Dra. Rebeca
Castellanos Gómez
Dra. Rebeca Castellanos |
Todos tenemos, al menos, una persona que ha marcado nuestra vida para
bien en alguno de los planos o etapas de la existencia, una persona cuyo
recuerdo guardamos siempre en la memoria. En este punto me permito narrarles, brevemente,
que hace muchos años (no diré cuántos pues ya lo olvidé), cuando era estudiante
universitaria, tuve la fortuna de tener una profesora que me descubrió, vale
decir, me ayudó a potenciar las fortalezas que vio en mí y que en ese momento
no había advertido.
Una mujer excepcional porque tenía muchas cualidades: una profunda
preparación académica, una dilatada experiencia producto de su larga
trayectoria, disposición favorable para lo educativo y la comprensión del otro,
así como algo muy importante: visión prospectiva. Ella pudo detectar en mí,
aptitudes desconocidas hasta el momento y me fue llevando casi de la mano, no
sólo durante mi formación universitaria sino a lo largo de mi vida profesional.
Definitivamente, la Dra. Aline Lampe Joubert (ese era su nombre) fue una
visionaria en muchos aspectos, estos valores la llevaron a ocupar diversos
cargos de importancia en el ámbito académico y a proyectar la universidad, de
la que posteriormente, fue rectora, por todo el estado Bolívar en Venezuela, un
estado casi del tamaño de Ecuador. Esa institución es la Universidad Nacional
Experimental de Guayana donde inicié mi carrera académica y después de 26 años
me jubilé.
Como dije, tuve el privilegio de ser su preparadora docente, una figura
similar al auxiliar docente, a partir de lo cual se convirtió en una maestra
durante mi vida d estudiante universitaria y luego en mi carrera como
profesora. Sin temor a equivocarme puedo afirmar que ella se convirtió en mi
luz, en mi guia en el plano académico y profesional. Ha sido mi inspiración
desde entonces, Jamás la olvidaré.
Un profesor inspirador es portador de carisma y vitalidad intelectual, ejerce
una influencia positiva cuyos resultados se evidencian más allá del aula de
clases. Mi amigo, el profesor José Manuel Castellano, me recuerda esa figura,
un docente-acompañante-orientador que empuja, anima, mueve, motiva, plantea a
sus estudiantes desafíos muchas veces altamente retadores lo cual, favorece el
despliegue de sus potencialidades y de su personalidad como se evidencia esta
noche.
Este accionar representa de una manera prístina la vocación docente y la
calidad educativa en términos, no sólo de ofrecer una formación profesional
competente, sino y muy especialmente, en la contribución al desarrollo de la
personalidad y de la dignidad que lleva implícita toda profesión y en este
caso, la profesión de educador. Esto se puede ver reflejado en las palabras de
Ángel Fajardo en el primer escrito de este libro las cuales tomo prestadas (cito):
Elegimos esta profesión como un estilo de
vida y nos sentimos realizados, felices y orgullosos de decir: ¡Sí, yo soy
docente! Para mí, ser profesor, es una de las profesiones más dignas que puede
tener el ser humano. Por ello vaya mi reconocimiento a José Manuel.
Si existe un profesor inspirador también existen estudiantes con alma y
mente inquieta, curiosos, ávidos de aprender, comprometidos, alegres, ruidosos,
productivos, capaces de demostrar que pueden hacer un cambio posible en la
educación ecuatoriana. Alumnos y sus circunstancias que le dan significado y
sentido a la docencia.
Siendo así, Misceláneas de voces
jóvenes representa la materialización de muchos de esos retos, de esa
inspiración, representa las ideas, el trabajo, el desvelo y los sueños de futuros
profesionales de Educación ¡Nada más y nada menos! Algunos de ellos fueron mis
estudiantes y no saben cuánto se alegra mi alma al verlos aquí.
Más de 30 escritos pueblan las páginas de Misceláneas de voces jóvenes por las cuales transitó mí mirada, de
los cuales disfruté, algunos con temas muy sugerentes como: La nueva mujer
ecuatoriana, la profesión docente, la educación en Ecuador y la transformación
social, la invisibilidad estudiantil. Allí me deleité con relatos y auto
relatos develadores de espacios íntimos, textos narrativos, experiencias
personales y en las aulas de la universidad, referencias a resultados de
investigaciones, cuentos, reseñas de libros y de mujeres significativas en el
mundo ecuatoriano y en la literatura universal, tradiciones andinas,
entrevistas, cine, la vida, el amor, la tristeza, descripciones de ciudades
natales, en fin, podría decir que la lectura de este libro me permitió inferir
sobre la existencia de un Semillero de
escritores.
Pero ¿Qué es escribir? Es la posibilidad de dejar plasmadas las ideas,
los sentimientos, las creaciones. El escribir se aprende y se siente. Nos
acerca a cuestiones que la rutina y cotidianidad nos aleja. Escribir nos
engancha, nos llama, las ideas van surgiendo a borbotones en ocasiones casi sin
darnos cuenta, escribir y por consiguiente leer, ¡a veces se convierte en un
vicio! Escribir es trascender, es contribuir con la memoria colectiva.
Es un disfrute, escribir y leer nos transforma, Borges decía (cito): "No estoy seguro de que yo exista, en
realidad. Soy todos los autores que he leído, toda la gente que he conocido,
todas las mujeres que he amado, todas las ciudades que he visitado, todos mis
antepasados…".
Finalmente, quiero decir que el docente inspirador, el aprendiz
inspirado, la circunstancia favorable, el deseo y el interés han dado a luz a
este hijo incubado en un maravilloso taller de escritura, a esta obra que hoy
presentamos para el regocijo de nosotros en el ahora y de otros en el futuro.
Felicitaciones a todos.
(*) Texto de presentación del libro Misceláneas de voces jóvenes realizado el 26 de julio de 2019 en el Museo Pumapungo en la ciudad de Cuenca, Ecuador.
Rebeca Castellanos Gómez (PhD) es especialista en Educación, ha ejercido la docencia en distintas universidades de Venezuela y Ecuador y desempeñando cargos de alta dirección universitaria.
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