sábado, 7 de octubre de 2023

Querido amigo, JM Caste

 Por: Fernando Uyaguari
Lcdo. en Educación (Ecuador)

Leí tu carta de despedida el domingo (01/10/2023) con un sentimiento de desconsuelo. La noticia de tu regreso a tu tierra significa el cierre de una etapa inconmensurable en nuestro país. Recuerdo con mucha alegría la primera vez que nos encontramos en las aulas de la universidad, por tu inusual acento supe que venías del viejo continente. En nuestra primera clase recuerdo que nos enseñaste un avance de tu proyecto sobre las casas flotantes, una investigación que me impactó por cómo abordaste la temática y tu elocuente expresividad.

En esa sesión, no te mentiré, despertaste mi gusto por la investigación. No me cansaré de expresar y, aunque no es de tu agrado escucharlo, anhelo seguir tus pasos. Luchaste por dejar una huella en tus estudiantes, amigos(as) y, sobre todo, en la historia académica y cultural de Ecuador. Seguramente en estos momentos atiendes a un llamado personal, entregas un cúmulo de recuerdos que estará por siempre y que podremos contar a las nuevas generaciones. Por ejemplo, la Editorial CES-AL, que empezó como un sueño de aula y que de apoco se convirtió en un potente referente de biografía y literatura ecuatoriana; La Clave, espacio para noveles escritores como yo que lo usábamos para ejercitar la escritura y el pensamiento crítico; los congresos que tuvieron su impacto a nivel local e internacional; las publicaciones en espacios virtuales; las tertulias y las reuniones que quedarán en la mente de todos nosotros; incluso, las conversaciones mediadas con un café del Seminario San Luis.

Amigo, discúlpame por abusar de tu confianza y llamarte así. Eres y serás mi mentor, mi profesor y mi acompañante en mi formación profesional y personal. Te agradezco infinitamente por confiar ciegamente en mí y ver algo que hasta ahora no logro descubrirlo. Hoy soy un maestro con muchas ilusiones, vocación y armas gracias a ti, me abriste la puerta de la Editorial muy joven y ahora que la evoco ha sido mi escuela de preparación para el mundo real.

Para finalizar esta corta carta, retomaré tu mítica frase y que ha sido mi inspiración desde el día que te conocí: “cada logro es el inicio de otro y lo que hoy hacemos es nada a lo que realmente tenemos que hacer”. Estoy seguro que regresarás, puesto que siempre estarás conectado a esta parcela que necesita de ti.

Con mucho amor y cariño, tu eterno amigo Nando.

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