más que las últimas décadas hayan convertido en problemática esa cercanía. Un simple repaso a los orígenes de algunos destacados esmeraldeños, todos hijos de madres o padres colombianos, nos confirma la intensidad de esos vínculos. De otra parte, el daño causado por el prolongado y sistemático saqueo de los sitios arqueológicos de Esmeraldas es ya irreversible. Sí cabría propiciar un proyecto que implicara a las demás provincias costeras del Ecuador y permitiera la puesta en marcha de una muestra itinerante que expusiera a los ojos de sus habitantes el esplendor de las culturas que se desarrollaron en este territorio antes de su sujeción al dominio de otros pueblos invasores.
¿De qué manera el estado influyó en la economía y diversidad cultural de Esmeraldas?
Hay que reconocer con tristeza que la ruptura de vínculos con España no atrajo la menor prosperidad a la provincia, ignorada siempre por los nuevos gobernantes que, urgidos por problemas inmediatos, contemplaban a Esmeraldas como un lugar remoto, apenas comunicado con el resto del país, conminado a una economía de subsistencia y habitado por una mayoría negra difícilmente asimilable a la modernidad. En consecuencia, Esmeraldas quedó marginada y recluida en los rincones más oscuros y recónditos de los libros donde se narra la historia nacional del Ecuador. La puesta en sordina por la historiografía oficial de los sucesos desarrollados en Rioverde el 5 de agosto de 1820, que precedieron al 9 de octubre guayaquileño, habla por sí misma de esa voluntad de silenciar lo esmeraldeño. Y todo ello a pesar de la generosa contribución de Esmeraldas al triunfo del proyecto liberal encarnado por Eloy Alfaro durante el tránsito del siglo XIX al XX.
¿Qué personajes se destacan a lo largo de la historiografía de Esmeraldas?
Los primeros, paradójicamente no esmeraldeños, fueron los esclavos que, tras el naufragio del navío que los conducía a Perú, en 1553, lograron escapar y se adentraron en el territorio que pronto sería conocido como Provincia de Esmeraldas: no obstante la exaltación de esos personajes,  la conciencia que la actual población afrodescendiente posee de sus propios orígenes apenas consiste en una vaga identificación con las hazañas de aquellos cimarrones elevados a la condición heroica, sin que la referencia a la primigenia África llegue a calar de un modo concreto en su memoria ni en su tradición. Más que mencionar a héroes individuales cuyos méritos han sido magnificados en exceso por la historiografía tradicional -Luis Vargas Torres, Carlos Concha Torres, por ejemplo-, nos interesa resaltar las hazañas de héroes colectivos, como las peladoras de tagua que, en 1915, reivindicaron sus derechos como trabajadoras, o los pontoneros que, en pleno auge del banano, plantearon una huelga que paralizó los embarques.
¿De qué manera esta obra se relaciona con la literatura?
En el capítulo IV se acomete el análisis de unos textos literarios que hemos considerado claves para recrear la sociedad esmeraldeña de las décadas tercera y cuarta de la pasada centuria: entre ellos destacan dos relatos de ficción -de Adalberto Ortiz, uno, y el otro de Nelson Estupiñán Bass- que ejemplifican de modo emblemático la utilidad de la literatura para la reconstrucción del pasado, sobre todo cuando, como ocurre en el caso de Esmeraldas, escasean las fuentes históricas o resultan de escasa ayuda las pocas existentes. Con apoyo en esos escritos y en algunas producciones históricas de diversos autores esmeraldeños se ha tratado de confeccionar un mosaico integrador de las diversas comunidades étnicas que ocupan el territorio de la provincia: afroesmeraldeños, mulatos, blanco-mestizos y cayapas
Finalmente, ¿qué opinión le merece la filosofía y labor que desarrolla la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina?
Le diré que, en el caso concreto que nos ocupa, la posibilidad de editar este texto en formato electrónico, con libre acceso, permitirá una difusión incomparablemente más amplia que la que han alcanzado cuantas investigaciones históricas sobre Esmeraldas se han llevado a cabo hasta el momento. Por consiguiente, no tengo sino palabras de agradecimiento y expresiones encomiásticas que dirigir a los responsables de la editorial, que cumple un servicio invaluable. Piensen, por ejemplo, en el número de lectores que se acercarán al libro durante estas duras semanas de confinamiento, a causa del coronavirus, en tantísimas partes del mundo.

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