José Manuel Castellano Gil

 Por: Talía Cordero
Estudiante universitaria, Ecuador

No me atrevía a escribir nada, pero en mi mente siempre rondaba la idea de que cuando decidiera hacerlo, sería algo verdaderamente especial. Sin embargo, nunca imaginé que uno de mis escritos sería una despedida para alguien que merece plenamente el significado de la palabra “Maestro”. Gracias por iluminar nuestros caminos. Como dice el refrán, todo lo bueno tiene un final y, en este caso, se aleja de nosotros, dejando en nuestros corazones enseñanzas de solidaridad, esperanza y la lucha incansable por nuestros sueños.
Un enorme privilegio siento el haberlo conocido y un incesante agradecimiento por todas las oportunidades que para nada fueron en vano, en mi corazón siempre estará presente. Tenga por seguro que si logro ser docente su nombre no faltará con mis estudiantes, que Dios multiplique lo que ha hecho por nosotros y eso para mí es mucho me enseñó más de lo que imagina, aunque he sido bien cobarde para decirle todas las veces lo mucho que lo admiro. Le deseo solo lo mejor porque se lo merece.
Siento una profunda tristeza, pero también mucha alegría al saber que estará junto a sus seres queridos. Quiero recordarle que es imposible describir la grandeza que significa haberlo conocido y compartir esas fructíferas oportunidades que nos brindó para ser mejores personas. Ha marcado un antes y un después en nuestras apagadas ganas de soñar y vivir bien con su claro ejemplo de solidaridad. José Manuel Castellano, en nosotros siempre encontrará gratitud inquebrantable. Nuestras palabras son solo eso palabras, pero el sentimiento de amistad y admiración que sentimos por usted es gigante.
Cuídese y por favor sea muy muy feliz, así como a nosotros nos ha hecho muy pero muy felices.
Con muchísimo cariño para el mejor de los MAESTROS ☺️🤗
Que Dios le bendiga siempre y nuevamente mil gracias por todo😊😉