Dr.
Carlos Álvarez Pazos
Dr. Carlos Álvarez Pazos |
Especial
agradecimiento a quienes contribuyeron en hacer realidad el trabajo de
investigación lexicográfica en un libro cuya temática es el testimonio de la
trascendencia en nuestra cultura indo-mestiza de lo que ha significado a lo
largo de nuestra historia nacional, el maíz. Me refiero a la Dra. Ruth Moya
Torres conspicua investigadora y maestra de nuestras culturas y lenguas
ancestrales, miembro actual de la Comisión Gestora de la Universidad Indígena
Amawta Wasi, a quien agradezco por el generoso tiempo que dedicó a la lectura,
revisión del trabajo y por el prólogo
con el que me ha honrado. Al ilustre historiador e investigador español Dr.
José Manuel Castellano, miembro de la Academia Nacional de Historia y docente
titular de la UNAE, quien no sólo se ha constituido en maestro y formador de
juventudes con la mística que es la característica de la talla de su
personalidad, sino que además se ha convertido en propulsor y director de la
innovadora y exitosa Editorial Digital Centro de Estudios de América Latina, de
difusión nacional e internacional. Mi gratitud imperecedera por su apoyo
incondicional a la publicación de esta mi obra. No está por demás destacar que
a él debo todo el trabajo de edición incluida la diagramación de la misma, su promoción
y organización de este evento.
Agradezco
al Doctor Tito Astudillo, escritor y distinguido articulista de la página de
opinión de El diario El Mercurio, presentador del libro; al Ing. Patricio
Zamora Director del Instituto Nacional de Patrimonio Cultural zonal 6, al
personal directivo y a las licenciadas Paola Moreno y Diana Cordero del
Departamento de Patrimonio Inmaterial, por su compromiso con el rescate y
estudio de nuestro patrimonio cultural y, en nuestro caso, por su hospitalidad
en este prestigioso Centro para la realización del presente acto; a los
directivos del diario matutino El Mercurio en la persona de su Director el
doctor Nicanor Merchán Luco y al equipo de investigación, redacción y
fotografía de la página intercultural en las personas de la Lic. Brígida
Sanmartín y Patricio Saquicela. Y gracias a quienes colaboraron con el material
fotográfico: a Judy Blankenship del Archivo Comunal de Cañar, a la Lic. Olga
Romero del Museo etnográfico de la Casa de la Cultura Núcleo del Cañar, a Juan
Carlos “Tuga” Astudillo por la foto de la portada; a Mariela Barrera alumna de cuarto ciclo de Educación por su entrevista para Ecuador
universitario y conductora del programa de presentación.
Y mi
reconocimiento y eterna gratitud a cada uno de los informantes de la ciudad, de
los pueblos y de las comunidades de las provincias del Azuay y del Cañar,
co-autores y co-partícipes en la elaboración medular del texto, por la riqueza y
la sabiduría de su información sin la cual no hubiera podido hacerse este
legado a favor de nuestra Cultura andina.
El
contenido de la obra que entregamos hoy. SARAMAMA. La Cultura del maíz, tiene
que ver con esta emblemática planta, uno de los más importantes símbolos de
nuestro Patrimonio regional con raíces cañari-incásicas.
El maíz es
el centro de nuestra cultura e identidad indo-mestiza, en cuanto se ha
constituido el eje de todo un sistema de producción (cultivo) y de consumo alimenticio,
de las relaciones económicas y socio-laborales predominantemente agro-céntricas;
de saberes, de prácticas tecnológicas; de celebraciones y rituales, desde luego
con mayor presencia en la provincia del Cañar por su mayor población indígena e
inversamente una menor incidencia de la modernización, pero no por ello de
trascendencia en el Azuay a través de la supervivencia de la chacra por más
pequeña que sea en los espacios semiurbanos y rurales de nuestra provincia.
La cultura
del maíz como el hombre campesino de raigambre indígena sobreviven y resisten
más de 500 años, y a través de la historia se ha ido compenetrando en cada uno
de los sectores popular y medio y en todos los espacios de la vida cotidiana:
desde los diferentes momentos del proceso del cultivo, con sus fiestas,
rituales y creencias, el riquísimo mundo de su gastronomía en sabor y
abundancia de manjares; en la medicina alternativa, prácticas lúdicas y
funerarias, hasta el micro y macro mundo de su comercialización. Y de ello son
testigos los cronistas, los autores de las Relaciones Geográficas de Indias,
los investigadores del IDIS Instituto de Investigaciones Sociales, autores de
Ensayos sobre la Historia Regional de la Gobernación de Cuenca, Campesinos del
Azuay Economía, Sociedad y Cultura, algunos de cuyos académicos es un honor tenerlos aquí presentes como
Lucas Achig, Paciente Vázquez, Pedro Soto y otros como Juan Chacón Zhapán, etc.,
quienes hacen el seguimiento histórico, geográfico y socio-cultural de la
gramínea y lo que es más destacan la imbricación de la trilogía hombre–tierra y
maíz en esta comarca referida a la Región Centro Sur.
Concluyo
mi intervención destacando que la chacra ha sido, continúa y seguirá siendo el
espacio sagrado que genera y alimenta nuestra vida y cultura a través de la
interrelación del hombre y de la Pachamama y cuyo corazón o shungo será siempre
la SARAMAMA, la planta de maíz que ha ido configurado nuestra idiosincrasia,
nuestra identidad y, por su puesto, nuestro paisaje andino.
Gracias
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