Dedicado a Antonio Machado y a Juan Manuel Caro
El vuelo floral de un colibrí. Foto: JMCaste. |
Caminos y
encrucijadas,
unos rugosos, otros
placenteros,
curvas cerradas y
rectas abiertas,
con sus velos de brumas o claros luminosos.
Verdes planicies y abruptas
pendientes,
sol ardiente o llovizna
fresca,
con sus noches
heladas o cálidas,
me han traído hasta
aquí.
Donde el ayer es hoy
y el hoy es mañana.
Siempre con la sed del
caminante,
saciada a cada paso por
el sendero,
con sus crepúsculos y
estrellados cielos,
sus besos de brisas pacíficas
atlánticas.
Vuelo floral de colibrí,
trinos alegres de
canarios,
sinfonías de ríos,
lagunas y mares,
reposado en riberas, esteros
y playas.
Contemplando el mundo
desde la altura,
acantilados,
cordilleras y nevados,
peregrinaje en
compañía,
dejando en el olvido el
cansancio.
Disfrutando del instante
inmenso,
mirando hacia
adelante como la primera vez
para descubrir nuevas
constelaciones
y hambriento de nuevas
esperanzas.
Donde el ayer es hoy
y el hoy es mañana.
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