"Taller de Escritura" presenta una nueva reflexión de Génesis Hurtado que tiene como punto de partida a la gran Violeta Parra para exhortar a una reactivación social de los jóvenes, destinada a dar un cambio de rumbo a la Historia, en la defensa de los derechos sociales adquiridos y por adquirir en una sociedad actual cada vez más inmovilista y esclavizada por un sistema corrupto, antisocial, deshumanizado y depredador. Génesis es una nueva voz que se abre camino en la música, en su formación como docente y, sobre todo, como una mujer luchadora y comprometida.
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LA VOZ DEL OPRIMIDO: VIOLETA PARRA
Génesis Hurtado
Génesis Hurtado |
La dulce Violeta es un grito de
resistencia, una crítica a los constructos sociales, a sus gobiernos clasistas
y políticas interesadas en maquillar la realidad del pueblo. Así, Violeta en su
canción, “Al centro de la injusticia”,
dibuja un lienzo pintoresco repleto de familias con muchos hijos, sin educación
y condenados a vivir una existencia llena de pobreza y sin esperanzas.
Una
pregunta ronda en mi mente ¿Qué lleva a construir letras que denuncien las
problemáticas sociales? Sin duda, el artista es el espejo de su sentir y supongo
que la indignación de vivir, en una sociedad inequitativa que viola los derechos
sociales, es una razón poderosa para aquellas personas comprometidas.
Este
sentir se intensifica al escuchar “Run
run se fue pa´l norte”, donde se percibe el dolor de la mujer que solloza
al ver partir a su esposo, el sabor amargo de sus hijos que pronto vivirán el
olvido y nos traslada a un estado “sin música y sin luz”. Violeta tiene la
habilidad de encontrar las palabras precisas para describir lo silenciado; cada
verso y composición musical es un eco de revolución contra los sistemas
fascistas y las falsas democracias. Esto está presente en la canción “Arauco tiene una pena”:
“Arauco tiene una pena que no la puedo callar, son injusticias de siglo
que todos ven aplicar, nadie le ha puesto remedio pudiéndolo remediar”.
Una letra que
simboliza la lucha del pueblo Mapuche contra el Estado de Chile, una batalla
que tiene su origen en los procesos históricos de la conquista y que, sin
embargo, pervive, no cambia. Actualmente los pueblos indígenas, clases medias y
bajas son una mayoría silenciada, víctimas de discriminación y políticas
neoliberales, justificada en el mal llamado “desarrollo”.
El momento
actual y el horizonte que se vislumbra representan un tambor sonando lleno de
dolor, angustia, polvo desértico y las huellas de un migrante, que deja al
abandonar su tierra para lograr una mejor vida, debido a que sus gobiernos de
turno no han generado las suficientes oportunidades de trabajo para sus
ciudadanos, obligándolos a tomar esta decisión.
¿Qué nos
queda? ¿Qué podemos hacer? Creo que la juventud es la única esperanza de presente
y de futuro y ahí me viene a la memoria la canción “Me gustan los estudiantes”, donde plasma la sensibilidad del
estudiante por el “otro”, su lucha constante por derribar lo obsoleto y construir
una sociedad más justa, solidaria, igualitaria y equitativa. Su voz es un
trueno que atormenta a los grupos elitistas, que saben que los estudiantes no
tienen miedo de enfrentar y luchar por sus derechos, puesto que son intolerantes
a las injusticias. Es, por tanto, una invitación abierta a organizarnos,
defendernos, luchar y construir espacios reflexivos, críticos y propositivos. Violeta
Parra es una voz que libera al oprimido, un grito que conmueve, conciencia que despierta
e incita a construir una sociedad igualitaria y equitativa a través del arte. Una
voz que debe despertar a la actual juventud dormida para actuar, para cambiar
el rumbo de la historia.
Fuente: http://ecuadoruniversitario.com/opinion/la-voz-del-oprimido-violeta-parra/
Fuente: http://ecuadoruniversitario.com/opinion/la-voz-del-oprimido-violeta-parra/
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