lunes, 2 de octubre de 2023

La lluvia nunca vuelve hacia arriba

Por: Dr. Pedro Martínez, PhD
Vicerrector de Investigación, Universidad Católica de Cuenca (Ecuador)

JMCaste & Pedro Martínez.

Como quien no quiere la cosa ya han pasado ocho años. Hoy anochecí con la noticia de tu no regreso de Islas Canarias. La primera vez que supe de ti estabas en el café improvisado de la UNAE, una construcción rústica donde nos agolpábamos tantos de tantas sensibilidades y nacionalidades.

Fumando, cómo no, Jose Manuel siempre estás fumando, como esos viejos rockeros de los '80, con esa misma pose incólume mezcla de seguridad, sabiduría, timidez y la planta impertérrita de los semidioses de la literatura negra, un Truman Capote canario. Has sido rebelde hasta hacer de sus pulmones una mina de carbón y por tanto una fuente de vida y energía inagotables, rebelde hasta para decir “adios”. Joder, ¡Cuánto te admiro!

No pensé en aquel momento que esta amistad sería para siempre. Muchos han sido los momentos vividos en tu compañía “Juan Manuel Castellanos” como me gusta llamarte, molestándote por la confusión que con tu nombre se produce en cada acto, cada evento en que se requiere de tu presencia.

Tu cultura, tu vocación por compartir, por regalar tus conocimientos, desde Machala hasta cada rincón de Latinoamérica. Tus alumnos, Jose, tú eres tus alumnos. Tu esencia en cada instante difícil de mi vida ha sido una luz, una guía, esas enseñanzas que a veces he personalizado en mis gustos musicales, al escuchar a otros poetas urbanos como Manolo García, Manu Chao y cómo no Pedro Guerra, otro canario universal, cuya canción da título a este post.

De cada encuentro con vos surgía una de mis más sentidas creaciones. Recuerdo el encuentro con Karpava, en la casa de Javier Loyola y después vino el libro de “Una ciudadana del mundo” donde ambos dejamos nuestro granito de arena, no sin que la UNESCO quedara maravillada. Qué decir de mi poesía dedicada a Cuenca, “Donde caben mis ojos” ganadora en un concurso propuesto por ti. Te cuento en confidencia que se hizo vídeo que se subió a youtube, pero el creador estimó conveniente dejar el vídeo en privado y ahora no lo visualiza nadie.

Son esos tropezones los que nos hacían reír en el café del Museo. Hoy nuestros dos volúmenes de "Una historia de las ciencias de la conducta" que se inició con mis amados colegas Alejandro, Nico y Oscar, es una realidad de decenas de miles de visitas, gracias a tu mano editorial absolutamente magistral.

Tantas cosas más que me dejo en el tintero, unas por la emoción de despedirte, al menos por un tiempo y otras por preservar la intimidad entre amigos, ácratas e insolventes para una sociedad de consumo que se encamina a la deriva existencial. Gracias por el patrimonio intelectual que dejas en Ecuador y gracias por tu huella eterna en tus alumnos, que siempre conservarán tu sello.

Sin duda es impagable cada experiencia compartida amigo mío, me entristece ver la pobreza con la que muchos te despiden y me encorajina el “cuajo”, la indecencia moral, la pasividad, la falta de sangre de quienes te dejan ir sin un sonrojo, sin un mea culpa, sin vergüenza al fin y al cabo. Ecuador no solo pierde un intelectual de pies a cabeza, pierde un ser humano excepcional de los que encabezan la lista de especies en extinción. Algo se muere en mi alma con estas parcas letras.

Fuente: El misceláneo blog de Pedro C Martínez Suárez: La lluvia nunca vuelve hacia arriba (psicofilia.blogspot.com)

1 comentario:

  1. Excelente mi querido Pedro. Fiel a la realidad de lo que ha sido José Manuel en nuestras vidas.

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