domingo, 23 de junio de 2019

Una experiencia formativa singular

"Taller de Escritura" tiene el enorme placer de compartir con sus lectores un texto de Edison Ortega que, independientemente de nuestra implicación como su docente, resaltamos su excelente escritura, claridad y estructura para relatar su experiencia y valoración sobre una actividad de aula que compartimos. Sin duda, uno no deja de sorprenderse ante mis alumnos por su buen hacer y su manifiesta predisposición a seguir creciendo, como se evidencia en las distintas publicaciones que acoge este blog. Enhorabuena Edison y, como ya sabes, a seguir con ese proceso de re-lectura y re-escritura para continuar repensando.

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UNA EXPERIENCIA FORMATIVA SINGULAR
Edison Ortega

Edison Ortega
Como estudiante universitario de segundo ciclo de Educación Básica, dentro de la materia Investigación acción-participativa, estamos desarrollando un proyecto de aula centrado en “Historias de vida en contexto educativo”, que pretende indagar sobre el contexto familiar, social y educativo en tres generaciones: la de nuestros abuelos, nuestros padres y nuestros hermanos mayores. Cada compañero tenía como misión reconstruir la historia de vida de un sujeto de una de esas tres generaciones a través de varias sesiones de entrevistas.
De modo que nuestro primer aprendizaje ha consistido en afrontar una serie de entrevistas para acercarnos a conocer la evolución del sistema educativo ecuatoriano en las últimas décadas. Esa labor de recuperación de testimonios orales, como fase de iniciación a la investigación cualitativa, tenía, como paso previo a la conclusión del trabajo, la presentación de los avances en el aula ante un Tribunal.
Llegado el día de la sustentación vivimos una experiencia formativa singular y muy positiva. Resulta que ese día, debido a un pequeño descuido por nuestra parte con respecto al cronograma establecido, no fuimos preparados para abordar nuestra exposición. Sin embargo, nuestro docente, el PhD José Manuel Castellano, siguió adelante con el programa previsto y tras un sorteo se designaron a tres compañeros que debían iniciar la socialización de sus trabajos. Fue un momento de incertidumbre y de miedo para todos. Nos queríamos morir en ese instante, a pesar del aliento y motivación que nos ofrecía nuestro docente. Por tanto, y a pesar de nuestra resistencia, no quedaba otra y asumimos la responsabilidad y el reto de pasar al frente para presentar nuestros avances investigativos.
La primera compañera en intervenir relató una historia muy interesante, donde describía la educación recibida por su entrevistado, marcada por un modelo tradicionalista, de maestros autoritarios y monólogos, que muy pocas veces concedía libertad al educando a poder expresarse libremente. Los errores cometidos por la ponente fueron muy leves y normales. La preocupación y los nervios se notaron apenas empezó. No obstante, después demostraba una gran seguridad, que le permitía terminar con éxito su intervención. Posteriormente los que continuamos intentamos corregir esas faltas identificadas en esa primera sustentación y se narraron historias que contextualizaban las distintas etapas educativas de nuestros sujetos de estudio.
Por otro lado, nuestro docente nos tenía preparado otra sorpresa: la visita de tres estudiantes externos que venían a desempeñar las funciones propias de un Tribunal y que desempeñaron una actuación muy interesante y destacada con sus observaciones, críticas y preguntas a los ponentes. Esa escenificación tenía como orientación la mejora de nuestros trabajos y constituía, además, otro proceso de aprendizaje complementario, ya que en las siguientes sesiones seríamos nosotros los que debíamos ejercer esas tareas. Tras el Tribunal se iniciaba la participación de los alumnos del aula con sus preguntas y comentarios. El acto concluía con la intervención valorativa, observaciones y sugerencias planteadas por nuestro docente.
Promover estos tipos de trabajos investigativos entre los estudiantes resulta muy positivo, pues nos incentiva a explorar el mundo y su constante evolución, además, de aprender a desarrollar todas nuestras capacidades, por ejemplo, aprendimos a realizar entrevistas, a formular y responder preguntas de una forma totalmente natural, perdimos el miedo a relacionarnos con otras personas, que quizás tengan ideas opuestas a las nuestras. Ahora sabemos que existen diferentes técnicas y herramientas para obtener información. En pocas palabras, esta materia, “Investigación acción-participativa”, nos ha permitido acercarnos al conocimiento del sistema educativo ecuatoriano en las distintas generaciones, que nos servirá de mucho dentro de poco cuando tengamos que ejercer nuestra profesión como docente.
Personalmente, y creo que de forma colectiva, esta actividad resultó una experiencia de aprendizaje con unos claros mensajes: debemos estar preparado ante las circunstancias que puedan suceder y, por otro lado, el accionar de nuestro docente fue demostrarnos que somos capaces de afrontar las adversidades, cuando detrás de ello hay trabajo y, sobre todo, hay que destacar la plena confianza depositada en sus alumnos, que es de agradecer. En definitiva, este aprendizaje ha resultado para nosotros altamente significativo y motivador, a pesar del sentimiento de terror y pánico con el que iniciamos esa sesión, ya que nos apropiamos de una experiencia altamente gratificante: la confianza y la seguridad en nosotros mismos.

Fuente: http://ecuadoruniversitario.com/estudiantiles/una-experiencia-formativa-singular/

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