martes, 17 de noviembre de 2020

CES-AL marca la diferencia: un aprendizaje efectivo y activo

Erick Jara Matute

Erick Jara Matute

Al escribir este texto recuerdo y reflexiono sobre las memorias de un tiempo oscuro de experiencias educativas que dejaron mucho por desear. Favorable para mí, aunque no crea en el libro de la vida ya escrito, como estudiante encontré mi escuela favorita: lugar donde verdaderamente –como un niño– disfruto de aprender, crear, cuestionar, criticar, impulsar, proponer y actuar en la construcción del conocimiento. No encuentro otro modo de describir y expresar mi gratitud a la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina y a su editor-jefe –amigo y profesor– José Manuel Castellano.

Esta joven editorial donde muchos celebramos sus inicios y, con orgullo participamos en su primera obra “Compendio de Estudios Sociales sobre Ecuador”, sentimos la brecha en el tiempo que marcaba un pasado y el porvenir literario de muchos. Ya sea en su colección de Ciencias Sociales o en el apreciado Taller Literario, podemos valorar aquella filosofía humanista que piensa en el hombre y su desarrollo libre y democrático. El orgullo de haber participado en sus publicaciones, presentaciones, eventos culturales, entre otros, como estudiante universitario próximo a la licenciatura, recojo mis experiencias durante este profundo y corto tiempo en la editorial para motivar a su continuidad.

Nosotros los jóvenes, –no por marcar vejez, sino por la preconcebida virtud de la inexperiencia–  somos quienes también tomamos un papel activo junto a la academia. Nos convertimos en entrevistadores, ensayistas, escritores, prologuistas e investigadores que aportamos a este querido y aún poco difundido, mundo literario. Por lo dicho, CES-AL tiene la misión de motivar a las jóvenes mentes para ejercitarnos y ampliar el alcance de la experiencia y el conocimiento.

Resulta importante mencionar a quienes recibimos y aceptamos esa invitación, “hacer cosas diferentes”. Por ejemplo, libros como: “Misceláneas de voces jóvenes” fue escrito por las futuras y futuros docentes quienes están ética y socialmente comprometidos con educar; la puerta a los sueños, un libro titulado “Los colores perdidos y otros relatos” por los niños Isabel y Andrés Sequera; el libro “Entre Canarias y Ecuador” del Dr. José Manuel Castellano contó con los prólogos de jóvenes universitarios, Haidy Ulloa, Karina Huallpa, entre otros; “Testimonios vivencias, reflexiones e imágenes en tiempos de Covid-19” fue resultado de un concurso que plasma vidas en un libro con más de 800 páginas, premia por una parte, la participación de jóvenes desde los 15 años en adelante; entre otros libros con alta participación estudiantil. A la vez, resalto la organización, gestión y ejecución del Primer Congreso Nacional para Jóvenes Investigadores, 2019 (Ecuador) con el apoyo de la Universidad Católica de Cuenca.

La Editorial ha impulsado todo este tiempo la ampliación de experiencias y destrezas en la juventud. Encontramos a estudiantes universitarios como Mariela Barrera con sus entrevistas a múltiples autores de obras literarias, entre ellos, al poeta Juan Fernando Auquilla, al Dr. Carlos Pozos y al Dr. Manuel Ferrer Muñoz. En el mismo ámbito encontramos a Pamela Tacuri con su entrevista a Jacqueline Murillo por su obra “Travesías urbanas”; la presentación de esta obra fue dirigida por la joven universitaria, Linda Soledad Flores Palacios, que se está iniciando en el mundo de la poesía. Es grato mencionar a Mateo Silva Buestán, sus aportes ha brindado escritos como “Reflexiones sobre la contienda nacional del 24-M” y la lectura del prólogo del Dr. Vega en la presentación del libro “Tríptico” del Dr. Enrique Martínez Vásquez. De igual modo, aprecio nombrar a Marcela Ulloa quien participó desde el inicio de esta joven editorial, ha aportado con la excelente obra “Pelear con los recuerdos” donde reconstruye la vida de una emigrante colombiana.  

Sin duda me siento afortunado de participar junto a ellos. Claro, aún falta mencionar a otros grandes compañeros como Belén Viejó, Delsa Silva, Jonnathan Uyaguari, Kelly Loaiza, Ángel Fajardo y muchos otros. De algo estoy seguro, todos vivenciamos un nuevo panorama humano, más humano.

El trabajo con los estudiantes ha sido una de las características que resaltan la ética y la estética de la editorial. Su naturaleza somos nosotros, no dista de edades. Pensada ya desde hace mucho, como un sueño, hoy hace dos años que se cristalizaba un pensamiento que se ha convertido en una realidad.

De modo, que la Editorial Centro de Estudios Sociales de América Latina es mucho más que una Editorial, es un centro de formación y aprendizaje efectivo y directo para nosotros los jóvenes. 

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